25 octubre 2005

El taxista

Seis de la tarde de un viernes y el Distrito Federal está de la fregada.

El taxista ya quiere dejar al cliente donde caiga. Es casi la hora de ir por ella y éste señor le pide irse rumbo al Angel. Nomás porque pagan buena lana los chavos fresas y no andan remilgando al pagar lo lleva donde pide. Además, es buena lana pa gastarse con ella, la que lo trae loquito porque está bien buena.

Mira la hora a cada rato y su pasaje también, quien no quita la vista del taxímetro.
La música de su estéreo es grupera, como para animar más el acelerador. Se escuchan complacencias y una que otra llamada donde el locutor dedica canciones, dedica dolor a todos los que por amor quedaron ardidos.

Ahí más adelante y otro pinche alto lo frena, el tipo decide bajarse ahí, en pleno Reforma. Dice que de ya le queda cerquita a donde va. Cobra veinte pesos y le da las buenas tardes.
En chinga tiene que llegar, aunque sabe que la chava sale a la hora que se le pega la gana de la normal.

Entre los franeleros limpia parabrisas le vienen recuerdos de los momentos que se ven, que platican y se manosean. Sabe que la palanca de velocidades es un buen pretexto para agarrarle la pierna, subirle la falda, mirarle los muslos carnosos, queriendo chuparlos pa dejarlos marcados, pa que sepan que ella es de él.
Que comienza con el toqueteo y es ella la que le agarra ahí, la que le esculca y le calienta la sangre. Le excita ver que no le importa que pase la gente por la calle, mirando su miembro por la bragueta...a ella eso dizque le gusta, pues se carcajea cada vez que eso sucede y luego, luego lo besa...quedan en silencio y otra vez se vuelven a tocar.

Es cabrona y se le nota, a varios del salón los trae babeando.Tiene grandes los pechos y usa unos escotes grotescos.
Igual al conocerla también a él le gustó. Llevarla a la normal el día de más prisa fue suerte para el tipo y de plática fue mucho mejor porque así la convenció de llavarla gratis a su casa.
Así le dio por jalar con la chamaca que, como aún no sabe donde vive, sólo toman el rumbo a Tacubaya.
Ya tiene ganas de metérsela en un motel, ya no quiere que le asusten las luces del retrovisor pensando que es la policía pa checar con quien está y hacer que se bajen cuando él todavía tiene su verga erecta en lo oscurito. Sabe que hoy si la convence porque trae en la cajuela de su pinche carcacha un regalo para ella. Afloja siempre que le lleva algo nuevo, antes los pechos, luego sus piernas, ahora toda ella de seguro.
Se estaciona donde siempre y mira salir a uno que otro muchacho, apaga su estéreo y se pasa la mano en la cabeza pa peinar su ceboso cabello, esparce agua de colonia corriente y continúa esperando verla salir.
De vista ya saben quien es él, esos que juegan por ahí un futbolito. Vuelve a prender el radio.

Hoy más impaciente que nunca baja a la cajuela pa sacar eso que trae.
La pelota de los chavos rebota en su carro y se queda atorada ahí abajo. Llega un chavo y la quiere sacar. El taxista le ayuda y el otro nomás voltea, recoge la pelota y le dice que salieron temprano y no hay nadie ahí adentro.

Para la hora que es todo ya está solo.

Esa noche está pensativo, su mujer le sirve la cena y decide cogérsela al rato, nada más que se duerman los tres mocosos en el otro cuarto. De alguna forma guardará esa calentura que le dejó la rejija chamaca de la normal.

22 comentarios:

Anónimo dijo...

Como me recordo tu post a una cancion de cierto taxista, solo que en esa el taxista es el engañado, en esta es al reves, jaja.

Buen texto, gracias.

- Graif G.
www.zerstorung.com

Anónimo dijo...

Una encendió el boiler..y otra se bañó con esa agua...jaja...Y que dice la espo: " a ver si la chica de la normal, se aparece más seguido", ajá..Saluditos, buenos días..buen post, felicidades.

Óscar dijo...

Buen cuento, pero algo descuidado. Él no diría que tiene su verga erecta, sino parada; que usa escotes grotescos (eso lo dices tú, Dra.), tampoco diría que afloja los pechos, yo creo que diría las chichis ¿no?
La historia es muy buena.
Un saludo

Dra. Kleine dijo...

Buenos puntos Oscar. Los tomaré muy en cuenta, lo prometo.

rossmar dijo...

excelente relato como siempre Dra.

Anónimo dijo...

No cabe duda que los taxis pueden ser lugare cachondones.........

Óscar dijo...

Un beso cariñoso, Dra.

J.S. Zolliker dijo...

Dra, de las palabras que usas, son cosas de gustos y estilos. A veces, hacer los relatos utilizando palabras demasiado reales, o ajustadas, le quitan fuerza y ritmo. A mi, por ejemplo, a diferencia de lo que dice oscar, me gustó tal cual quedó. Porque además, lo que no dice, lo que deja a la imaginación, puede ser más poderoso que lo explícito. Por ejemplo, su usaste erecta, supuse que era uno más de estos pseudo intelectuales que a veces tienen, por causas del destino, que hacerla de taxistas... ;)
Saludos!

Dra. Kleine dijo...

Y lo del boiler suena irónico no? Jósé Schz, fijate que tu comentario también mucho tiene de acierto, ya que en cierta forma cuando uno escribe toma forma de la persona que describe. Escribir a veces ayuda a sacar esas cosas que no se dicen cuando uno es "correcto" más en la literatura dicen que no hay malas palabras y que todo está aplicado a la mente y el corazón.
Como verán ahí voy, pian pianito escribiendo como novata aplicada jeje. Gracias!

Freddy dijo...

por qué me ventaneas a sí klein?...bueno, lo disfrazaste un poco: en vez de consultor pusiste taxista y aparte agregaste lo de los chamacos.....jajajajaja, así me hizo una amiguis el viernes; cuando pasé por ella ya se había ido a su casa...y yo bien prendido,jajajaja...hay será para la otra...saludos

Anónimo dijo...

Umm qué sabroso texto. Qué color en el léxico y las expresiones . Me gusta esa salsa. Sí.

Unknown dijo...

¿pero cuál era el regalo que llevaba en la cajuela?

Enigma dijo...

Las historias de taxi dicen que son mas alla de lo que la mente realmente puede dar, y por ello, esto simplemente tiene tintes de suadero y gasolina requemada en el rumbo de la peralvillo hace unas decadas...

Buen relato.

Un beso Dra.

El Enigma
Nox atra cava circumvolat umbra

Anónimo dijo...

"mirarle los muslos carnosos, queriendo chuparlos pa dejarlos marcados"

chale, eso me trajo muy buenos recuerdos... ya no digo más, porque mi reputación está en juego

Anónimo dijo...

¿y tu? ¿que deseas? historia con tintes sucios que hacen pensar que podría ser como la carrne de cerdo ... ya que dicen que es muy mala pero muy sabrosa, sabrosa historia de un deseo no pedido

Luis Martínez Álvarez dijo...

Qué buen relato mi querida Kleine, tienes las palabras precisas para vivirlo, suenan perfectas. Por otra parte, los taxistas son grandes personajes, podrán ser muchas cosas en su vida aparte de choferes, pero la mayoría también son grandes analistas politicos, filósofos, urbanistas, y claro, no puede faltar, unos verdaderos rompecorazones. En tu relato él salió con el corazón roto, eso no lo cuentan los taxistas, por eso me gustó mucho. Besitos.

Anónimo dijo...

Me ha gustado tu blog, Dra. Te he vinculado en mi página. Un saludote.

RAYDIGON dijo...

Bien G.

Linda cronica urbana, chilangolandia da para mucho, me gusto chamaca.

Beso

Mary Carmen San Vicente dijo...

Imagínate la de situaciones que ha de vivir un taxista diariamente, que si se le ocurriera hacer un blog uyyyyyy jaja
Me encantó este relato, como siempre bien desmenuzado Dra.

Un besito y otro para Periko !

Dra. Kleine dijo...

Cierto, los taxistas dan para mucho!, en uno de estos días me aventaré una saga de trasnportistas. Ya lo verán!

Mono, en alga ocasión me topé con un taxista con maestría de arquitectura!! Dioses!, las vueltas que da la vida. Si lo creo.

Humano dijo...

Yo creo que si hay personas que tienen muchas historias que contar, son los taxistas.

RAYDIGON dijo...

G querida

Me da servicio eventualmente una joven odontologa de buen ver con su "casi" propio taxi, deberias escuchar lo que cuenta de lo visto y oido abordo...

Bexos