19 abril 2008

Azul

Era casi inexplicable la quietud que mantenìa al mirar en aquel ventanal… A casi siete pisos de altura, dominaba en su mayorìa la ciudad en perspectiva, tal vez de noche se verìa maravillosa con sus lucecitas en movimiento cual nacimiento navideño.

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Unas nubes escasas, casi desapercibidas y el cielo inmensamente azul daban la perspectiva ideal de cualquier postal. Nadie me lo hubiera creìdo.

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Tras esa habitación el rumor constante, pasos, movimiento, ir y venir de enfermeras y doctores, familiares y seres que esperaban una respuesta positiva a la salud de los suyos. Los sonidos electrònicos de aparatos conectados eran los ùnicos que daban la señal de que habìa vida ahí dentro.

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Yo ya estaba calmada, ya habìa pasado el mar de incertidumbre, la ansiedad de un porquè y la desesperación de no poder hacer màs nada.

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El cuerpo de mi mejor amigo yacìa ahì, quieto, casi inerte, suspendido por una variedad de cables que no sabìa de donde salìan y hacia donde se metìan.

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Sin mayor familia màs que sus libros, su inteligencia diò màs de lo que pudo haber obtenido en toda su vida. Reconocido, felicitado, congratulado en los mejores colegios ahora yacìa acostado, esperando … El final era inminente.

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Mi compañero y amigo sabìa de vinos y quesos. ¡Què ganas de brindar por algo frente a su ya clàsica chimenea y libros antiguos!...

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Un amor pudo haberlo dejado herido, pudo haberle generado dolor, pudo dejarle el recuerdo de una vana cicatriz en el corazòn y tal vez aun asì lo hubiese superado… mas el càncer no es amor y no se lucha de la misma forma.

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Heme aquì, inmóvil desde hace dos semanas, tratando de entender porquè los buenos sufren de èsta forma.
He derramado muchas làgrimas, màs de las que creì sentir por èl. Mi confidente, mi hermano, mi còmplice de tantas fiestas hoy yace en la cama aguardando la hora final.

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Darle la espalda mirando hacia el cielo me da el valor de pedir a los cielos que no sufra, que no llore, que sòlo recuerde los èxitos ganados.

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A la distancia, el cielo me dibuja una forma, una leve luz estelar, se va moviendo, va tomando forma, va al ritmo del sonido cardiovascular que emite la caja elèctrica… no la pierdo de vista.

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Se ha formado un ser alado, es hermoso contrastando con el azul que aùn continùa en lo alto de los cielos. Podría jurar que sonrìe pero doy màs crèdito a mi cansancio. He olvidado los rezos y sòlo atino a mirar sorprendida que se dirige hacia abajo. Su luz me cega totalmente y miro de reojo las telas que de èl cuelgan.
Se ha posado en la ventana y hago mi cuerpo hacia un lado… no habla, sòlo sonrìe, de esas formas en que no sabes si te saldrà alguna palabra.

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A lo lejos distingo estrellas que van cayendo, ¿o àngeles tambièn?... percibo un olor diferente y conciento que se acerque a Martín.

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No hay palabras entre los dos.

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Acaricia su frente, murmura a su oìdo algo, acaricia su pecho un poco y mira hacia mì. Me siento intrusa de lo que miro, no es temor y lo confundirìa con asombro.

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El ser mueve sus alas cubriendo casi en su totalidad el evento entre Martín y èl, se incorpora y lentamente camina hacia la ventana…

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Mi pecho se inunda de làgrimas… lo veo volar tranquilamente… a la distancia distingo que otros màs hacen lo mismo. Me miran y dirijo la vista hacia el cielo inmensamente azul donde se comienzan a confundir de manera extraña.

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Martín ha murmurado…

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Me sorprendo y voy hacia èl…

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Martín, ¡Martín…!

9 comentarios:

Mr. Magoo... dijo...

No se si esta historia es de la vida real, si asi lo es, te mando mis mejores deseos, y un abrazo fuerte para estos momentos dificiles, porque a veces las palabras salen sobrando, pero tal vez la muestra mas leve de solidaridad nos dice mas que mil palabras y nos hace sentir apoyados, y con un poco mas de fuerza para seguir en el camino que se nos ha puesto un poco empedrado.

La amistad, no cabe duda, es de los sentimientos mas nobles que el ser humano ha podido cosechar......

FENIX dijo...

Al igual que elcomentario anterior,deseo que sea solo ficción, el relato me envolvió e hizo imaginar la escena.

un saludo.

Nube Gorda dijo...

Me pierdo un tiempo y cada vez q vuelvo a tu casa, encuentro buenas reseñas, pues como le haces pues, pa escribir tan chido?.

Bsuchito

george dijo...

Querida Dra,
hace dos días un primo mio estaba paseándose tranquilamente con su amiga... derrepente se cae al suelo, ya sin vida, nadie entiende!
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a Martín puedes despedir, recordar con el tiempos pasados juntos, llorar con el, hacerle compañía cuando sufre, soñar con ángeles que le consuelan, tienes tiempo de acostumbrarte, Martín tiene mucha suerte de tenerte...
Al final somos todos iguales, nadie puede escaparse, solo hay algunos que pueden despedirse con tiempo y con el sentir del amor...

un beso

ĭçoŋoçlast@.·´¯`·.¸ dijo...

Algo que que me preocupa cuando tengo un ser querido en un hospital es el frio que hace en muchos de ellos, si somos seres de sangre caliente ¿no deberían cuidar mejor la temperatura de los cuartos?

recuerdo que hace un par de años una tia ingresó a terapia intensiva y cuando fui a visitarla sentí un frío endemoniado, y pensé:

Si yo que estoy joven y sano estoy a punto de caer en la hipotermia ¿que esperanzas tiene mi tía?

Y en efecto, al dia siguiente había fallecido.

fgiucich dijo...

Una triste, pero bella historia, relatada con una calidez que llega muy adentro. Abrazos.

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

HOLA KLEINE!

TE MANDO UN BESO ENORME!

Anónimo dijo...

Conmovedora... hiciste contacto conmigo...
Hoy... debo llamar a un amigo que me necesita...

Un beso para ti...