Esa niña suspira por la luna,
esa niña sòlo ilusiòn aspira....
Yo solìa jugar entre las ramas de los àrboles, mezclarme entre los àrboles y brincar grandes charcos. Divertirme en las aguas lodosas era parte de un momento de risas juguetonas entre mis amigos y yo...
Asì era en los tiempos en los que no pensaba que crecerìa, que me desarrollarìa, que mis formas tomarìan tonos y cuerpos que desconocìa pero que parecìan a los de una niña ya adulta.
Quienes eran parte de mis juegos pronto cambiaron su actitud y sencillamente evitaba el roce de todos ellos... excepto por el chico que siempre estuvo al lado mìo para pescar ranas y romper niditos de aves... Me entusiasmaban sus ideas, sus propuestas y hasta la manera en que me tocaba la espalda.
Si crecimos juntos podìamos saber que juntos harìamos màs de dos complicidades hasta que nuestra travesura mayor se aproximò.
Fue que nos quedamos solos, en medio del bosque, sentados en la fuente. Ya el atardecer habìa asustado a todos y nosotros, sentados retando al destino de lo desconocido no dejàbamos de mirar cosas extrañas o ruidos que fueran diferentes...pero nada ocurrìa.
Un bicho se enredò en mi cabello, me voltee de espaldas y le pedì me lo quitara, sòlo oìa su zumbido entre lo enredado que lo tenìa...
Su respiraciòn se escuchaba en una parte de mi oìdo, de mi nuca, de mi espalda... hacerme de lado el cabello fue lo que me produjo un escalofrio que jamàs experimentè y su beso en mi piel logrò que mi corazòn comenzara a latir màs ràpido de lo normal... sin que estuviera miedosa.
Sus manos me abrazaron, su cuerpo se aproximò.
Jamàs olvidarè la sensaciòn de lo que todo me tocò a mis espaldas y ocurriò...
Me acariciaba, me besaba y yo no atinaba a mirarlo de frente.
Sòlo atinaba a recargar mi cabeza sobre sus hombros hacia atràs, como medio desmayada.
Fue su toque?
Fuè mi inocencia?
Fue una lengua tibia la que me recorria de la nuca a la espalda con unas manos que se aproximaban de forma tìmida hacia mis senos. Iban y venìan, recorrìan parte a parte cada uno de los recovecos de mi piel...
Sencillamente me dejaba cerrando los ojos para sentir...
Entre mis nervios y su inexperiencia duramos un largo rato jugueteando asì... con temor, con tiento, con dudas de sentir un rechazo...
Al volver a casa no hacìa otra cosa màs que repasar en mi mente , segundo a segundo, todo lo que habìa pasado, y el corazòn volvìa en vuelcos recordando sensaciones.
Hoy extraño el bosque, su juego, la fuente incluso, de algo que procurò ser un intento sensual de despertar mi piel.
Quisiera probar lo que serìa estar frente a èl ahora...
1 comentario:
Ah vaya que buen texto ...solo quiero decirle que quiero ir al bosque con usted un dia de estos que opina... ya animese
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