29 septiembre 2006

Inmersa en la ciudad

Cuando uno dice estar enamorado no hay excusa ni pretexto para justificar el error en las matemáticas, el olvido de un bolso, el cruce de la calle sin mirar la luz que está en verde, oír sin escuchar, sonreír de la nada...
Todo sucede así, se envueve uno en una nube, parecida a la niebla, donde baja a los pies y nos eleva para flotar, rozando el piso, así nomás; queriendo ser entre ángeles de peso pesado y ciervos que corren audaces por las rutas de la jungla de la ciudad.
Uno no ve, uno siente, uno llora, uno cae en el éxtasis de la emoción y el clímax de la paz.
Diferentes formas de sentir el amor hacen que uno sienta mariposas, jugueteos, cosquillas en el estómago y de repente tienda a sonreír todo el tiempo.
¡Pobre de aquel que no sienta nada frente a uno que tiene cara de estúpido enamorado!- dicen los que nunca han amado.
¡Pobre de aquel que mira con recelo a las parejas andar traviesas por las calles, cogidos de la mano, besandose en cada momento en el que brota la chispa de sentir los labios del otro diciendo con palabras pequeñitas un Te Quiero! Pobre de aquel, cierto, porque morirá de envidia deseando ser él en el fondo, deseando perder la cabeza llegando al ridículo en cualquier momento de una canción dedicada a quien ocupa la mente y las ganas.
¿Quién no se ha sentando a analizar lo que su corazón siente cada vez que llega alguien a mover las entrañas?
OJO que cambia la cosa cuando uno no flota, cuando uno anda cual pantera al acecho, cuando uno no ama pero si "sexea".
¡Oh!- La historia cambia.
No ponemos cara de tontos, de soñadores, de ilusos; tal vez nos cambie el semblante y seamos más serenos, más gatos sensuales caminando sobre el tejado, viendo cómo el celo se apodera de nuestro bajo vientre y hace de nosotros seres más audaces en el querer atrapar a la presa para poseerla durante... no lo sé, durante lo que dure el sexo, el placer, la euforia, el orgasmo.
Quien diga que no cambian nuestras actitudes de una pose a la otra me gustaría invitarle una taza de café y charlar por horas y horas sobre el poder de la mente que se ciega ante los instintos de nuestro cuerpo.
Hoy, la ciudad me parece una mezcla de ambos.
Hay idiotas por doquier, celosos a media calle, seres que nunca amaron y entes sexuales.
Habrá que caminar por las veredas y ver de dónde es uno. Y a dónde yo pertenezco en ésta horda de múltiples maneras de pensar.
Hoy habrá que sumergirse a la jungla y mirar en qué termina el día, la tarde, la noche.
No será dífícil, ¿cierto?

28 septiembre 2006

El sistema

El estaba ciego de amor.
Su vida era toda dedicada a ella desde que la conoció. Parte a su vida y parte a su trabajo.
Cierto es que no tenía mucha vida social antes, aunque sí algunos amigos, amigos que lo amenazaban siempre cuando salían juntos al boliche o un simple café. Tenía limitado que se pusiera a hablar de ciencia, de obras, hechos y tiempos nucleares, químicos y físicos. Nadie le entendía cuando se apasionaba al detallar los hoyos negros y las teorías cuánticas.
¡Eso era para otro tipo de ser!
Casi todo su círculo era de gente importante pero en plan de amistad no había niveles.
Buenos abogados, grandes empresarias y hasta amigos extranjeros que en cada tiempo de vacaciones le traían revistas de algo novedoso.
Fué uno de ellos quien le presentó a Viky. De quién se enamoró perdidamente.
Vicky llegó a ocupar gran parte de su tiempo sin que a ella le incomodara que en algunas ocasiones sólo llegara a escuchar teorías y cuentas y números. O incluso llegar un fin de semana a estar viendo cómo se la pasaba en su estudio hablando solo hundido entre mil y un papeles.
Vicky lo entendía, quizá podría ser más que curiosidad.
Cuando él presentaba algunas exposiciones y clases con gente de alto nivel que le cuestionaba ciertos eventos a nivel internacional, ella se sorprendía de lo mucho y hábil que él era.
Nada podía ponerlo en duda.
Nada podía con lo que él diestramente demostraba.
Podría descubrir el último átomo que existió en algún planeta sin que tuviera gran dificultad de deducción. Podía con todo eso menos con saber cosas del corazón.
Era un ciego amando.
Y tan ciego era que jamás sabía de las actividades de Vicky.
Y ella no tenía porqué contarlo... al menos a él.
Cuando Vicky entraba en su "oficina" para trabajar, rendía un informe completo al Sistema de la persona con quien convivía. Narraba sus descubrimientos más interesantes y describía hacia dónde podría estar inclinados los beneficios que cada investigación resultara.
"Un buen elemento para el país"- Decía El Sistema-, y Vicky se enorgullecía del trabajo que exponía a su jefes, a sabiendas de que ella podía sacar más a aquel científico loco y ciego de amor.
Vicky - me preguntaba yo- ¿tendría sentimientos para con aquel hombre que podría dar al mundo alguna nueva invención?- eso creo que nunca lo sabré. Una agente como ella jamás involucra negocios con placer, aunque éste trabajo no le costaba en mucho dejarse querer, sentirse princesa y al mismo tiempo Mata Hari .

Cuestión de trabajos.

27 septiembre 2006

Tiempo

Aún cuando el atardecer parecía ir pasando en horas lentas, todo lo demás se veía agitado, apurado, a las prisas.
Nadie se quedaba mirando a nadie. Pasando como gente pero caminando desapercibidos que todos en ése instante parecían.
Nadie volteaba, cada quien cabizbajo o platicando de temas que solamente los que lo decían entendían.
-
Sólo aquella pareja recargada en la esquina de la pared de la vieja casona estaba absorta, mirando el sol cómo bajaba, cómo terminaba la labor, cómo se despedía de plantas, animales y vida para seguir en el siguiente continente.
Sólo ellos miraban el ligero viento que andaba entre las calles, notado por las ramas más sutiles que se movían en un contínuo adiós.
Estaban de manos, teniendo sentimientos mutuos, teniendo sensaciones gratas. Besos que se daban en un sencillo trueque que demostraba cuánto se daban a querer.
Aún cuando sus vidas pocas veces se encontraran, aún cuando todo parecía que ellos dos eran imposibles de conocerse y vaya, siquiera de establecer un saludo.
-
Lejanos uno del otro, sólo por un encuentro casual, se dieron mutuamente, cayendo en el abismo del amor ciego y desesperante que, cuando se ve, no dan ganas de separar. Sólo se miraban. Tantos meses, tantos días, tantas horas sin tenerse y en ése instante sólo el atardecer les absorbía el tiempo. Cruzados entre ellos, sintiendo sus cabezas cercanas una de la otra.
Al estar el sol ya ausente sería una despedida más.
Un hasta luego.
Y los amantes se separarían y sin fecha fija no se sabría cuando volverían de nuevo a verse.
-
Un beso, una angustia, un abrazo bien fuerte y hora de partir.
-
Los amantes se dedicaban tiempo, el poco que hubiera, tan sólo a tenerse.
-
Así, al momento de verse nuevamente lloverían besos y emociones frescas para no aburrir al amor, a un abrazo o a su encuentro mismo.

26 septiembre 2006

Clases de historia

La clase comenzó puntual, de mala gana se abrieron las libretas y se activaron los bolígrafos. Unos a la moda, otros clásicos, los de colores neón no se hiceron esperar.
-
Ya de mañana y los chicles bomba sonaban de súbito.
El frío se reflejaba en los cristales del salón.
Comenzar el día con clases de historia no era algo alentador para muchos que aún seguían de forma virtual recostados en sus almohadas.
Para otros, era el conocer y poner en tela de juicio cómo se habían desarrollado revoluciones y pensamientos políticos.
-

Muchas de ellas estaban muy, muy atentas a cualquier detalle que el profesor marcara.
Su cara, sus gestos, su manera divertida de contar cómo se fusiló a los rebeldes o insurrectos era lo que muchas alumnas veían en él.
Cierto que a los chicos les gustaba el modo desenfadado de narrar a un héroe solemne pero eran ellas las que alababan su estrategia de meter fechas, datos, tiempos remotos que con otros maestros ellas hubieran tenido un suplicio por su falta de memoria.
-

Era un profesor apto, lleno de virtudes como también lleno de taches en el cuaderno.
Su afición eran las pubertas, que encandilaba bajo el encanto de su clase.
No había necesidad de buscarlas... ellas llegaban a él.
Un pretexto, una duda, una tarea no explicada y él se prestaría a enseñar -fuera de la escuela- cómo se lograría una mejor calificación.
A ninguna lastimaba ni lograba enamorar. Era el arte de seducirlas y hacerlas entender que lo que ellas decidieran sería por su propio pie, poniéndose él a la desventaja alegando que jamás tendría otro profesor como él.
Si se le calificara como un amante de la fotografía, se descubriría que sólo tendría fotos de ellas semidesnudas, jamás de cuerpo completo. Unas de cara bonitas, otras de bellas formas que aún con su desarrollo prematuro ya mostraban lo que la naturaleza les otorgaba.
-

Voyeurista de profesión era, sin duda, su gran predilección.
-

Año tras año, curso tras curso, seguiría ilustrando a los chicos y llenaría colecciónes de chiquillas prestas a posar.
Estaría en el filo de la discreción con cada chica que permitiera ser su modelo.
Y sería el más afortunado porque sólo robaría uno que otro beso travieso. Nunca un cuerpo, nunca involuntario.
-

La clase de historia, no gustoso para muchos, es dado esa mañana.
Una de ellas viste coqueta. Nadie sabe que porta neglillé.
Espera ansiosa a que en tiempo de receso escape, alegue una excusa de olvido de tarea y salga a ser la modelo que él ansiosamente disfruta ya en su mente.
Todos estudian.
El se pasea cual tigre en circo dictando y deseando que la hora llegara para deleitar su vista y ¿por qué no? algo más que el tacto.
Suena la campana, suena un corazón fuerte de emoción.
Se dictamina la tarea y se miran muy distraidamente, con entendimiento sin hablar.
Es tanta adrenalina para ella, que se sonroja y se siente bonita, atraida, sexy.
No disimula cruzar la pierna y mostrar parte de un negro encaje.
-

Cierra su portafolio, comienza la despedida, aún faltan tres horas para salir de ahí.
Habla fuerte y mira a todos en forma de despedida temporal.
Ya habrá tiempo - dice el profesor- para que todos nos relajemos a la hora de descanso.
-

Hasta mañana.

25 septiembre 2006

Día Lunes

Era fría la mañana, en un día en el que las nubes se cerraban al cielo azul.
No se percibía sonido de aves, ni tampoco el ruido del gallo.
Era un amanecer callado, por lluvia, por truenos, de agua por doquier.
Inmenso el clima amenaza con seguir.
Y yo miro a través del espejo, y sigo la mirada a los transeúntes apurados.
Un café me da la quietud de estar sin mojarme, de mirar la temperatura que existe afuera.
Y pido por los que no tienen qué taparse, por los que hasta su gusto vagabundean en las calles, por los que por poca ropa siguen durmiendo en las aceras.
Hoy pido que por todo lo difícil que se aproxime en éstos días, sea leve a todos, sea fácil al día.
Y que a todos nos vaya bien.
Buen inicio de semana!

22 septiembre 2006

El secado de la Ira

Bueno, después de una semana ajetreada nos toca llegar al viernes,
viernes de relax, de todo lo que podemos exfoliar de mente, cuerpo y corazón.
He vuelvo al smog, al tráfico, a la locura...
Comencemos por un ligero copy & paste:
Mariana se puso toda feliz por haber ganado de regalo un juego de té de color azul.Al día siguiente, Julia, su amiguita, vino bien temprano a invitarla a jugar. Mariana no podía pues saldría con su madre aquella mañana.
Julia entonces pidió a Mariana que le prestara su juego de té para que ella pudiera jugar sola en el jardín del edificio en que vivían.
Ella no quería prestar su flamante regalo pero ante la insistencia de la amiga decidió, hacer hincapié en el cuidado de aquel juguete tan especial.Al volver del paseo, Mariana se quedó pasmada al ver su juego de té tirado al suelo.
Faltaban algunas tazas y la bandeja estaba rota. Llorando y muy molesta Mariana se desahogó con su mamá "¿ves mamá lo que hizo Julia conmigo? Le presté mi juguete y ella lo descuidó todo y lo dejó tirado en el suelo".Totalmente descontrolada Mariana quería ir a la casa de Julia a pedir explicaciones, pero su madre cariñosamente le dijo:
"Hijita, ¿te acuerdas de aquel día cuando saliste con tu vestido nuevo todo blanco y un coche que pasaba te salpicó de lodo tu ropa? Al llegar a casa querías lavar inmediatamente el vestido pero tu abuelita no te dejó.
¿Recuerdas lo que dijo tu abuela? Ella dijo que había que dejar que el barro se secara, porque después sería más fácil quitar la mancha.Así es hijita, con la ira es lo mismo, deja la ira secarse primero, después es mucho más fácil resolver todo".
Mariana no entendía todo muy bien, pero decidió seguir el consejo de su madre y fue a ver el televisor. Un rato después sonó el timbre de la puerta...Era Julia, con una caja en las manos y sin mas preámbulo ella dijo:
"Mariana, ¿recuerdas al niño malcriado de la otra calle, el que a menudo nos molesta? Él vino para jugar conmigo y no lo dejé porque creí que no cuidaría tu juego de té pero el se enojó y destruyó el regalo que me habías prestado.
Cuando le conté a mi madre ella preocupada me llevó a comprar otro igualito, para ti. ¡Espero que no estés enojada conmigo. No fue mi culpa!""¡No hay problema!, dijo Mariana, ¡mi ira ya secó! Y dando un fuerte abrazo a su amiga, la tomó de la mano y la llevó a su cuarto para contarle la historia del vestido nuevo que se había ensuciado de lodo".
Nunca reacciones mientras sientas ira. La ira nos ciega e impide que veamos las cosas como ellas realmente son. Así evitarás cometer injusticias y ganarás el respeto de los demás por tu posición ponderada y correcta delante de una situación difícil.
Acuérdate siempre: ¡ Deja la ira secar !

Buen fin de semana!

20 septiembre 2006

Un mundo aparte

La mañana es fría, desde lo alto del hotel se mira claro el horizonte.
No hay nubes, no hay sol.
Hay japoneses bajando al Lobby y otros a desayunar.
Yo estoy preparada y gusto de un jugo de naranja y delicioso té.
Al lado una pareja, callada, fría.
No muestran ser ejecutivos, No muestran estar enamorados, sin embargo la charla es dura.
Ella exige, pide, demanda y cuenta todo lo que va sientiendo al respecto, él simplemente la oye pero parece que está más interesado en los diarios.
Ella discute y pareciera más bien un monólogo extenso donde no pone puntos ni comas al respecto.
El pide más café y ni siquiera dirige una mirada de Sí o No.
Pasan por el pasillo más extranjeros y uno de ellos distrae mi atención.
Demasiado joven para ser ejecutivo sin embargo saca Laptop enmedio de la fruta y el café que pide descafeinado.
Sólo los buenos días sabe decir en español.
Se hunde, se interna, es el mouse dueño de toda su gran atención. Lo mueve y deja que la Mesera quite y ponga cosas en su mesa.
Ni siquiera ve qué hay alrededor.
Un cable se ha humedecido de café y todo parece indicar que ni siquiera sabe si ha sucedido en su Lap.
Atrás mío una mujer. Madura, elegante, ataviada de perfumería y kilos en maquillaje. No lleva nada de papeles, pero no suelta el celular. Habla, habla, habla...¿ sabrá quien está del otro lado que ella mastica y hace ruido?
Mi jugo está por acabarse y me levanto a ver qué más hay.
El Chef se mira andando a prisas, rápido, apurado, evitando todo lo que se vea mal puesto.
Dice buenos días y le sorprende que le responda igual.
Pido una recomendación y sonríe escuchando mi español.
Me da la opción de huevos revueltos con queso fundido arriba. La acepto.
Me cruzo con dos Alemanes, uno ha roto un plato y no pide disculpas, sólo se hace a un lado y sigue hablando con su compañero.
¿Empresarios?... lo parecen.
Habrá que limpiar la alfombra de todo lo que el Señor tiró.
Mi café con crema es delicioso y la hora ya me apresura.
Hoy sigo con la Bruja del Este.
Terminé un capítulo importante del Eldest.
Y mi día sigue y sigue y sigue...
¡Buen Sandwich de semana!

19 septiembre 2006

Llorar y llorar

Hoy no me queda más que contarles que, además de estar con la bruja del este el día de hoy, en carretera me vine leyendo ELDEST, de Christoper Paolini, la continuación de Eragon.
Algo bonito tenía que tener de menos éste día... oh si.
Para no hacerles el cuento largo he de comentar que de la mitad de la carretera México-Querétaro he venido prendida, emocionada con las festividades de los Elfos y el sentir de Eragon.
Me hizo llorar muchoooo, pero de sentimiento.
El día comienza con mucha emoción aunque en su mayoría llena de tensión. Ya estaré narrando desde el hotel Aeropuerto cómo me fue en el transcurso del día.
Mientras tanto, vayan a leer Eragon que la película ya mero se estrena!
Si les gusta contemplar un poco de ello:
www.eragon.com
Buenas vibras que yo las necesitaré demasiado!

18 septiembre 2006

Al horizonte

En el horizonte, las olas de aquel mar tranquilo eran casi nulas, daban calma y armonía junto con el atardecer claro y apacible que se daba mirando aquel gran durazno entre amarillo y naranja que estaba posado en esa línea tenue que divide el cielo con el mar.
Pocas aves ya daban su tiempo de volar, prestas a guardarse en sus ramales, daban un último vuelo sobre lo que pudieran contemplar.
La brisa era tenue, calmada, casi imperceptible en los cabellos de aquella dama, casi inmóvil, casi muda... sólo en el reflejo acuoso de sus ojos se percibía el sentimiento de su ser y de su alma.
Lo extrañaba, claro que sí.
Añoraba que por el horizonte apareciera un barco con señas de llegar a costa, bajar y descubrir un cuerpo muy parecido al de él que le hiciera señas con ambos brazos, que se dirigiera hacia ella con la voz perfecta para decirle que finalmente los viajes habrían de terminarse, que ahora sí habría patrimonio y que finalmente él viviría en tierra, suspendiendo labores del mar y dejando su pasado atrás...
Ilusionaba en ésa tarde que finalmente algo pudiera pasar, que su hechizo se debilitara y pudiera romper como el cristal de un gran ventanal.
Más no pasaba así.
Al cabo de que el sol se sumergiera en lo profundo del mar nuevamente ella volvería al lugar donde su cuerpo voló.
Prepararía una leve cena y dispondría de un rezo para saber si mañana habría alguna novedad.
De momento apaga la vela y queda todo en silencio.
Cubre su cama del dosel y nada se oye ya... salvo un leve gemido de llanto, dolor y esperanza.
Soñará entonces que los días así pronto estarán por acabarse.

15 septiembre 2006

El festejo

No era extraño ver que en la vieja casona, ya desde la madrugada, la abuela, las tías y hasta los perros comenzaran a ir de un lado a otro haciendo tareas rápidamente.
El olor a café con canela, calientito y en contraste con el clima de niebla que aún se percibía daba una sensación de tregua y tranquilidad a la labor de limpieza en patios, en ventanas y en ruidos propios del quehacer.
Ya las grandes cazuelas estaban preparadas en el gran patio, ya los carbones brillaban al rojo vivo y las sustancias lucían sus mejores colores en la mesa larga de aquella cocina.
¿La dirigente de toda acción? la abuela.
Instrucciones a todo, como también a todo indicaba que se cuidara de no hacer mucho ruido para que el abuelo pudiera todavía descansar un poco. Asumiendo que, si dormía un poco más podría aguantar la jornada nocturna que habría con nietos, hermanos, vecinos y familia completa.
El pueblo también lucía madrugador.
Los saludos por la calle de daban por doquier acompañados de una sonrisa de felicidad, como cuando se saluda a alguien que cumple años y que por ambas partes lo cumplen por igual.
Banderas, colores, adornos distintivos señalaban un orgullo que en muchos pueblos aún se distinguen. Ya son escasos.
En el quehacer se sentía el orgullo de festejar, de las ansias que los niños tendrían desde que abrieran sus ojos hasta que el abuelo se sentara a la cabeza de la mesa, antes del anuncio del Grito de Independencia, a narrar sus aventuras que lograron que la Nación fuese honorable e independiente.
Escucharían al viejo y en algunos momentos a la abuela. Detallando las partes en que los libros escolares no dicen cómo lucían los héroes, lo que comían, los chistes que hacían, lo que decían fuera de todo protocolo.
Y la familia escucharía en silencio y atenta, agradeciendo aún que la unidad y el respeto por su nación se diera de generación en generación.
La nogada, los chiles, la granada, un tequila y los frijolitos de olla... el verde, blanco y rojo estaría en sus alimentos; las trenzas bien peinadas en las cabelleras de niñas y mujeres y, en los hombres, el orgullo de poner ronca la voz y gritar un Viva México que enseñara a los niños a escuchar atentos la voz de donde nacieron.
Dirigidos por el movimiento de la gran Bandera que el Abuelo cargara año con año sería el momento más espectacular.
Cantarían de pie el Himno Nacional, asombrosamente dicho en la versión más larga que hoy por hoy ya no se conoce y, después habría algarabía por ser libres, respetuosos, aún unidos vecinos y familiares en armonía con los pueblos anexos que semejaban las mismas festividades.

Hoy se festeja la Independencia de México y he narrado lo que en mi infancia la familia siempre se prestaba a hacer.
Hoy el tiempo ha pasado, las costumbres han cambiado pero el orgullo de ser Mexicano aún sigue dentro de cada uno de nosotros pese a las adversidades políticas en que vivimos.
Más conservamos aún la fé y esperanza de que las cosas se concienticen y se mejoren.
¡Que Viva México Señores!

14 septiembre 2006

Un pañuelo rosa

La mañana estaba sombría, aunque los pajarillos cantaban y se apresuraban a recoger semillas en aquel jardín. La noche había sido demasiado húmeda y no había habido oportunidad de juntar semillas para comer. Hoy urgía de menos aplacar el hambre y la necesidad de sobrevivir.
Eso le sucedía a los pajarillos urbanos mientras el anciano permanecía quieto en aquella banca.
Con un pañuelo rosa en su mano izquierda miraba sin prisa el piso y lo que la mirada le llevara del piso al transeúnte.
Yo diría que lloraba, su faz era la del paso del tiempo imponente y sin condescendencia.
Yo diría que pensaba en algo de dolor por las lágrimas que emanaban calladamente de él.
Sin embargo, al tiempo en que miraba a la gente pasar no pedía ayuda, ni limosna, ni daba oportunidad a que se le mirara inválido.
Yacía ahí quieto sin inmutarse a las insolencias del clima.
Parecía que sus labios se movían quedamente diciendo plegarias, parecía que la voz no le salía de su cuello lleno de arrugas, parecía que el tiempo lo había congelado ahí.
Y no.
No era lo que parecía que yo creía.
Ya era viudo, ya había vivido. Ya había criado hijos y los hijos ahora lo cuidaban a él.
Ya había tenido trabajo honesto, duro y satisfactorio que le dejó grandes experiencias y muchos recuerdos.
Ya había vivido los años que tenía que vivir en productividad y en actividad.
Una sola vez al año el iba a esa banca, llevando el mismo pañuelito rosa en su mano izquierda.
Una sola vez al año recordaba la ocasión en que su mujer, su siempre pareja hasta que murió, fue la que lo citó ahí cuando novios, cuando la ilusión, cuando un beso era algo atrevido de robar.
Ahí ella fue la que le dió ese pañuelo diciendo las muchas lágrimas que derramó por él en soledad. Diciendo lo mucho que desearía vivir con él y esperando que él deseara por lo menos tenerla de buena amiga.
El tiempo lo enamoró a él de ella y fue así como fueron gran familia.
En memoria de sus lágrimas derramadas ahora lo hace él recordando aquel feliz día. Y deja sus dolores de extrañarla en el mismo pañuelo.
Anhela que la vida pase, que se acabe su tiempo, que vuelva a verla en su mente a ella.
Mientras tanto, mientras pasa el honor de ese día, sigue mirando las avecillas comer, sigue viendo cómo el piso que anoche quedó mojado, se va consumiendo poco a poco con los pasos de la gente, con el ruido, con la calle, con lo que el día a día hace que sea uno, un anciano el que yo vea sentando en la banca de aquel parque.

13 septiembre 2006

Emoción

No hay nada más impresionante que el brincoteo que se siente dentro del esófago, que corre y corroe de arriba hacia abajo llegando al estómago, burbujeando con sentidos excitantes y crispeanes.
Es esa emoción que se refleja en la dilatación de la pupila, en el respirar agitado, en los colores de las mejillas y puede ser que hasta en el temblor, de vez en vez, de las manos y los pies.
Esos sueños que se logran cada vez que se evoca la imagen y vuelven a sentirse latidos de corazón punzantes que mueven el alma una y otra vez.
No es necesario hablarla, se transmite o simplemente se nota cada vez que sucede. Rara vez se puede ocultar y si se logra es que no es muy fuerte la emoción. Los ojos hablaran por todo eso que se siente, la piel explotará al sentir lo que se transmite.
-
¡De hablar ni se diga!, se pierden las palabras, se entorpece la lengua, se dicen cosas que nunca debieron salir o salen unas por otras.
Más cuando se extraña duele, cuando algo se rompe, el alma se quebranta por dentro y surge también una fuerza inmediata que puede transformarme en gritos, lágrimas o silencios. Pero ahí, en ésa parte que va dentro del tronco principal, retumba todo eso.
Cuando se tiene el sentir cerca de lo que lo produce es como si se entrara en otra dimensión. Uno se siente flotar, con alas, mirando que todo puede ser fácil.
La mente tiene fija la situación y se trata de quedar mejor cuando no se está seguro del todo...
-
Así es el amor querido extraterrestre, así es el sentir del humano cuando necesita de su igual, de su media naranja, de su mitad en sentir.
Así es cuando se quiere y cuando se odia, en algunos casos. Cosas que si te esfuerzas podrás sentirlas en alguna de tus generaciones quizá.
Pero mientras sigas tratando que surja de la nada, sólo por magia, por gravedad o por ecos radioactivos dudo mucho que llegues a sentir algo.
No te esfuerces en aplicarlo a tus máquinas porque se volverán locas.
-
Como tú, también muchos humanos han llegado a la edad vieja sin sentir nada, sin entusiasmarse, añorando lo que en otros tiempos nunca concedieron tiempo... yo aconsejaría que si estás dispuesto a pasar por ello no te quedes aquí, busca a los tuyos y con ellos pases esto que nos pasa a nosotros. No aplicará con otros diferentes a tí a menos que desees que las cosas se compliquen un poco.
-
Ve y lleva lo que aquí hay, lo multifacético que puede llegar a ser, es bello y no se necesitará cargarlo como a tu nave, aunque se sienta como un mundo sobre tu alma.
-
Adiós, suerte en el intento y saludame a los tuyos.

Atte. La terrícola
Dra. Kleine

12 septiembre 2006

Actualizaciones

Bueno he de comenzar diciendo que estoy bastante entretenida leyendo Eldest de Christoper Paolini. ¿La razón?, tengo que actualizar todos los detalles que había olvidado de Eragon.
En menos de una semana fuí llenándome nuevamente de las emociones que Saphira -la dragona- y Eragon habían tenido en Algaësia. Ahora voy con la continuación.
Y todo ello viene a colación porque el fin de semana que fuí al cine me encontré en seco con los promocionales de las películas a estrenarse ¡Y una de ellas es Eragon!
Cuando compré el primer libro supe de Christopher y de su corta edad al empezar a escribir libros y también supe que era probable que fueran a hacer una película de ello, ha pasado casi más de un año y en estos meses me ha dado mucha alegría enterarme de ello.
Espero que se apeguen al libro aunque nunca es fácil de hacer todo para que en dos horas nos enteremos de lo que le sucedió en toda una vida a Eragon.
Altamente recomendada para los amantes de lo épico entre guerreros, magia, elfos y tiempos remotos; la estaré esperando con emoción.
-
La otra actualización es lo que me sucedió la semana pasada, Mi encuentro con el pasado -ji-.
Acudí a su casa primero.
Me recibió su esposa Valérie, una francesa lindísima y llena de vida, platicamos bastante sobre las leyendas que ya se habían forjado en torno a muchas cosas que vivimos.
Al poco rato salió Erick de la ducha y mi sorpresa quedó grande: ¡Sigue estando igualito!, ni gordo, ni flaco, tan lindo como siempre. Nos abrazamos como novela, en cámara lenta.
¡Me acuerdo y me emociono!
Platicamos mucho, mucho. Sólo me esperaban para irnos al restaurant.
Acudmos a la cita, en un restaurante Bistro de la Colonia Condesa.
Para mi mayor gusto hay una exposición de fotografías excelentes cuyos fondos son remitidos a casas de asistencia como la Casa de la Sal.
Llegamos y Erick tomó posesión de su lugar y un amable compañero suyo nos expuso lo que había a la carta.
Erick demostró sus grandes habilidades como Chef.
Periko pidió un gran corte de Carne y yo una crema de nuez seguida de una ensalada maravillosa.
El restaurant llegó a estar hasta el tope de gente y me tocó ver a Erick en Acción.
Cuando las horas pasaron sin que Valérie, Periko, mi amorcito y yo no nos dieramos cuenta ya Erick se sentó a nuestro lado pidiendo el vino de la casa. ¡Oh lalá!
El reencuentro fué más que emotivo.
Ahora hay una segunda misión: Ver a su hermana Norma que está en Oaxaca.
No suena fácil. Erick sólo es visitada por ella una vez o dos al año.
Habrá mucho qué ahorrar.
Por razones extrañas no pude postear la fotito pero en
ésta pagina encontrarán al gran Chef.
¡Gracias Erick y Valérie, fue una noche sensacional!

08 septiembre 2006

Tributo a la red

Tal vez un gran porcentaje de la población existente en el mundo sabe de la gran influencia que ha tenido la virtualidad en nuestras vidas pero otro porcentaje, también importante, lo llega a desconocer, incluso no sabe que su nombre podría estar en alguna lista que por mera casualidad aparezca en la red.
Un mundo nos vigila.
Hoy, después de casi ocho años, tuve una emoción rara, que me puso los vellos de punta ¡de costa a costa!.
Cuando viví en Rancho Alegre conocí a una familia muy unida, tanto que siempre era grato estar al lado de ellos aprendiendo. Por cuestiones de la vida se manejaban todos ellos muy bien, Juan, Norma, Erick y su Mamá Linda. Cada uno en sus labores de comercio, estudio y trabajo. Con ellos conviví casi 10 años de muchas experiencias, tristezas y sueños.
Con los años nos integramos todos a ser una sola familia y cuidaban a Periko como me cuidaban a mí.
Por cuestiones de la vida todos ellos se desperdigaron y tras muchos intentos de saber de ellos no me fué posible. Buscaba en diferentes estados de la República, en teléfonos que jamás devolvieron llamadas, en mensajes a conocidos y situaciones chuscas.
Cuando me vine a vivir a la jungla urbana me hicieron muchísima falta, los extrañaba de una manera tremenda. Me hacía falta reír con los chistes bobos de Juan, con la chispa de Erick, los consejos de su Má Linda y por supuesto de la gran compañía de mi gran amiga Norma.
Lloraba algunas noches esperando que alguien de ellos también tratara de contactarme.
Así como encontré por Google a mi excelente profesor de Lenguas así intentaba dar con el nombre de ellos, mes a mes. Por buscadores de diferentes formas.
¡Lo que es la vida!, han pasado 4 años de intentos y finalmente ayer en el buscador apareció un simple comentario en un periódico de un maravilloso Chef.
Las corazonadas no son falsas.
El apellido coincidía, las señas, la edad, ¡todo! -¡mamá pulpa!-
Lo más escalofriante es que aquí mismo, en la inmensa ciudad, está el restaurante en el que mencionan al chef.
Por obra del destino he marcado al restaurant, he preguntado por el Chef y...
Ha sido Erick, su voz, su tono, todo me vino en un flashback de segundos en los que no hubo necesidad de preguntar más nada. Era él y él sabía que era YO!
Lloré... mucho... me emocioné y traté de ser breve porque estaba ya trabajando.
El estaba sorprendido porque jamás se imaginó que lo contacté "por la red".
No sabe del gran potencial que hay ahí, en el mundo virtual.
Norma vive en Oaxaca, su mamá en Puebla. Juan viaja muy seguido a Veracruz y Tabasco y Erick trabaja aquí.
Hemos concertado, tras risas y llanto una cita en el restaurant de La Condesa.
Hoy me reuniré con una parte de mi pasado, una parte de mi familia perdida que no deseo perder nunca más.
No sé si rendir un tributo a la red o dar señas de temor.
¡Ahi estamos todos sin querer!
A pesar de estar tan lejos todos los que nos conozcamos, siempre hay un lazo que proporciona el tenerlos cerca y creo que en mucho depende de nosotros el que querramos acercarnos o no a los que fueron parte importante en nuestras vidas.
Muero de nervios, volveré a ver a "mi familia" otra vez.

07 septiembre 2006

Drama final

El ruido de las máquinas de escribir y el papeleo constante, aún con la puerta de la oficina cerrada podía percibirse claramente, ni se diga del timbre de los muchos teléfonos que cada empleado tenía para recibir llamadas a cada momento, y a cada momento contestar amable, fresco, sutil, como si fuesen años los que hubieran pasado de no saber de la voz al otro lado de la línea, aunado a la obligatoria amabilidad de responder aunque el hígado estuviera por reventar por "políticas de la empresa".
Ahí entre esas cuatro paredes estaban ellos dos.
Quien estaba del otro lado del escritorio era el de mayor jerarquía, al que le miraban todos con silencio y reserva, después de todo era el imponente jefe que tras una voz imperiosa y demandante siempre debía de ser escuchado en instantes.
Daba miedo más que respeto y por eso quien estaba al frente de él, sentado y con las manos sudorosas no hacía más que tener ese semblante de seriedad y nerviosismo ante el posible regaño que pudiera merecer.
Todo va desde preguntas generales y finalmente el hábil jefe pregunta cuál es el real motivo de la visita del empleado... se redondea un poco narrando el hecho de hacerlo todo bien hasta llegar al detalle de armarse de valor y formaliza la oración. Misma que evita hacerla sin que suene a orden pero que ya es necesaria.
Los ojos del jefe miran intrigados, como pantera tras el movimiento de una presa... y sucede:

- yo... ¡ya necesito un aumento!

y la imagen se congela.

06 septiembre 2006

Otro drama

Era simplemente un momento en el que ambos quedaron congelados,
quietos, inmóviles;
el tiempo quedó mudo también...
Aún no podría describir con certeza si lograban respirar el instante,
un latido de corazón sería estruendo en el impacto.
-
Sus miradas fueron pertenecidas, una frente a la otra,
reflejandose mutuamente sus imagenes en el fondo de la pupila,
sintiendo la luz centelleante de las sombras de ambos.
Sólo ese instante fue desencantada la escena,
convertida nuevamente a movimiento,
en vigorosidad y ruido por la palabra de ella que
se virtió mirando los carnosos labios de él:
Sí, Acepto.

04 septiembre 2006

Plegaria

Las gaviotas revoloteaban graznando,
el cielo estaba completamente azul,
sin nubes que presagiaran un mal evento.
-
Una pareja, mirándose a los ojos,
se hacía señas de una despedida dolorosa.
En un instante ella volvió corriendo hacia él.
Lloraba de forma incesante dejando caer el enjugue de sus lágrimas en el pañuelo de encaje fino.
- ¡Esta perra no está hecha para vivir en soledad, llevame contigo!- le dijo la prostituta al marinero en aquel puerto.

01 septiembre 2006

Una mirada urbana

Hoy es viernes,
de esos en los que se siente la atmósfera muy extraña. Hay policías por doquier, poca ente en la calle, el cielo se ve gris y poco se sabe sobre la incertidumbre política de éstos días.
Paco sólo atina a leer el diario en silencio en el restaurant, Claudia se dirige a su trabajo más apurada que nunca, va pensando en la serie de cosas que aún le quedaron pendientes del día de ayer.
Mario maneja con la mente en otro lado, maldiciendo de vez en cuando los plantones que se ponen al paso de su trabajo.
Doña Juanita ya prepara el desayuno de los chico que marchan a la escuela, los trae a gritos y regaños porque anoche no prepararon sus cosas correctamente, Lily no se quiere levantar ¡cómo le cuesta trabajo abrir un ojo y después el otro!.
El de la basura, el "rastas" ya se oye a lo lejos con su campana, recogiendo la basura que pocos vecinos separan de los plásticos y cartones. Viene muy enérgico y varias amas de casa ya lo esperan a las orillas de la banqueta, Maricruz también. Muchas de ellas aún no lucen con peinados bien hechos sino mas bien con delantal, pijama o bata, los tenis mal puestos no se dejan esperar así como las chanclas que en su mayoría son de descanso como las de Doña Carlotita, la del edificio rojo.
El transporte de carga y los choferes de micros avanzan sin cesar, pitando y mentando madres al paso de transeúntes desconsiderados. El "Carlangas" es uno de ellos, maneja tremendamente.
Mucha gente cuelga del camión, queriendo llegar a tiempo a donde saben que les tienen un reloj checador como me lo ha platicado Mary: Si no llega a tiempo le descuentan parte del día.
Hay ya gente barriendo la entrada de la oficina, Víctor va saludando a licenciados, arquitectos, jefes y secretarias.
Así transcurre la mañana en el camino que tomo hacia mi trabajo, así las caras y enojos de muchos que van de salida, otros de regreso porque su labor ya ha concluído. Jorge ya viene de cumplir su turno de vigilante.
Hoy es viernes,
y todo luce con una atmósfera diferente.
Comenzamos un mes patrio y la gente hace lo mismo sea lunes o día festivo.
Miranda, Luis, Albertina, Pedro... ¿cuántos nombres en cuántos trabajos?, cuántos nombres de trabajo para cada nombre de persona.
Dra. Kleine, trabajando para ud.
.............
¿Cómo está tu viernes hoy?