31 octubre 2005

Entierro

Ahora que en México se habla de muerte, panteones, cosas tenebrosas y hasta chuscas, démos un espacio interno para "enterrar" todo eso que ya vivió, ya hizo en nuestras vidas algo y que le damos ahora el tiempo de morir. He aquí un estracto de un escrito de Swami Kurmarajadasa.
Tu vida esta plena de logros,
Luchas y grandes esfuerzos,
Y aunque a veces no parezca
Cada día te vas acercando
Paso a paso a lo que tú quieres.

Pero ten cuidado, puedes tener Un enemigo,
capaz de destruir
Sin piedad lo que con tanto trabajo has construido.

Me refiero a tus propios resentimientos.
El resentimiento es como tomar un veneno
Para tratar de envenenar a otro.
Mientras el dolor pasa, el rencor se queda,
Lo agravas, como a una herida que no se deja sanar.
El resentimiento es un monstruo,
Que puede tener el tamaño que le des,
lo puedes alimentar

Con los pensamientos de queja y de autocompasión
Entre mas lo crezcas mas partes de tu vida invadirá.
La energía que le das a ese fantasma, es la misma
Que puedes usar para construir tus sueños
O la vida más plena y feliz que te mereces.
Quien no perdona sin darse cuenta poco a poco se aísla,
Empieza a olvidar o dejar de disfrutar lo grato de su vida.
Con el rencor te haces mas difícil,
lo difícil y lo agradable se opaca con el tormento de la amargura.

Digno no es quien resiente,
Digno es quien perdona.
Que estúpida es la venganza que mantiene anclado el dolor.
La venganza sabia es dejarlo ir
Seguir adelante, es construirse en vez de destruirse.
El perdón es un regalo, para si mismoEs regalarse la paz.
Es soltar la carga
Es decidir mirar la luz de nuevo
Y con determinación caminar hacia ella,
Hacia lo mejor de ti, de tu vida.

No perdones para que el otro cambie
Acéptalo, el otro nunca va a ser como tú quieres,
Eso no depende de ti.
No le des a nadie el poder de hacerte infeliz
Perdona porque decides hacerlo,
Retoma tu poder
Tu inmensa capacidad de construir tu propia tranquilidad.

28 octubre 2005

Calaveras Mexicanas

Advierto señores, que con respeto y fervores, les muestro calaveras pero deshonres.
Raydigón
Ya se llevan llorando al gran camposanto,
A ese que entrevistaba incluso a un santo,
la flaca hizo que su mago y él dieran un salto
y así nomás se petateó en un rato.
¡Ay Amigo querido!,
Seguro a los rezos de tu rosario no falto.

Raquel Olvera
¡Ay amiga cuanto te he extrañado!
Desde que Doña Catrina a tí te ha llevado
Porque requiere de letra y verso rimado
Llevándote ahí donde nadie se ha animado.
Miraré en tu lápida un verso que ha quedado,
“aquí descansa la escritora
que la muerte gustosa, ¡fría me la ha dejado!�

Alex Amazing
Y tu ¿qué dijiste? “A ésta si me la echo al plato�
Pues nada, que te que quedas frío como pato,
Porque te sonrió la que vive en anonimato
y te llevó derechito hasta el camposanto.
No más viajes, compras ni botellas,
Ahora dormirás ¡y creo que por un buen rato!

Enigma
¡Ay nanita el encuentro se puso bien bueno!
Don Enigma y la flaca, chocaron como trueno,
Éste la miró y hasta se puso Güero
Más quiso un informe de seguro pa su fuero.

Tanta solemnidad que escribes a diario
Que tus pies ha jalado con todo y Enigmatario.
¿Ahora como podremos todos leerte?
Pues hombre, ¡síganlo!, derechito hasta su muerte.

El Ateo
Amigo,
¡Ya te cargó toditita la tiznada!,
Por andarle haciendo caracoles y mentadas
A ésa que sonríe pero jamás dice nada,
Sáfate ahora, ¿verdad que no son mamadas?

Exordium
Ya te lloran tus amigos, críticos de cine y editores,
Hoy te celebraremos con grandes honores,
Porque de ti no nos quedan ni los meros olores,
Recordaremos tu blog y le pondremos con flores
muchos comments y hasta condecoraciones.

Aquel Eric y Miss Vezo
Hoy la muerte dijo hasta aquí llegan
Esos que de amor sus versos legan,
No más palabras bonitas a los vivos,
Eric y Vezo: a la tumba con los Divos!

Mono, Pinceles,Sr. K, Egosum, Alvaro Rolando.
Mis queridos chamacos, ya se oyen las campanadas,
Celebran misa a esos que murieron comiendo empanadas,
Entre historias y muerte muchas no serán narradas,
La parca decidió que en el más allá todas sean contadas.
Entre amigos y compareños ya les lloran
Y por supuesto en sus blogs ¡como se añoran!
Son sus huesos los que en la tumba moran
Porque la Fría, no saben, como los adora

Chica Yeyé
¡Andale raza! La Yeyé ya estiró la pata,
Pobre Benja, su mujer era bien reata,
A ver si a la muerte no se le desata
¡Y llega cantándole a su amor con todo y serenata!
Por llevarte de amiga con la muerte,
Ella por fin ha decidido tenerte,
No más visitas de todos tus clientes,
Dice ella, para que no te me impacientes.

Noemí
¿ Y a quien creen que de ultratumba andan buscando?
A Noemí por andar a las almas asuzando,
Nomás que ella antes de morir
Un blog entero andaba diseñando...
Con ojitos redonditos te quedaste,
Cuando a ella temiblemente enfrentaste,
Sin dejar de abrir la boca quedaste,
Para ver hasta donde le acompañaste!

Maricarmen
Y cuando menos ella se lo esperaba,
Por detrás el susto que le llegaba,
La muerte huesuda sintió que le hablaba:
-Vámonos chica, que pa la tumba tardabas..
Cómo clama el susodicho
El alma de quien he yo dicho,
La muerte los dientes le peló
Y ésta de plano fría se quedó.
No mas sopas, caldos, ni frijoles,
¿Dónde quedaremos todos tus tragones?
¿No querrás que te acompañemos
A alguno de los panteones?

Stultorum
Creo que hoy no tendrás quórum
Porque te velamos en el gran forum,
Doña Catrina te vió Stultorum
En pleno auge de todo tu blogum.
Muy grandes los ojos el chico abrió,
Y con tiemblo de frente sólo se rió,
¿Y si me espero un ratito tiempo me fió?
No chamacón, ni tiempo del adiós te dió

Claudia Contreras
Hoy se ha quedado mi querida Contreras,
Muda ante el espasmo de oler las muerteras,
Rondan que rondan por su blog de miel,
Desean sus huesos, ya no su piel.
Ya le lloramos los que la recordamos,
Y ahora flores al cementerio le llevamos,
¡!Todos iguales en el camino andamos,
Y quizá al rato ya mero te acompañamos!!

Oscar
A paso lento por detrás a Oscar se le enredó,
Ni más ni menos que la Huesuda el día de hoy,
Vente chiquito que la muerte yo te doy
¡¡Aunque seriecito te pongas yo si voy!!
-Quieta señorita, no ve que seriecito soy?
Trabajador y muy seriecito en mi trabajo estoy!
-Es lo de menos caballerito, que le quito yo lo tímido!
Vamos al camposanto con un abrazo entumido!-
No me venga con poses, y quédese aquí dormido
Que le construyo su tumba pa que ande de presumido!

Mario Aguilar
Pos calladito y blogeador
La muerte a tí te adoró.
¡Vámonos pa onde todo mundo llora
Y verás como todo mundo te añora!
Y Mario quietecito y sin chistar
Con la Calaca a la tumba fue a dar
Sin resistencia a quien mandar
Hoy lo extrañan a rabiar

Bruno Díaz y Humano
Con gusto me los llevo señores,
Donde a los dos les hagamos los honores,
Dice la Calaca entre flores y rumores,
Donde en la tumba los entierre sin rencores…
Así que en el cementerio permanecieron,
Con velas y recuerdos que aparecieron,
Los dos alegres compadres, se dijeron,
Se acompañarán ¡hasta en los cielos!

Kika
Y la muerte se dirigió con la más calladita,
En silencio y con mirada elaboradita,
Estaba Kika trabajando sin pensar en la huesudita…
Vengo de ultratumba mi querida trabajadorcita,
Anda, vamos, que allá te tengo una chambita,
-no me lleves- suplicó muy espantadita,
te prometo que hoy me quedo quietecita.
No insistas, que hasta hoy quedas vivita,
Y mañana ya estarás bien tiesecita.
Diminui
Le llegó la hora a Diminui y su empresa,
Pues nada que la Parca la tomó por sorpresa,
Ya le tiemblan sus dientillos al mirar a su presa,
Que nada le importa ver que ella ya reza.
Blogueratura guarda su luto dentro del corazón,
Aunque La Huesos la llame con la misma canción,
Allá en la tumba se cuenta cómo ella quedó ,
“Yace aquí quien inició gran acción
estirando la pata cumpliendo su misión�


Dra. Kleine



27 octubre 2005

Conjuro Sioux

"Cuenta una vieja leyenda de los indios Sioux, que una vez llegaron hasta la tienda del viejo brujo de la tribu, tomados de la mano, Toro Bravo, el más valiente y honorable de los jóvenes guerreros, y Nube Azul, la hija del cacique y una de las más hermosas mujeres de la tribu....
- Nos amamos...- empezó el joven
- Y nos vamos a casar....- dijo ella.
- Y nos queremos tanto que tenemos miedo...queremos un hechizo, un conjuro, o un talismán... algo que nos garantice que podremos estar siempre juntos...que nos asegure que estaremos uno al lado del otro hasta encontrar la muerte.
- Por favor...-repitieron – hay algo que podamos hacer?
El viejo los miró y se emocionó al verlos tan jóvenes... tan enamorados...y tan anhelantes esperando su palabra...
- Hay algo....-dijo el viejo- pero no sé...es una tarea muy difícil y sacrificada...
- Nube Azul... -dijo el brujo- ¿ves el monte al norte de nuestra aldea? Deberás escalarlo sola y sin más armas que una red y tus manos... deberás cazar el halcón más hermoso y vigoroso del monte... si lo atrapas, deberás traerlo aquí con vida el tercer día después de luna llena...¿Comprendiste?
- Y tú, Toro Bravo...-siguió el brujo- deberás escalar la montaña del trueno...cuando llegues a la cima, encontrarás la más brava de todas las águilas, y solamente con tus manos y una red, deberás atraparla sin heridas y traerla ante mí, viva...el mismo día en que vendrá Nube Azul... Salgan ahora!
Los jóvenes se abrazaron con ternura y luego partieron a cumplir la misión encomendada... ella hacia el norte y él hacia el sur...
El día establecido, frente a la tienda del brujo, los dos jóvenes esperaban con las bolsas que contenían las aves solicitadas.
El viejo les pidió que con mucho cuidado las sacaran de las bolsas...eran verdaderamente hermosos ejemplares...
- Y ahora qué haremos...-preguntó el joven- ¿los mataremos y beberemos el honor de su sangre?
- No – dijo el viejo.
- Los cocinaremos y comeremos el valor en su carne?- propuso la joven.
- No - repitió el viejo.- Harán lo que les digo: tomen las aves y átenlas entre sí por las patas con esta tiras de cuero... cuando las hayan anudado, suéltenlas y que vuelen libres...
El guerrero y la joven hicieron lo que se les pedía y soltaron los pájaros...el águila y el halcón intentaron levantar vuelo pero sólo consiguieron revolcarse por el piso. Unos minutos después, irritadas por la incapacidad, las aves arremetieron a picotazos entre sí hasta lastimarse....
Este es el conjuro. Jamás olviden lo que han visto... son ustedes como un águila y un halcón... si se atan el uno al otro, aunque lo hagan por amor, no sólo vivirán arrastrándose... sino que además, tarde o temprano, empezarán a lastimarse el uno al otro...
Si quieren que el amor entre ustedes perdure...

“Vuelen juntos...pero jamás atados�."


*Este texto alguna vez me lo contó un viejito de 85 años en Monclova. Yo lo había olvidado hasta ayer que miré una canastita que hizo para mi. QEPD.
* ¿Saben lo que es una calaverita? ¡atentos a mañana!

26 octubre 2005

Charlas por curiosidad

En el msg. navegaba cuando me encontré a un espíritu "Demoníaco":
K: Dra. Kleine
D: Demoníaco K. Bueno, todo está interesante, dime tú: ¿que les gusta que les digan las mujeres a los hombres?
D. ¿De verdad quieres saberlo? ¿Qué ganas con eso?
K. Puntos a mi favor.
D. Qué aburrida, ¡busca otra cosa!
K. ¿Sexo quizá?
D. Ah, vamos bien. Eso les encanta a los hombres.
K. ¡Pero yo busco algo romántico!
D. Al inicio es padre...pero luego duerme...intenta sexo, eso emociona.
K. ¿Ni una cartita? ¿Siquiera poesía escrita? ¿Entonces es más llegador eso?
D. Ya te dije, ¡es de hueva! ¡Cartas suzzzziazzzz! negligézzzzz
K. Mentira, todos tenemos sensibilidad! Aunque eso del sexo...mmm
D. Ah, ya piensas mejor. A los hombres siempre les fascina sentirse deseados.
Nunca minimices el acto o te perderás en el olimpo. Buscarán algo mejor.
K. Pero los hombres siempre buscan, siempre desean. ¡Si cambiaron a la mismísima
Marilyn Monroe por otra! ¡Que no hagan eso con una simple mortal!
D. Bueno, ve lo que te digo, yo insisto en que las mujeres tengan ese tacto de saber lo que el hombre quiere.
Aun teniendo a la más buenota siempre se degusta probar cosas nuevas.
¿Ustedes no son igual? Yo sé que si.
Tal vez para ustedes, uno que otro pecadillo, es más fácil y rico de ocultar.
¡Nadie puede negar un buen manjar!.
K. ¡El arte de la discreción, cierto!... ¿Eso nos gusta a todos? ¿Ser infieles?
D. Depende el concepto de infidelidad que tengas...
K. ¡oh!, me dejas pensando...

25 octubre 2005

El taxista

Seis de la tarde de un viernes y el Distrito Federal está de la fregada.

El taxista ya quiere dejar al cliente donde caiga. Es casi la hora de ir por ella y éste señor le pide irse rumbo al Angel. Nomás porque pagan buena lana los chavos fresas y no andan remilgando al pagar lo lleva donde pide. Además, es buena lana pa gastarse con ella, la que lo trae loquito porque está bien buena.

Mira la hora a cada rato y su pasaje también, quien no quita la vista del taxímetro.
La música de su estéreo es grupera, como para animar más el acelerador. Se escuchan complacencias y una que otra llamada donde el locutor dedica canciones, dedica dolor a todos los que por amor quedaron ardidos.

Ahí más adelante y otro pinche alto lo frena, el tipo decide bajarse ahí, en pleno Reforma. Dice que de ya le queda cerquita a donde va. Cobra veinte pesos y le da las buenas tardes.
En chinga tiene que llegar, aunque sabe que la chava sale a la hora que se le pega la gana de la normal.

Entre los franeleros limpia parabrisas le vienen recuerdos de los momentos que se ven, que platican y se manosean. Sabe que la palanca de velocidades es un buen pretexto para agarrarle la pierna, subirle la falda, mirarle los muslos carnosos, queriendo chuparlos pa dejarlos marcados, pa que sepan que ella es de él.
Que comienza con el toqueteo y es ella la que le agarra ahí, la que le esculca y le calienta la sangre. Le excita ver que no le importa que pase la gente por la calle, mirando su miembro por la bragueta...a ella eso dizque le gusta, pues se carcajea cada vez que eso sucede y luego, luego lo besa...quedan en silencio y otra vez se vuelven a tocar.

Es cabrona y se le nota, a varios del salón los trae babeando.Tiene grandes los pechos y usa unos escotes grotescos.
Igual al conocerla también a él le gustó. Llevarla a la normal el día de más prisa fue suerte para el tipo y de plática fue mucho mejor porque así la convenció de llavarla gratis a su casa.
Así le dio por jalar con la chamaca que, como aún no sabe donde vive, sólo toman el rumbo a Tacubaya.
Ya tiene ganas de metérsela en un motel, ya no quiere que le asusten las luces del retrovisor pensando que es la policía pa checar con quien está y hacer que se bajen cuando él todavía tiene su verga erecta en lo oscurito. Sabe que hoy si la convence porque trae en la cajuela de su pinche carcacha un regalo para ella. Afloja siempre que le lleva algo nuevo, antes los pechos, luego sus piernas, ahora toda ella de seguro.
Se estaciona donde siempre y mira salir a uno que otro muchacho, apaga su estéreo y se pasa la mano en la cabeza pa peinar su ceboso cabello, esparce agua de colonia corriente y continúa esperando verla salir.
De vista ya saben quien es él, esos que juegan por ahí un futbolito. Vuelve a prender el radio.

Hoy más impaciente que nunca baja a la cajuela pa sacar eso que trae.
La pelota de los chavos rebota en su carro y se queda atorada ahí abajo. Llega un chavo y la quiere sacar. El taxista le ayuda y el otro nomás voltea, recoge la pelota y le dice que salieron temprano y no hay nadie ahí adentro.

Para la hora que es todo ya está solo.

Esa noche está pensativo, su mujer le sirve la cena y decide cogérsela al rato, nada más que se duerman los tres mocosos en el otro cuarto. De alguna forma guardará esa calentura que le dejó la rejija chamaca de la normal.

24 octubre 2005

El interés tiene pies


En el transcurso de la semana he recibido llamadas de personas impensables. Digo ello en el mejor de los sentidos. Nunca pensé que consiguieran mi número ni el cómo localizarme. Me he quedado sorprendida con ojos de bolita.
Es verdad que un mundo nos vigila ¿eh?.

En mi anterior trabajo, por estar en un departamento donde se exige mucho a las personas, mi puesto requería de muchas de ellas cuando llamaba el Gran Jefe. En otras ocasiones me convertía en la portavoz de todo cuando era necesario filtrar o hacer en un Instante. A veces no eran buenas noticias o los regaños eran parejos.
Y obvio, no eres monedita de oro para hacer “tilín� en los oídos de muchos como a mí y como a muchos nos ha pasado.

El caso es que para no hacer tanto misterio, mis primeros meses de trabajo en aquellos lugares resultaron bastante difíciles, obra de algunas mentecillas cochambrosas que pensaron que la chamba se las iba a tumbar...en fin, así piensan los de cerebro de grillo.
No fue muy grato alguna vez saber que no era bienvenida en el comedor “porque me rozaba con gente de arriba� y con tolerancia aprendí a comer sola, a realizar mis labores de la mejor manera aunque tuviera en muchos casos que aguantar ciertas inconciencias.

Hoy, la vida se ha cobrado de manera extraña. La compañía donde pasé por hígados y cebollas está por cerrar. Yo emigré hace un tiempo ya casi sin despedirme de muchos. Salvo los que de verdad valen la pena y mucho.
¿De quien recibí llamadas y correos electrónicos?
Uy, en serio que la vida da muchas vueltas y uno nunca sabe el día de mañana de quien podemos necesitar.

¡Las personas que eran venenosillas me han llamado! Con toda la amabilidad y pleitesía que jamás me hubieran aplicado... ¡caramba! Y todo para saber cómo he estado, cómo e ha ido y... si tengo la posibilidad de ayudarles...
¡Ahhhh eso!

¿¿De cuando acá ya tengo amistades así y por montones??

¡Dioses!
No quiero ser rencorosa ni cosa por el estilo, pero de contratar a personas que conoces (y que sabes cómo son a la larga!) a personas que no conoces, ¿a quienes escogerían ustedes?
Ironías de la vida, ¿no? ahora algunos de todos aquellos que me hacían cara de fuchi me ponen el saco para que pase encima.

¿Así somos todos los seres humanos?

21 octubre 2005

Mundo Light



¿Alguna vez han visto el efecto que produce la acumulación de gente en las esquinas de un cruce? Ver cómo en el semáforo, del verde al rojo se acumula una multitud paralela que al encuentro da la impresión de un choque de olas y, caminando, el mar de gente se va mezclando con todos hacia sus diferentes destinos.
Nadie se percata de nadie. Cuando paso a su lado y les veo me invade la duda regordeta: ¿Cómo saber lo que piensan? ¿Lo que sienten? ¿Lo que son?
Así sucede cuando caminas por alguna calle de cualquier estado, pero basta con que te introduzcas a un "mundo light�, en algún rincón de la ciudad, en donde todos exhiben sus sentimientos, preferencias sexuales sin miedos ni pudores; una zona extraña que aparece y desaparece de repente en un espejismo.
¡Ohhh, sí!,
Mientras cae la tarde, bares, restaurantes y centros nocturnos gays dan libertad a la gente para que exprese sus amores, temores y ¿por qué no? sus ansiadas fantasías. Y pongo ojitos de bolita: ¿De dónde sale tanta gente? ¿Cómo es que no la noté en alguno de esos cruces?.
Inmersos en ese mundo se modifican los gustos y los amores, los que son homosexuales quedan hombre a hombre, lesbianas: mujer contra mujer (¿les suena?), trasvestis: los chicos y chicas que gustan de vestirse como el sexo opuesto, transgénero, aquellos que han hecho cambios quirúrgicos en sus órganos sexuales (¡ouch!).

Tal Mundo Light lo permite, sin censura, sin miradas mustias o risas burlonas, la curiosidad está permitida en todos sus niveles. Bien, bien, pero ¿qué pasa si alguien sale de ahí y va al mundo común, de la mano, con un beso, con vestidos y formas que salen del cuadro?
Dioses del olimpo, ¡me lo puedo imaginar!.

Los lugares donde la tolerancia a las preferencias sexuales es severamente restringida son muy comunes en nuestro país, hay censura, golpes y atracos, luego-entonces, oh señores del jurado: ¿en dónde les toca hacer su vida? Dijera un quejoso: “¡Nos orillan a una burbujita en donde nadie se meta con nosotros...!�
Y pienso: ¿Víctimas? o ¿Pecadores? o ¿Sodoma y Gomorra?. Ser o no ser, he ahí el dilema.

Son hombres y mujeres como nosotros, piensan y sienten como todos y cada uno de nosotros. Hay creadores de arte, de fe, de historias y letras, filántropos que aportan al mundo cosas valiosas ¿Tenemos conciencia de ello?, ¿estaremos –algunos- limitados a pensar que son portadores de enfermedades?.
He aquí la responsabilidad de nuestros tiempos, atreviéndonos a romper esquemas y creando banderas que significan la diversidad de amor a razas en todos sus colores y sabores.

¿Será posible reconfigurar conceptos como “raritos�, “amanerados�, “tortillas�...?

Doy un suspiro y me doy cuenta que en todos lados donde miro hay miles de cabecitas pensantes y confío: en alguno de esos corazoncitos habrá una oración tan famosa como la que Luther King dijo un día: “Yo tengo un sueño...�

Escrito para El Universal On Line por G. Kleine

20 octubre 2005

Maligna virtualidad

Era raro y encabronadamente emocionante que ése hombre tuviera una cita. Nadie llegaba a dimensionar lo grande que resultaba para él.
Tímido y poco social en su trabajo lo tildaban de tonto y pendejo, pues jamás se oponía a un mandato y hasta la hora que todo acabase él daba por hecho que podía retirarse.
Casi nadie, por excepción de los saludos obligatorios, daba una extensión de más al dirigirse a él. Las chicas de la oficina le miraban hasta con cierto miedo, pues desconocían una sonrisa y siquiera algo que dijera que era feo pero entretenido.
Ni él mismo hacía el más mínimo detalle por ganarse a nadie. Aunque jodido estaba al trabajar de más. Sólo su estúpido Jefe le aplaudía su labor.
Era cuestión de cumplir los pinches estatutos y ser responsable. Jamás se percibía al salir o entrar del edificio. Pocos le miraban con desprecio, amistad o mera indiferencia.
El simplemente lo gozaba para que, al llegar a casa, su cara se transformara en una sarta de expresiones cuando encendía su PC.
Ahí, en la sala de chat de sexo, él podía evocar cualquier sucia fantasía, de manera tal que nadie lo tildaba de perverso, feo o libidinoso.
Tras pocos intentos logró conocer a una mujer virtualmente, poco tiempo atrás.
La webcam la mostraba toda. Con unos grandes senos caídos.
Sus formas eran grotescas, sus escritos vulgares y poca distancia había entre una puta y ella. (¡A lo más que la puta no supiera escribir en computadora!).

Se decía nombrar Devora-Dora.

El mote lo tenía ganado al succionar de tal forma que nadie llegaba a negarle nada que pudiese querer ella de forma demandante. Y con miles de kilos de más simplemente lograba que el corsé y negligé se deformaran ante las gordas lonjas que sobresalían a ella.

Gustosa aceptó la propuesta de verle, aún a sabiendas de verle el físico.

Ambos tenían la gana de lamerse, cogerse, hacerse de lo que nadie más puede imaginar tras la promesa sutil de que todo quedaría únicamente entre ellos...y gratis.
¡Qué garantía es la que en la red todo se encuentra!...hasta los maldecidos indeseados ahí mismo se ven y se conocen.

El bar, uno de tantos de los barrios bajos fue la elección de ambos que, sabedores de no ser reconocidos, bien podrían hacer las cosas a sus anchas.

Ahí estaba ella desde hacía rato, ebria y mal planchada. Asomando las piernas de cerdo entre la poca falda que luchaba por encimarse en su ancho vientre. Platicaba al cantinero las emocionantes aventuras de haberse largado alguna vez a Laredo con un amante trailero.

El se presentó sin ningún temor, el temple era diferente, seguro, dedicado, complaciente.

La música formó parte de su ambiente, tras varias copas y muchas pláticas eróticas lograron calentarse, a caricias, con poco disimulo, lograron ser el espectáculo de aquel lugar.

Para los voyeuristas, los amantes, los ebrios y alguno que otro que jamás había visto a una obesa desnudarse, ahí la tenían. Prestos a presenciar el acto.

Ella comenzó y el la besó.
Dejó caer el gran sostén de brillos y chaquiras sobre una mesa. No hubo preludio, todo fue al grano. Las carnes se asomaron.
La mujer de forma salvaje y hambrienta fue penetrada. Varias veces vejada.
El entraba y salía de ella como se le antojaba...

Y

Un grito estremecedor salió de ese hombre pidiendo salir, poniéndo sus ojos en forma desorbitada...clamando piedad.
Gritaba auxilio penetrando la vagina de aquella mujer.

Todos creían que era parte del show excitante de ambos. La gorda reía, carcajeaba, estaba en el clímax total...

El salón calló. La música paró. Hasta el mismo cantinero conocedor de historias quedó estupefacto por lo que esa noche presenció.

Exhausto y desmayado cayó el tipo aquel. Desmembrado, desangrado...

¡Aquella se lo había tragado!

Y al mismo tiempo su hambre se había saciado.
Se levantó, sólo con su bolsa, salió y silbante ni la cuenta pagó.
Los ojos de todos yacían en el agonizante. Su carne había sido llevada por quien en ése momento arrancaba un auto afuera de ése silencio espectral.

Ella era La Devora-Dora.

19 octubre 2005

Un vaso de esquites.

Aquí en México se siembra mucho maíz, cuando se termina la temporada de lluvias se recoge de los campos y se vende en las ciudades de diversas formas.
Puede ser el elote completo cocido al vapor con mayonesa, queso y chile o en forma de esquites que son los granitos de maíz cocidos en su caldito. En un vaso se pone media cucharada de ellos, un poco de mayonesa, chile piquín, queso rayado, sal y limón. A mi no me gustan tan calientes porque tengo la lengua de gato y si me quemo a la primera probada ya no me supieron igual.
Cierto que las gallinas también comen maíz, pero se han perdido de probar un vaso de esquites.
¿A qué viene todo esto?
El antojo de ayer fue irresistible. Desde que salí del trabajo no dejaba de pensar en ese suculento postre que me traía la sensación de salivar y quererlos tener en mi poder. Si, sí, quiero. Los más recomendados son los de un chico que los prepara en la salida del metro Ferrería. ¡Qué ricos los hace, yummi, yummi!
Imaginen el gracioso cuadro: muy ejecutiva, de tacones y peinado frufrú pidiendo en una esquina una rica dotación de ésta vitamina. Bueno en fibra aunque alto en calorías. Y es que siempre pido dos cucharadotas de mayonesa. (De chica solía comer la mayonesa a cucharadas frente al televisor viendo “El tesoro del Saber�).
Una vez despachado el alimento seguí mi ruta en el mundo subterráneo: El metro.
Siendo una hora en la que todo mundo va saliendo poco a poco de sus oficinas aún no se concentraba tal cantidad. Dirección Barranca del muerto-Rosario. Estación Polanco. Seis de la tarde.
Me toca ir parada saboreando aquello que todos miraban y que sospecho fue un acto cruel de presentarles cuando todos ya tenemos hambre. El vagón lleno sin apretujones y yo metida en mi cuestión.
No había caído en la cuenta de que a un lado de mi estaba un chico no mayor a los 25 años que iba mirando para todos lados. Especialmente a mis esquites. Yo comencé a sentir sus ojos cuando de repente entra una masa de gente, incluyendo entre ellos a una señora chaparrilla cargando a un bebecillo, seguida por dos chamaquitos pequeños. Los asientos ocupados en su gran mayoría por hombres hicieron que el chico que estaba sentado a mi lado de repente tomara una actitud poco frecuente. Tocó a un señor que estaba sentado frente a nosotros y le pidió amablemente si le cedía el asiento a aquella mujer. “Para que luego no digan que no somos caballerosos� terminó diciendo. El señor señalado asintió con la cabeza, se paró y se excusó diciendo “es que no la había visto, perdón�. Aquel acto llamó la atención de la gente que estaba parada sin nada qué hacer. Más cuando la travesía de la señora por cruzar hasta llegar al asiento fue grandiosa porque el chico de mi lado se ofreció a cargar a su pequeño para poder atravesar al resto de la gente.
Otro señor al otro costado inmediatamente se paró y le cedió el lugar a un anciano que venía besando la puerta del metro. Gustoso aceptó.
Andale, que bonito se siente. Ahí dentro, en un movimiento de estación a estación comenzaron dos chicas a murmurar la buena actitud del chico aquel y del cómo se contagió en instantes otro más. La chica felicitó al chico y él simplemente dijo “la educación ante todo�, mirándome a mí y a mis deliciosos esquites.
Y el público siguió su mirada hacia donde yo tenía esos granitos chiquititos llenos de sabor. No pude más y ante la insistencia de su mirada le dije: ¿Gustas?
¡Sorpresa! se puso color Sandía. Rojito de las mejillas me dijo: “La neta sí se me antojaron�. Y las chicas se rieron diciendo: “la educación ante todo�.
Dioses, en un lugar tan chiquito y sentir miradas directas...¡mamá Pulpa!.
Le ofrecí el vasito, entre apenada y sin saber cómo actuar le dije que le regalaba el resto y me comentó: “¡caramba, mi primera comida del día!�... ¿Saben cómo me sentí?

Una estación más adelante contento se bajó, se despidió de la señora y de sus hijitos que sacudieron sus manitas viéndolo perderse entre la multitud. Dejó un ambiente de cordialidad, amabilidad y buenos comentarios.
¡Caray, hasta premio se llevó!

Una sola personita hizo que varias más tuviéramos la buena acción del día.
¡Dioses...si todos fuéramos como aquel chico!

18 octubre 2005

Frío camino

Y la vida algunas veces es así,
puede parecer un inmenso paisaje
con algunos peñascos y cosas frías...
Pero ahí vamos en el gran camino del destino
del trabajo y de los blogs...
¡Bonito martes!

17 octubre 2005

Hechos cumplidos

Hoy amanecí diferente,
la mañana no se me hizo indiferente
más sin embargo estuve sonriente,
ví tu cara cuando desperté de repente
tan cerca que re ví de frente.
Qué tenía éste día hoy,
nada en especial que no fuera sino emoción,
no desperté sola y fue de corazón
que me sentí a gusto de verte con ilusión.
Aunque no hubo caricias,
aunque no se me negaron sonrisas,
hoy mi día fue diferente
porque amanecí contigo así de repente.
Me prometiste días, me prometiste noches
y me da miedo que sólo sea un leve trasnoche,
no quiero que yo sea un sincero reproche
pues deseo estar a tu lado aún en tu coche.
Te deseo y te anhelo,
aún tiemblo de que sólo sea en velo,
que no se cumpla lo que deseo
y que caiga yo como el pobre Prometeo.
Dios dame una garantía de derecho
que él sienta que amarme lo de por hecho,
que no se equivoque y me llegue aquí en mi pecho
y que podamos amanecer como hoy en mi gran lecho.

14 octubre 2005

Instrucciones del enojo



Ver cómo mi cara se contracta de forma inversa a la que comúnmente traigo cuando camino por el parque:

- Si mi cara está flácida luciendo toda una sonrisa donde asoman dos de mis dientes de conejo debo ocultarlos, cerrarlos y presionar los de arriba con los de abajo. Sin rechinar o se me caerá el esmalte.
- Mis pómulos en automático sobresaldrán, de manera tal que se forme un triángulo perfecto, notando a la frente y la boca como cómplices del acto.
- Arrugo la frente pero no hacia arriba, sino haciendo el movimiento de juntar ambas cejas para dar firmeza a la mirada, en un instante la frente adquiere poder de ranuras, dos por lo menos. Sin lentes de preferencia.
- Es imprescindible que contraiga las mejillas, automáticamente se para la boca haciendo trompa de elefante. Larga y estirada. Cerrada, de manera hermética. Hay la opción de poder hablar en voz baja con tonos graves y golpeados. ¡Sin chicle o se pierde la veracidad del asunto!.
- Yo miro directo. Poco parpadeo, que salgan arrugas, no importa, le da el toque justo para mirar feo. De ser posible a quien me causó tal sentir.
- Si deseo darle un toque especial junto ligeramente la barbilla con el pecho, cruzo los brazos o en su defecto levanto una ceja.
- Los monosílabos se acompañan en algunos momentos de ligeros movimientos al SI y al NO. Un breve MMJJJ y el toque ¡está preparado!

De esta forma será inconfundible que adivinen mi condición pero cuidado, habrá que ser precavidos porque el uso continuo de ésta treta puede causar la misma actitud para con los que están cerca, es contagioso, tiende uno a parecer soldadito y la vejez nos procura pronto.

De seguir todos los días con las mismas instrucciones sé que seré reconocida en muchos lugares.
¡¡¡¿ESTAN TODOS DE ACUERDO?!!!


Contraindicación: El encanto se rompe por completo en un solo paso: Sonreír.

13 octubre 2005

Recuerdos III

Era algo extraño que a pesar de que todo el pueblo murmuraba el posible romance en puerta nadie veía algo en concreto. Cierto era que en la villa estaban pasando cosas nuevas, quizá por eso todos miraban hacia todos lados.
La presencia de dos chicas similares a la edad de Miranda fue lo que tenía expectante a muchos. Llegadas de otros pueblos, lucían como todas las chicas brillantes, jubilosas, rebosantes de energía y coquetería.

A muchos jóvenes les arrebataban los suspiros y no era de asombrarse que se les mirara frecuentemente por el puerto donde eran invitadas a curiosear en algunas embarcaciones por los apuestos marineros de la región.
Como toda cosa nueva no tardaron en conocer a Fernando. Presentadas como las sobrinas del alcalde gozaban de ciertos privilegios de respeto y travesura aunque se les mirara con recelo por el resto de las jóvenes del lugar.
El alcalde desearía que una de ellas fuese más allá que una chica amistosa de Fernando, quien sabedor de la comprometedora situación no hacía más que ser solemne a cada visita que recibía de ellas en su embarcación.

Miranda sabía de ello. Lolita simplemente minimizaba y acompañaba la angustia fémina de celos y pensares que cruzaban su corazón al saberse desplazada. Comenzó simplemente a estar callada, alejada de todos, metida en sí misma.
Una tarde, al cierre del trabajo, Miranda fue al peñasco sola. Quizá para pensar, quizá para meditar. Era momento de platicar consigo misma y aprender que en cuestiones de amor nada se sabía a ciencia cierta. Desearía morir en esos instantes al caer hacia las rocas que rompían las olas del mar. No pudo percatarse de las lágrimas que rodaban en sus mejillas, como tampoco pudo saber de los pasos que Fernando dirigía hacia el mismo lugar.
Si fue cosa del destino que ambos estuvieran reunidos y callados bien pudiera decirse que ambos estaban de acuerdo. El llegaba a su rescate para no morir en el olvido, en las rocas, en el mar.
Fernando no pidió permiso y a su lado contempló lo cristalino de las gotitas salidas de sus ojos, secándolas y mirándola por primera vez tan cerca como en sus sueños siempre la tuvo, rozando la piel que tantas noches le causó un gran insomnio por tenerla en la mente plasmada bajo un delantal usado y manchado de fruta. A pesar de su gran madurez aún poseía el encanto que todo caballero tiene para hacer sentir seguridad a su lado.
Era el momento preciso en el que Miranda supo que no valía la pena su muerte sin haber conocido a ese hombre, clamando su amor, y ahí, sin palabras, ambos se abrazaron y se fundieron en el beso más sutil que pudieran haber imaginado, un beso que les sumiría en el gran abrazo de conocerse y saberse mutuamente pertenecidos...
Miranda lo amó más que nada en el mundo, más que a esas gaviotas que se llevan las tristezas a las islas. Más que a esa casa que él le dejó llena de recuerdos antes de partir donde el mar termina y toca con el cielo.
Ahora el pueblo ya es viejo, como con los que ahí vivieron, sigue visitando a Lolita en su casa cada vez que solicita apoyo para su artritis, le saludan las sobrinas del alcalde y pasa por donde ella tuvo ese puesto de fruta divertida.

Así recordó Miranda, en su mecedora postrada en aquel pórtico blanco, cómo fue que se unió a él hasta el último instante de su vieja vida de aquel apuesto marinero.
Era un culto al recuerdo en ése atardecer sobre aquellos “celos tontos� que pudieron alguna vez ofuscarla en búsqueda de cosas tontas cuando la realidad le deparaba otras bellas formas de vivir.

Fin.

12 octubre 2005

Recuerdos II

Aunque a ciencia cierta creo que la información ya estaba de más cuando Lolita le puso al tanto, tras el paso de varias semanas toda la villa despertaba igual, comía igual y soñaba igual: excepto Miranda.
Sí, Miranda había estado enamorada desde siempre de aquel hombre, desde su carcajada a medio morir, así justo lo había imaginado quizá en su interior, en su deseo de pertenecer a alguien que no fuera de ahí para que le platicara del mundo, de la vida, de lo que hay más allá de un puerto de pescadores.

No habían pasado más allá de tres meses cuando ya le tuvo de nueva cuenta pidiendo otro melón, Acto seguido de una futura invitación para conocer “la nueva casa� que habitaba y que daba justo a orillas de un lindo lago. Aunque Miranda ya la conociera por dentro cuando en su infancia correteara con sus vecinos a los gatos que solían esconderse por ahí. Tomando en cuenta las buenas costumbres y sonar agradecida por semejante honor no hizo más que llenarlo de fresas sin que fueran pedidas...�cortesía de la empresa� repetía al llenarle el regazo con la pequeña fruta, presa de pánico escénico por no parecer torpe como la primera vez, tratando de dejar una mejor impresión aunque el nervio lo tenía a flor de piel.

Pronto muchos le miraron como miembro de aquella villa, su amabilidad y cortesía extrema se la ganó cuando ayudaba a las ancianas a cargarles sus canastas. Conocía a los hijos de aquellas viejas y las dejaba extasiadas al narrarles aventuras marineras dejando a sus hijos como héroes, aunque los muy hijos de puta las hubieran dejado olvidadas a la deriva en aquella villa. De tiempo en tiempo el alcalde acudía con preguntas frecuentes y no se dude que pronto fue parte importante del centro familiar de varios de ahí.

Sabían que parte de su tiempo lo estaba dedicando a la villa pero desconocían si había alguna dama del pasado pues ya era bien conocido –gracias a la panadería de Lolita- que frecuentaba el puesto de frutas para charlar en algunos momentos.

Claro que daba gusto ver más feliz a Miranda quien, como nunca, vendía mercancía, como nunca, tarareaba y bailaba, como nunca, vivió lo más emocionante que hasta el momento se había presentado.

Miranda suspiraba cada vez que le contaba a Lolita de su mundo ideal, sentadas a orillas de su ya tradicional peñasco que daba en forma de precipicio al mar.
Las charlas siempre giraban alrededor de los príncipes encantados y de un futuro incierto sobre el amor. Fernando era el tema principal de aquellas pláticas.

Fernando era el nombre del caballero del mar. Era el más pronunciado cuando Miranda oía rumores de la buena obra del día. El que la había invitado a cenar junto con el Alcalde, su esposa, Lolita y otros conocidos del pueblo. El que la ponía nerviosa cuando se postraba en el puerto para verlo pescar de vez en cuando...


Noticia: ¡Quiero notificarles una buena nueva!
En Olganza sin "H" se me ha invitado a colaborar, es un honor el participar entre personas de gran calidad. Agradezco mucho el que pongan sus ojitos en las letras mías y queridos lectores, sigamos igual y mejorando, no dejen de echar un vistazo.

11 octubre 2005

Recuerdos I

El aire sutil del pórtico era lo más delicioso que uno pudiera experimentar ahí mismo, y más sentada en la mecedora; los sonidos de pajarillos que vuelven a sus nidos, en un suave atardecer, para preparar sus velas nocturnas, sonaban en completa armonía con el sol a medias, reflejante en el lago, tras la gran casa de madera.
Miranda disfrutaba de esos sonidos aspirando el ambiente plagado de flores y polen, típicos de la temporada de aquellos lugares. Todo encajaba en un cuadro perfecto de amarillos y ocres mientras ella recordaba como quien recuerda con ternura, como quien recuerda con amor, como quien se deja abrazar por lo que se vivió en otros tiempos, dejando asomar de vez en vez una leve sonrisa acompañada de un profundo suspiro...
Así se remontó Miranda a sus ayeres –muchos por cierto-, cuando vendía en el pueblo rica fruta fresca.

Todas las mañanas, ligeras o con llovizna, tenía prestas sus sandías, mangos y fresas, acomodadas alegremente con la mejor disposición para ser llevadas. Bien pudiera pensarse que les hablaba y les consentía como Mamá Gallina criando a sus pollitos sin pensar en el fatal destino que pudiera depararles...
Sí que era colorido el puesto donde acudían señoras, esposos, viajeros, amigas y uno que otro marinero que descendía del puerto para llevarse lo mejor que se ofrecía.

Ella, al igual que su fruta, irradiaba frescura y alegría a la más pura sencillez provincial. Tarareaba siempre esas viejas canciones que su abuela ponía y ponía en aquel fonógrafo. De niña lo miraba una y otra vez dando múltiples vueltas su traviesa cabecilla como si al mirarlo uno sacara la imagen de quien canta y le viera hacerlo vez tras vez. Ella soñaba...

Un solo melón le compró aquella mañana esa voz, uno sólo y su vida quedó prendada deseando ser ella la que se iba en esa bolsa.

Una sonrisa boba y perturbada y no supo más al decir que tenía las mejores pepitas para escupir. El pago fue una aplastante carcajada que más de dos señoras miraban asustadas.
-¿Acaso hay gente nueva en el puerto?-preguntaba Lolita en voz baja, solterona, absolutamente flaca que, desde los inmensos tiempos en que supo de las artes del conquiste, siempre acudía a ver lo que llegaba, a suspirar y soñar con caballeros en busca de sus mieles. Nunca tuvo suerte, no era agraciada de primera vista, pero poseía el gran encanto de hacer pasteles para su venta. Era la gran conversadora de Miranda que le ayudaba a pasar las tardes menos perezosas y lentas de aquel pequeño lugar. Pizpireta, curiosa y con dos círculos rojos notables semejando rubor natural en sus flácidas mejillas miraba a aquel hombre de espaldas en el puesto de Miranda y a su vez a ella quien, por obvias razones, se encontraba abstraída en esa figura de misterioso aspecto.
-Dicen que es un gran marinero - aseguraba otra señora-, que viene de lo más remoto de los grandes mares, muchos de aquí le conocen de chico, está decidido a llevar sus negocios de forma más tranquila. Ya tiene varias semanas acomodándose en la villa. Le ha comprado muebles al viejo Carpintero, otros más ha dejado a su encargo para diseñar y hacerlos a su gusto. Busca lugares y se mete a cualquier tienda, de ser turista en otro barco hubiera emigrado pero ha comprado la casa abandonada de la familia Requena. ¡Mejor uso no le pudo haber dado!.
Trae con él a un perro, siempre le grita en italiano y el perro le entiende bien. Familia no parece que traiga porque ha comprado la cama de Latón pequeña del difunto marqués, ése que dejó todo en la tienda de trebejos del judío Marcel...
¡La información precisa a la persona correcta!
Ya urgía despedir a ese cliente para poner al día a Miranda sobre ese señor que no paraba de reír y que platicaba con ella. Gestos y manoteos era lo único que Lolita miraba desde el mostrador en la panadería de enfrente...

10 octubre 2005

¿El amor está ahí?


Hay casos de amores y de almas sueltas,
hay cosas en que los amores simplemente se sueltan,
hay amores en manos de malas almas
y otros en cosas de buenos amores.
Siempre son la esperanza de armar algo nuevo,
rockeros, adictos, asesinos y sicólogos,
empiezan por amor a algo
y teminan enamorados de alguien.
Por muy lejos que te encuentres de ello
el alma te guía al extremo del sentimiento,
aunque pocos definan el amor bello,
todos podemos accesar a un lamento
que salga de amor o amor al odio.
Quien te invita al amor si no eres tú mismo
que por naturaleza quieras sentirte amado,
si ya lo eres intenta el refuerzo
¡y si tu eres quien ama suertudo el del otro lado!
Siempre hay una razón de amor,
siempre hay un sentimiento dado,
simpre habrá queridos, olvidados
no tolerados y hoy recordados.
A todos los que tuvieron que ver en algún momento
con el amor, simplemente pueden ya estar tranquilos
de ser humanos como todos pero con mayor sentimiento.
El amor está contigo!

07 octubre 2005

Lluvia y café

Salí de inmediato de la oficina, no dudé cuando mi jefe me comentó que ya era suficiente por el día de hoy. Fue bueno aunque lloviera torrencialmente y...no llevara paraguas. ¡Oh suerte!.
Tras una carrera de 10 minutos por las calles tratando de no ser tocada por cada gotita regordeta me dí por vencido y me detuve en la entrada de un café. El olor invitaba a pasar para que el cuerpo tomara calor y diera de sí un poquito más. Creo que muchos pensaron lo mismo porque no se distinguía a la cajera de la cantidad de gente en la entrada. Mejor esperé.
El chipi-chipi da esa sensación de tranquilidad aunque te encuentres en plena calle. Ahí me quedé.

Una chica, casi mojada en su totalidad, se acercó a taparse en la orilla del café, venía maldiciendo en voz baja su suerte. Traía cosas en la mano que parecían sueltas, el bolso se le había roto. Se notaba la angustia por seguir adelante más era totalmente imposible. El peinado estaba malrecho y se le escurrió el rímel del lado izquierdo. Entendí sus maldiciones y su mal humor. A mí me preguntó la hora dos veces, eso no la haría llegar a su destino.
Mala pata la suya.

Yo contemplaba los autos, la gente bien tapada y las gotas de lluvia que mojaban el pavimento. De mi lado salió un hombre demasiado apuesto cargando su café, un capuccino con licor. Su apariencia de gran ejecutivo lo delató en sus ropas y portafolio Cartier. De muy buen humor comentó que era imposible el paso hacia la acera de enfrente. Yo sonreí, la chica de al lado simplemente hizo una mueca, ¡como si no fuera bastante lo que le había ocurrido!. Aunque al mirarlo bien, ya no era tan incómodo responderle...
¡Es increíble cómo puede subirnos la estima un hombre guapo y gentil!, su voz denotaba seguridad y no se diga de su sonrisa brillante.
¡Diablos y yo en mis peores fachas sin maquillar!.
Me preguntó la hora y la chica respondió en mi lugar, pues no tenía más de 2 minutos que me la había preguntado.
¡ah! le ha cambiado el humor...lo que hacen unas hormonas masculinas. La lluvia no paraba y al cabo de cinco minutos ya la plática entre aquel varón y la chica era bastante nutrida, algunas veces me incluían también...risitas, chistoretes, comentarios y finalmente sus nombres.
¡Qué graciosa forma de hacer amistad bajo la influencia húmeda!
Debo admitir que no me he actualizado últimamente en la pose de relaciones humanas pero ésta es la más rápida que he visto desde hace mucho tiempo.
El entró a la cafetería nuevamente. Ella me preguntó si llevaba maquillaje y lápiz labial. Me urgía que se corrigiera el rímel manchado. Le presté un cepillo porque creí que daría mejor apariencia con su cabello bien arreglado. Después de todo las mujeres sabemos lo que nos queda bien. No era necesario que usara colores, natural lucía mejor.
-Soy el cupido de la tarde- me dije a mi misma sabiendo que ella era veloz en estos menesteres. El señor de ojos negros y cabello rizo salió con dos cafés más. ¡¡Dioses!! yo boquiabierta mirando a la chica. La comunicación ocular entre mujeres es la más efectiva del mundo: "¡no lo dejes ir porfavor!...¡lluvia no pares!...direcciones, teléfonos, datos precisos, vamos niña no seas tan lenta.

En menos de hora y media sabíamos que era un gran emprendedor de la bolsa de valores, soltero intelectual y de gran capacidad en negocios y claro, socialización inmediata.
No cabe duda, hay gente que nace con ése ángel encantador.
La chica nos contó acerca de su tragedia, bolso roto, cita perdida, mojada hasta donde la ropa toca con su piel, regaños de su jefe y el punto final era la lluvia torrencial que le detuvo ahí mismo. Yo no hubiera dicho lo mismo, pero estaba encantada con ver la conquista de la tarde.
El gran ejecutivo no parecía llevar prisa, más bien llevaba cara de ser uno de esos días en que todo le sale bien.
¡Ah que rico café!
Llamó por celular a alguien, canceló todos sus pendientes (¡él tenía una cita ahí mismo!) y a los 30 minutos apareció la limo...
¿y luego? ¿cómo es que parecía que no tenía hacia donde ir?...el nuevo príncipe del siglo XXI.
Acto seguido se ofreció llevarnos a nuestro destino.

Yo preferí quedarme un poco más, argumenté que vendrían por mí. Ellos simplemente subieron al auto y por primera vez en mucho tiempo pedí a las fuerzas del amor que ése día no fuera tan fatal como lo descríbía la chica.
La lluvia amainó al cabo de 10 minutos más.

Seguí mi rumbo, esa sonrisa que se dibujaba en mí era mejor que muchos de los días en que mi jefe me deja salir temprano.

06 octubre 2005

Tregua

Hoy los amores amanecen cansados, de tanto amar, de tanto recibir,
Hoy los amores tienen ganas de dormir, de soñar, de no pensar,
porque siempre están del lado de la ilusión y de la esperanza,
porque siempre desean se cumpla lo que anhelan...

Hoy los amores descansan de ello
y piden una tregua al amor.
Piden que debido a tanta insistencia, a tanta necesidad,
por lo menos se haga presente para que se siga creyendo,
para que se siga amando...

Hoy lo amores están cansados de esperar un amor,
pueden quedar ancianos y aun así seguir esperando,
pueden comenzar de niños cuando conocen a alguien,
y así la vida comienza soñando, esperando, ilusionando...

Hoy los amores piden que se cumpla, que de dé, que se sienta,
algo de lo que en tiempos atrás se ha deseado con tanta insistencia,
Hoy los amores piden un beso, un abrazo, una caricia...

¡¡Vamos AMOR... no puedes ser tan callado a tanta insistencia!!

05 octubre 2005

Lluvia


¿Te has puesto a mirar hacia arriba alguna vez cada vez que llueve?
¿Qué se siente cuando te toca la piel ésa agua cálida del cielo?
¿Recuerdas algún instante en el que la lluvia se convirtiera en algo sutil para tu vida?

Lluvia que da alegrías y melancolías,
lluvias que dejan las calles limpias,
lluvia, lluvia, lluvia.

Lluvia que das el tiempo de cambios,
lluvia que anuncias nuevos momentos,
lluvia, lluvia, lluvia.

Asi todo mojas, así todo muestras,
más fresco o frío, según lo miremos,
en ciudad o en el campo,
siempre te corremos,
¿acaso nos daña que nos toques un poquito?

Lluvia, lluva, lluvia...Así son estos días...

04 octubre 2005

En la estación.

Es casi medio día y la gente de tiempo en tiempo va aumentando en el lugar, sonidos por doquier, claxons, pasos, toda una gala de maletas caminantes en pasillos y hangares.
Ella sólo mira, hay momentos que quieta se queda hacia un punto fijo, viendo sin ver, recordando sin querer lo que había sido en otros tiempos, en otros sentires, en otros amares...
Se escuchan voceos de salidas en la estación, se escuchan caminantes andando apresurados, unos contra corriente, otros a la marea, otros andando para ser recibidos por seres que les dan un beso a su llegada y ella sólo mira...recordando...

Era un alegre día de Octubre cuando ella llegó a aquel lugar, cierto era que la provincia es pequeña pero resultaba bien peculiar, los trenes eran un buen contacto con el mundo exterior y así fue como llegó a ese pueblito interior.
Cargando sólo un bolso miraba con ansia desde el interior del tren, queriendo ver a alguien, queriendo que alguien la mirara. Tarde se le hacía para saltar a los brazos de su joven amado, de su amor tantas veces anhelado a la distancia, que a ese tiempo se había llegado el momento de cumplir una buena realidad.
Ahí en la estación ella besó con toda una gran emoción, ella sintió que su vida comenzaba algo bueno, que ahí mismo se daban los ruidos de su corazón entre vapores y señales.
Ahí mismo recordó que mucha miel fue la que probó cuando su cuerpo fue desnudado por primera vez sin que ella metiera las manos a algún ojal, al quitar el botón...y fue feliz.
Y creyó que esas mieles eran eternas, que los años pasarían 15 veces más, cuando también por un tren, llegó otra nueva mujer, a arrebatarle lo que ella creyó de su propiedad...

�Nada es de nadie�, oyó decir a un anciano, cuando su corazón permanecía terriblemente destrozado por ésa que en tiempos anteriores ya tenía ganado más tiempo en su hombre que el que ella apenas creía cimentar...
Ya había familia mostrada, ya había hijos crecidos y ésa que reclamaba, era alguien que gravemente amenazaba, -se le llama chantaje- decían los murmullos, -eso era mucho concubinato- hablaba el pudor.
Mas existía la dignidad, se decía en voz baja, ahí, en la estación, procurando no ser oída para no ser percibida.
Ilusa tomó sus cosas, llorando vagamente; dicen que el orgullo ayuda muchas veces a que nadie vea la tristeza que cargas cuando todo es gris en tus silencios del alma. Así ella recordó esa historia, tiempo después, momentos después.
Ya no había trenes en la estación, ahora había autobuses de gran conmoción, que si bien eran novedosos aun eran una salida para cualquier lugar menos aquel.
Un altavoz indica lo mismo que su boleto que muestra en la mano. Su hora de partir tristemente ha llegado.
Ella suspira, deja de recordar, mira a los chiquillos que corren en los pasillos y desea que haya mejor suerte en otra estación.
Deja a los peatones atrás, dejas muchas maletas sin cargar, quiere ir ligera para no sentir el peso de su pasado.
Alguien desea un buen viaje a los pasajeros y lo escucha como si deseara que se cumplieran mejor sus palabras. Toma su asiento, mira por el cristal, dice en su mente que se va sin despedirse de quien un día ahí la recibió, dice a su mente que promete estar curada pronto, que simplemente podrá arrancar esa página de su tiempo que nunca deseó escribir y, que al lugar que va, le espera un futuro, un trabajo, sin hombre y sin legado, mas sabe que al rodar las llantas del autobús, como la gasolina, ella habrá gastado su memoria y ahí habrá quedado...

La carretera es limpia y plana y ella duerme en el asiento, ya es el final de un día de abril, quizá cuando despierte, piense que todo simplemente fue un mal sueño que ocurrió en la carretera de algún lejano lugar.