23 agosto 2005

Soledad compartida


Era un plan tácito que ambos tenían, una treta sin plan, simplemente salir juntos y olvidarse de las soledades que ambos cargaban tras de sí.
Acuerdo mutuo, una señal conocida, salidas, teatros, contarse añoranzas, un café vertiendo lo que vivieron hace ya más de treinta años.


Ella ya no poseía ese candor de una flor de durazno que se arrebataba de su piel por el tiempo, cabello de reina mas no de princesa, pero cargaba la vida de forma elegante y ordenada, ocultando sus formas con vestidos caros, esos de buen gusto que dan a las damas buen pesar de años venidos, disimulando esos senos que le dieron la dicha y el placer por tantas noches antes de su viudez. Su madurez era impecable.

El era simplemente añejado, como el vino de las cavas que se reserva al gusto más exigente, al gusto más inaudito. El camino recorrido le había dado la gloria de ser reconocido en cualquier lugar, en cualquier evento, por cualquier mujer. Amplio trotamundos de negocios y alto poder que ahora sólo gozaba de los privilegios otorgados por el tiempo.
Nunca supo de niños, jamás de bodas propias aunque si mucho de romances y aventuras fortuitas. Las noches bohemias que otorgaba a sus musas o tal vez a una exquisita excepción eran dignas del momento que él escogía para sí y en él se derrochaban los tiempos de la buenaventura.

Y el tiempo pasó...

Helos ahora ahí a ambos, mirándose a sus corazones, ya no a sus cuerpos, dos almas que discuten, se acompañan, se visitan, se platican. Charla de la vida al verla pasar en un desfile que ellos ya sólo se conteplan en mirar y gozar. Han bebido demasiado de ella y ahora queda narrar toda guerra y batalla, ganada y perdida.

Así el tiempo los mirará y sólo el cielo sabrá cuando será el momento que vuelvan a sus soledades...

15 comentarios:

Anónimo dijo...

Hasta que vuelvan a encontrarse con almas en iguales circunstancias, para olvidarse de las nuevas soledades.

Anónimo dijo...

Hombre y mujeres añejados por la vida, gustoso sabor que solo el devenir de los años da.
Los pasados lustrosos vuelven el presente indispensable cuando el futuro ya no tiene cabida en el existir.
Honrosos años, honrosas vidas, benditos aquellos que en su soledad el cielo los admira.

AndreaLP dijo...

Unir soledades, o corazones, siempre es saludable para el alma.

Saludos!

Unknown dijo...

Cuando sólo queda el placer de conversar, hay que disfrutar del placer de conversar.

Anónimo dijo...

Añguien dijo placer de conversar?... necesito algo de eso.. Saludos...

China Rockers dijo...

Hay que encontrarnos siempre con nosotros mismos.


buen dia chica

rossmar dijo...

soledad compartida ya no se siente tan solita

Freddy dijo...

què hermosa una relaciòn de esa forma y llegar a la plena madurez con dignidad, elegancia, inteligencia y buen gusto....te seguirè leyendo...besitos

Enigma dijo...

Es asi como el inexorable paso del tiempo hace que solo aquellos, limpios y concientes, saben que hay un tiempo para todo...

Un beso Dra.

El Enigma
Nox atra cava circumvolat umbra

Anónimo dijo...

Los reencuentros, momentos de acordarse de cosas, pero... también de ver lo que ha quedado irremediablemente atrás, que ni qué.
Saludos!!

stultorum dijo...

kleine : Gracias por la visita.

nuy buen blog el tuyo, ya tengo una nueva adicción.

Nos seguimos leyendo.

See ya.

Peter Gallego dijo...

Daría lo que fuera necesario para vivir en carne propia esas palabras.

Muy bueno...

Unknown dijo...

La compañia de quien se hermana, se funde, es a nuestro lado transforma en magia la rutina y detiene el tiempo...

Precioso G. querida...

Anónimo dijo...

Klein Amiga el alma, las soledades enseñan
como la vida en si, en la que a veces se gana....aveces se APRENDE.

Elije ser feliz y que nada ni nadie te robe nunca tus sueños
Carpe Diem
Daniel

Anónimo dijo...

Your blog keeps getting better and better! Your older articles are not as good as newer ones you have a lot more creativity and originality now keep it up!