28 septiembre 2007

Tristeza y materialismo

En esta ocasión me he permitido un lujo absurdo de ponerme triste, tristísima en absoluto durante el día de ayer por una causa material: He perdido mi auto.
Sip. Un auto que aún no tenía en mi poder pero que lo consideraba mío. ¡Siiiii!
En una de las muchas plazas comerciales que hay en Qro. Desde el mes de Junio, por cada compra realizada en cualquier tienda que ahí se efectuara, se obsequiaban boletos para la rifa de UN MATIZZZZZ. ¡Ay dolor!.
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Yo me ví.
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Si. Me emocioné y no iba a ningún otro lado a realizar mis compras que no fuera en tiendas de esa plaza. Pasaba y miraba en las alturas el hermoso autito negro Matiz 2007. Simpático, pispireto y casi sonriente conmigo. Me coqueteó durísimo.
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Al pasar en las calles principales se me atravezaban autos diversos y me visualizaba. Simplemente despreciaba a los vochos viejos anhelando el olor a nuevo de los asientos y tablero.
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Ayer, al cuarto para las ocho mandé mensajitos como loca en el cel. a personas que siempre mandan buena vibra, que me contagiaran, que me pasaran el deseo de que el Matíz tuviera dueña absoluta: Yo.
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Y si, muchos con la promesa de invitarlos a Qro. Y darles un tour en mi nuevo Matíz negro reluciente me enviaron lo mejor de sus palabras y deseos. Gracias.
Dieron las ocho… Mucha gente, aún llenando boletos.
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Los míos ya estaban dentro. Matíz negro me miraba con ojitos pispiretos.
Y en el momento de la verdad una pequeña de seis años sacó un boletito. El representante legal de todo ese evento, para darle dramatismo, daba el anuncio de que se trataba de una mujer.
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¡Ay mamá Pulpa!
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Mío, mío, mío….
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Con un espacio de breves comentarios ya todos estábamos expectantes de saber cuál era el nombre.
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Mi relación romántica rompió en bruto al momento en que comenzó a dar la inicial … "El nombre empieza con D..." buhhhh----buhh--- No era yo.
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El Matíz me des-tro-zó el corazón… y también pude escuchar el dolor de otros tantos más a mi alrededor.
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¡Cómo pudo ser!...
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Yo le era fiel en pensamiento, palabra, obra y compra de muchos boletos.
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Dos meses de relación creí que habían dejado en él algo de chispa para que quisiera que yo lo manejara.
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Ingrato Matíz.
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Objeto material, poseedor de gastos de verificaciones, placas, tenencia y gasolina.
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Oh auto…
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Ya no tendré el Matíz… He perdido el Matíz… La doctora No tiene un matíz… ommmmmm….
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Si, lo perdí. Marchó con otra que, para colmo de todas nosotras resultó una ricachona poseedora de una mega camioneta… ¡Zzas!...
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Marché de ahí, y para hacer más dramático el momento, me fui caminando a casa... y si, confieso que lloré. Me clavé mucho.
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Hoy pinta el día diferente.¡Adiós Matíz!
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No tengo angustia de gasolina, mi garage sigue ocupándolo Zara y mis plantitas. No tendré qué pagar porque laven un auto mientras llueva.
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Seguiré pidiendo aventón a mi casita. Snif. (aaaagh materialismo, no caeré en tus garras otra vez).

25 septiembre 2007

Sin vergüenza

Imposible que la dejara de pensar, menos con la sonrisa que traía todo el tiempo. Siempre alegre, con ideas frescas, con ternura para todos.
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Creo que fue eso lo que me comenzó a llamar mucho la atención en ella. Diferencia enorme a todas las que trabajan aquí, secas, huecas, con un frío sentido del trato a los compañeros del trabajo.
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Desafortunadamente eso mismo hizo que yo la mirara de una forma singular.
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Para mí era apasionante tener esas fastidiosas juntas, llegar y tratar de ser el primero en invitarle un café y que aceptara sentarse junto a mí. Muy amable de su parte el aceptarme. Me convertía en una persona importante a diferencia de los que simplemente se conformaban con platicar con ella desde otros asientos.
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Yo digo que no está mal ser aguerrido y enfrentarse con los demás, aunque fuera envidia la que les provocara hablar mal de mi cuando estaba ausente.
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Su jefe también me miraba con esos mensajes de impertinencia que poco me importaron, pero era imposible deshacer una oportunidad de platicar con ella, de sacarle una sonrisa, de invitarla a comer.
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Aunque fuéramos de diferente departamento, se me daba bien la oportunidad de atender algunos simples datos con ella. Eso es astucia.
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¿Qué si tenía novio?, si, pero poco me importaba, en realidad si lograba conquistarla, ella misma sería quien daría el cortón gacho a ese imbécil… si, por las tardes me llenaba de celos escucharlos hablar. Por eso la interrumpía con un ligero acento de urgencia de algún dato sin importancia.
No me interesan los rumores que le puedan llegar de radio pasillo, sé que con el tiempo me va a llegar a querer la maldita, es sabrosa, buen cuerpo, deliciosa al antojo de cualquier ingeniero que finja castidad al mirarle… bola de güeyes, se hacen pendejos al fingir que no quisieran un acostón.
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Yo sí, lo deseo, y lo voy a conseguir.
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A las mujeres de ésta empresa es muy fácil llegarles con cualquier tipo de detalle. Están tan acostumbradas a la rutina, al trabajo que pocos son los que les despertamos una pasión diferente, unas ganas sabrosas de andar arrimándose el cuerpo entre copiadoras y faxes.
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¿Qué si me dicen que soy el vulgar del departamento?
No me importa, he ganado muchos fajes y considero que esa es la fama que me he generado…
Pero esa chiquita hoy no se me va… juro que ha de ser mía… que su sonrisa, que su dulzura hoy la siento en un colchón y la salpico completa de mí.
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Es cuestión de darle trato y constancia.
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Será mía y de mí se acordarán muchos de aquí.

23 septiembre 2007

Dioses del Olimpo!

Nooooooooo puedo creerlo!


Piensa y platica!

Zara

Creo que no he dado la presentación de un nuevo inquilino en la familia.

¡Yo tengo granja en lugar de casa!, pero es una granja muy variada.

Ya con mis bebosh (los pecesinos), los Lokos (pericos australianos), Periko (mi hijo, jiji) y yo, teníamos el standar de una cierta rutina.

La semana pasada cambió, una amiga muy querida, Bebex de Tlaxcala, me regaló una conejita, pequeña, demasiado pequeña, divertida y bien entendida: Zara.

Es tan pequeña que tuvimos que ponerle un cascabelito para saber por dónde anda la traviesa.

Libremente se mueve por la planta baja de la casa y ya ha entendido que el periódico tiene la función de un WC personal. Aunque las bolitas que deja son graciosas.

¿Porque nosotros nunca hacemos bolitas como ellos? Al menos no es tan grotesca la presentación.

Come lechuga, Conejina... ya la probé y sabe a pasto. (si , el pasto también lo he probado).

Pide de comer como perrito y es muy calladita.

Curiosa por naturaleza, cuando está de muy buen humor, brinca y corretea mis pies y luego quiere que yo haga lo mismo.

Sin duda, ésta casa pronto tendrá el aspecto de Granjas El cerdito... o Granjas La Doctora y sus animalitos jaaaaaa. Y ya estaba pensando en adquirir un lindo Güerito o sea, un canarito.

Voilá una imagen de la Pequeña Zara.


21 septiembre 2007

Mundos interiores

Hoy me animé a aceptar mi realidad.
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Desde ya en madrugada fue imposible conciliar el sueño, ruidos de exteriores, Periko tosiendo, vacilaba si lo inyectaría o no para que se calmara la agonizante flema que lo dejaba casi sin aire. La pequeña Zara inquieta, moviendo su cascabelito. Sabía que estaba yendo de un lado a otro de la sala por el constante tintineo salido desde el piso de abajo.
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Creo que también demandaba un justo descanso.
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El reloj cantaba a su ritmo.
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Las horas vacilaban lentas.
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Luego vino el amanecer y pronto en los primeros destellos me rehusaba a creer que ya en las nubes se asomaran los brazos del sol. No deseaba, no quería y dormí a profundidad.
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Ahí la vi a ella. Era una especie alada, rara, tintineante, al volar daba brillos de plata cayendo sobre la piel de quien estuviera bajo el vuelo de ella.
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Subía de un lado a otro por entre el bosque y yo sabía que era única, que no se dejaría ver por entre las ramas ni por mi mamá ni por mí, pero era juguetona y el ruido como su baile le delataban en cada lugar que se postraba.
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El atardecer se reflejaba dorado sobre los cabellos de mi madre que me miraba ansiosa, hermosa, tierna.
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También daban los oros sobre un gran río, tan ancho como una alberca, tan poco profundo como ella, con el fondo mismo de azul y de azulejos.
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Se me antojo correr, saltar, clavarme bajo las burbujas mientras dejaba que mi madre descubriera al hada que le merodeaba. Yo sabía que en cuanto saliera a la superficie escucharía su grito de susto, como quien descubre un bicho extraño en su faldón.
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Mas no fue así… Mojaba mis ropas y me sentía pesada, nadaba sin necesitar oxígeno, me olvidaba de la prisa que llevaba por salir a superficie.
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De oídos sabía que Mamá platicaba con ella, la voladora de matices plateados, que reía por lo que mi madre le contaba, que deseaba que yo siguiera nadando para escuchar las historias tontas de mi vida ridícula cuando era pequeña…
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Me salía una cola, de caballito de mar para ser precisa, nadaba a velocidades imperantes y mi madre lucía igual.
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Nadando jugueteaba con los seres que ya eran mis amigos. Un pulpo, una estrella hormigueante posada en un costado de mi y un pez que con sus ojos sólo sonreía sin habla alguna. Burbujeaban sus palabras hacia la superficie, pero no descubría su voz, sólo lograba entenderlo.
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Me pedían que siguiera nadando, que no saliera a flote, que Mamá estaba divertida con el Hada del tiempo y que dejara de preocuparme y bajo el agua le miraba linda, como siempre la veo desde el alma.
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Fue agua, fue música, fue sentimiento y fue magia.
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Al salir por intentar un segundo clavado al agua, como lo hace un delfín, el sueño habría acabado, el agua, la presencia de mi bella madre, mi transformación en caballito de mar y mis amigos…
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Sólo quedaba en mi espacio una realidad que había transcurrido en espacio de media hora de sueño.
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Volví a escuchar a Zara, me dolió el toser de Periko… Jalé sin magia mis pantunflas y comencé a nadar en otras aguas dentro de otro mar.

18 septiembre 2007

Tiempos de espera

Marcaban ya pasadas las doce del mediodía, ella se mostraba ansiosa, equilibrada, segura de sí. Ansiaba ver entre la multitud de las puertas del metro la cara conocida, la cara que le diera ése sentir, la cara que estaba esperando desde hacía ya quince minutos.
Trenes van y trenes vienen, gente caminando, apresurada, curiosa o metida en sus propios pensamientos.
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Tal vez llegó muy apresurada, muy puntual, muy insistente, se repetía a sí misma cada segundo que pasaba, guardando la compostura a manera de sobresalto; evitaba que se dieran cuenta todos los que ni siquiera le miraban de reojo.
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Su aspecto no era casual pero ciertamente llamaba la atención la negrura de su cabello, lacio, pesado, envidiable, labios negros, brillosos, sobresalientes de sus dientes mal acomodados que daban la sensación de que nunca fueron atendidos… Pero era lo menos importante.
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Todo lo demás lucía en su lugar, capa negra de terciopelo y botas pesadas que demostraban más su aire de lejanía o distancia entre aquel que osara ponerle una mano encima.
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Son de esos aires que causan mirar su estilo y al mismo tiempo admirar la osadía de romper los esquemas sociales que tanto tenemos tatuados en la frente.
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¿Quién osaría vestir al estilo de otros mundos cuando lo tradicional está de moda?
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Cada quien estaba a su labor, entrando y saliendo de las rutas, escuchando el clásico sonido del timbre para anunciar que se cerrarían de un instante a otro, sin importar que alguien hubiera quedado con medio cuerpo de fuera.
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Gente de todos las tallas, de muchas medidas, de largo, de ancho, con o sin humor, perdiendo miradas, quizá pensamientos o tal vez esperanzas.
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Algunos luciendo bellos, otras espectaculares aunque la realidad era que la masa de personas entrantes y salientes, dados los minutos, llegaran a perderse en un cuerpo sin forma, en una prisa contagiosa.
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Así era mi prisa, viendo de lado a lado fue como la percibí, perdida en la ansiedad de quien ya no soporta saber qué sigue después.
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Así de igual era mi angustia. De lado a lado, de frente a cara, de reloj al tiempo que yo suponía que llegaría quien me hacía latir el corazón.
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Mas dicen que nunca llega puntual el amor, que se toma su tiempo, que se da sus momentos de importancia, que hace que uno pierda estribos de tanto llamarle cuando más le queremos, más le imploramos que no nos deje solos entre la inmensidad de almas…
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El mío llegó treinta minutos después…
El de ella no lo supe más porque cuando finalmente mi cara conocida apareció ella seguía mirando de entre todos si algo negro y diferente aparecía por ahí.

13 septiembre 2007

El Sr. Marcos.

Imposible que me dejara de mirar, tras cada cambio de mirar èl siempre me tenìa la mirada encima, de vez en cuando perturbaba, daban nervios. No sabìa si en realidad era mudo o determinaban los demàs que tenìa poco lenguaje.
Por educaciòn pocas eran las veces que su presencia me molestaba, sin embargo, ya su visita era frecuente y sòlo atinaba a contestar el telèfono en mi escritorio o distraer mi mirada para escaparme de su insultante persistencia.
Las consultas que mi jefa, la doctora Carrillo, realizaba a pacientes con sìntomas sicològicos, eran frecuentes, y muchos de ellos parecìan mejorar, màs algunos yo considero que tenìan por adicciòn visitarla cada vez màs frecuente.
Asì era el prototipo del Sr. Marcos, soltero, delgado, con una blancura extrema que reflejaba sus ojos verdes de manera manìaca. Pensaba mucho y su lento caminar aparentaba un ser de esos que sòlo en pelìcular vampirezcas se daba la imagen frecuente.
Yo deberìa estar acostumbrada a las personas que contìnuamente nos visitan, sin embargo siempre hay sus excepciones y no tan fàcilemente me resulta distraerme de èste personaje.
Miraba a todos, pero en especial a las mujeres .
Su problema fue de la infancia, una hermanastra que solìa mostrarle de manera prematura los instintos sexuales fue quien contìnuamente hacìa de èl toda una muñequita... sin que lo fuera.
Exploraba de èl sus sentimientos, sus ganas, sus emociones y sus fluidos.
Daba miedo.
Ya cumplirà casi seis meses en que acudiò a la doctora, exponiendo varias situaciones, màs como siendo yo su asistente no tenìa mucho acceso a la informaciòn màs delicada, simplemente hojeaba lo meramente previsible.
Ahora ya conozco los pormenores del caso.
Ahì tenìa yo tres veces a la semana al Sr. Marcos, en ese recibidor donde el asiento estaba frente a mì.
Me miraba, nunca hablaba, sòlo en algunos momentos parecìa murmurar algo que no era precisamente claro a mis oìdos.
Sonreìa dràsticamente a todo el evento que se dirigiera a èl.
Por diagnòstico La Doctora describìa que estaba mudo. Sin familiares cercanos, salvo una jugosa herencia que la comandaba un tutor empresario, pariente muy lejano de su padre.
El fue quien canalizò al Sr. Marcos al consultorio.
Espero y pronto la doctora pueda salir para que cuente a su despacho de manera inmediata a èste señor.
Mientras tanto, me dedicarè a pensar en otra cosa, en còmo la Señora Vargas tiende a pintarse el cabello de colores diferentes mientras su vientre lo tatùa con mariposas cada vez que tiene un affair con gente diferente en su restaurant de la esquina.
El Señor Marcos me infunde miedo. Parece que no para de contar cosas en silencio.

10 septiembre 2007

Espacio reducido

¡Y cómo no me iba a emocionar eso de poderte ver todos los días!, no me reproches que podamos pasar el tiempo juntos compartiendo horas de comida, horas de trabajo y horas de entretenimiento.
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No sé porqué no te gusta la idea.
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Te dejé de ver hace unos meses y me decías que me extrañabas, porque sentías que ya no te quería mucho, sin embargo, ahora que he cambiado de trabajo mujer, me dices que te asfixio, que son demasiadas las horas que pasamos juntos, que se nos está acabando todo tema de conversación...
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pero te pregunto ¿quién necesita temas para cuando te tengo cerquita mío?, si sólo quiero mirarte, contemplar tu boquita preciosa, saber que te acaricio con mucha ternura y ver cómo cierras tus ojitos cuando estás por fin durmiendote.
...
Yo si te extraño y siento que esto, el estar más juntos, nos va a servir para entendernos, para saber que podemos saber lo que hasta una mirada nos puede explicar.
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Me hacer falta y ahora con ésta noticia sabré que podrás brincar de alegría tal y como lo hago yo.
No veo la hora de que, al terminar ésta semana, comencemos una nueva vida literalmente juntos. Me alegra haber solicitado trabajar junto a tí. De ser posíble, deja si tu jefe me permite estar en el mismo departamento, hasta las finanzas serán más fáciles si las trabajamos tu y yo solitos. Te aseguro nos estorbará la gente, los escritorios y hasta tu jefe.
...
Me extraña que tu expresión no denote alegría, pero sabré entenderlo por el stress que vas pasando por ahora.
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Cuelgo contigo y me voy a la cama... soñaré que eres mía en uno y mil aspectos.
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Ya quiero ser parte de ti como siempre lo he añorado.

06 septiembre 2007

Alma miserable

La niña lloraba en esa esquina, lo hacía en silencio, hecha bolita tras el ropero viejo que le cuidaba en perspectiva.
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La niña lloraba y pensaba en su mamá, la extrañaba, le gritaba en silencio, se desgarraba en el alma por desear tenerla a su lado.
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Su muñeca le acariciaba la mejilla, como si recogiera con su tela cada una de sus lágrimas que derramaba, tal vez de dolor, tal vez de tristeza, tal vez porque ya eran muchas las que secaba constantemente.
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Las dos lucían maltrechas, despeinadas, una mocosa y la otra sonriente, con los vestiditos sin vida ni color. Ambas abrazadas para recibir el consuelo de su fraternal amistad.
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El cielo parecía que les acompañaba en lluvia, con goteos de la casa que apenas y podía ser eso. Goteras en algunos lados, piso húmedo y lodoso en otros.
Son de esas vidas en las que uno ni siquiera piensa un ratito. Son de esos lugares en los que tal vez por los cuentos nos imaginemos que existen.
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La niña lloraba con los ojos cerrados, deseando mirar en sus adentros los pocos recuerdos alegres que tuviera, tal vez en sus juegos, tal vez en el pasto, tal vez en el regazo de alguien que le dijera que podría ser un hada cuando fuera grande.
...
Nadie le habló a sus prematuros seis años de que alguien podía morir, de que existía el cielo, de que Dios se llevaba a las personas, nadie le ha asegurado que su mamá le vea desde arriba para que el consuelo quede en los ojos elevados para ver si las plegarias son escuchadas.
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Escucha sin querer los lamentos de un padre que yace alcoholizado, allá, en el otro rincón. Tenebrosa a que por temor se levante de nuevo y le pegue por no lavar los pocos platos de plástico que hay allá afuera, en un fregadero mal puesto entre lodo y gallinas.
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Tal vez, dado el tiempo, comience a perder las ilusiones de niña, los anhelos de pequeña, de saborear un caramelo o de gritar entre juegos de escondidas y encantados.
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Antes los niños de esa ciudad perdida se le acercaban, le hablaban, la invitaban a hacer lo que todos ellos en los charcos, en los columpios de llanta, en las colinas de basura… ahora sólo la miran, callada, sin habla, hacer lo que deba de hacer alejada de todos, huraña, esquiva.
...
Se rasca las piernitas presa de piojos y pulgas, sin perro tal vez que se le acerque por temor a ser contagiado.
...
Así el tiempo le seca sus mugrosas lágrimas que escurren hasta su muñeca…
Se cansará…
...
Tendrá hambre…
...
Se dormirá…
...
Dejará que pase un día más sin que recuerde el momento en que dejó de ver a su mamá.
...

05 septiembre 2007

Bloggers!

Poniendo al tanto después de las tragedias chinas que me hubieron sucedido:

a) Choque de la retaguardia del auto con un trailero de miedo. Sólo dolencias leves y un susto de mierda.
b) Lluvias constantes en la ciudad de Querétaro. ¡Mi casa no se inunda, ah pero qué mojadas me he metido yo. Un poco más y seré renacuajo...o me saldrán escamas.
c) Emoción de víceras por la entrada a la universidad de Periko… ¡Ya es grande mi hijo! (aunque todavía le lave sus chones, júm). Ayer entró a su primer día de clases y yo me sentí como la primera vez que entró al Kinder
d) Hoy día 5 cumple años Periko. Mamá Pulpa. Oficialmente ya soy anciana. Pero el corazón me hierve de alegría. Chi chiñor.
e) Tengo historias almacenadas en mi Palm… no tardo en ponerlas, lo juro y lo prometo.
f) Me salieron lagrimitas de emoción por las fotos de la Boda de Skene. Ayyy mi sobrina traviesa, se me va!, ¡se me va!. Gran club de Flickers y por supuesto el gustazo tremendo de abrazar a Caro y Altamar. María, dile al malvado del Ateo que lo espero.
g) ¿Cómo piensan festejar el día 15 de Septiembre? En Querétaro hay varias festividades. Muchas en realidad. Así que si desean informes sobre hoteles, eventos y cualquier detalle turístico anexo:
http://www.elclima.com.mx/arte_y_cultura_de_queretaro.htm


Voilá la foto del cumpleañero.
Para referencias de su historia: Remitirse a Periko