Por intentar huìr de tu voz, me internè en un bosque profundo,
por querer navegar por los destinos que fueran mìos, comencè a renombrarte,
Por hacerle caso al viento, al centro de la tierra y a la montaña
lleguè a los lugares incorrectos...
Luego entonces, rehice el camino y anduve,
y si mirè al sol sin quemarme, fue por la osadìa de pensarte,
y si me sumergì en las aguas saladas fue por borrar mis heridas que raspaste,
y asì creo que divaguè, unos dos o tres dìas,
pensando, descansando y logrando inmiscuirme
en ramitas, gusanitos, peces y montañas...
Pero en ningùn lugar, lograba olvidarte.
¿Dònde quedaron mis dìas de descanso?
2 comentarios:
El olvido es una tarea muy difícil y cansandora. Creo que necesitarás más días de vacaciones. Abrazos.
Hay cosas que por más que lo intentemos no se olvidan, imágenes, momentos, recuerdos, ojalá fuera fácil deshacerse de ellos.
Saludos!
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