Vuelo impedido

El estadio está a reventar, los sonidos son entusiastas, el ánimo impecable, porras y gritos, ruido y gente...

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Ella sólo atina a mirar, sólo deja ver un ligero suspiro en su sencillo rostro; sonríe alrededor, a quienes le acompañan pero en sus adentros es una pequeña hada que tiene rota una ala.

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No puede volar, se la ha lastimado, la puede sentir porque sabe lo que le ha pasado, lo disimula con breves movimientos. Está rodeada de mundo, de sentires, de lo que hay en cada uno de los seres delante, detrás, al lado...Y ella se duele por dentro.

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Sale porque se anima a andar en el camino, se desvive porque sabe que cada minuto es vida y cada vida pasa volando, menos la suya que teme verla pasmada en un cristal sin movimiento alguno...

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Teme no volver a volar, a andar por los aires sin miedo; teme que le asuste cualquier cosa: un aliento que no se espere en su camino. Teme por sus adentros que no pueda controlar, que sienta que le carcome algo que puede ser dolor, amor, angustia y ¿porqué no? Ilusión.

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Sabe que el vuelo lo emprende todo mundo y que todo mundo vuela sin saber dónde aterrizar...Hay lágrimas en su rostro, apenas y las deja asomar, quiere gritar pero no por la afición, quiere patear, pero por desahogar el fuego que tiene permanente.Se resiente de su ala.

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Le preguntan si estuvo divertido el evento y recurre a la máscara usual. Desea soledad, a veces un abrazo, a veces silencio y otras una ligera esperanza.

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Tiene el hada una ala rota y lucha por sanar a cada instante.