26 diciembre 2008

Navidades

Toda Navidad siempre tiene un detalle de original, un evento, un momento, una escena que da el sello característico al recordarlo cuando el tiempo ha avanzado. Esta Navidad –que aún la seguimos viviendo- no se ha quedado atràs...
...

Siempre he vivido rodeado de amigos, de gente y familia que da alegría en las fiestas. Ahora que me encuentro muy al norte del continente mi suerte había cambiado, no conocía a nadie, salvo los que del trabajo se ven en el día a día, maldecía el tiempo en el que me tocaba quedarme en casa e imaginaba mi estancia en un bar vacío embriagándome y diciendo salud por aquellas mujeres con las que conviví a la distancia y que jamás generé lazos mas estrechos que los de sus números de celular, fotos en poses sexis y mensajes excitantes cuando se necesitaba de su asistencia pasional.
Algunos amigos ya casados sólo atinarían a realizar la consabida llamada de tres minutos, mis familiares esperarían que yo fuese quien les llamara para no generar el costo de larga distancia...
...
¿quién me podría recordar, estar conmigo o hacer algo por no pasar desapercibido el Gran Día?
...

Hacía mucho frío el sábado por la noche, caminando por las calles vestidas de blanco me dirigía al bar a conservar un poco de calor amigable; yo iba ensimismado, pensando si realmente valía la pena otorgar amor a quien simplemente ofrecía placer, otorgar tiempo a quien jamás se tomaba la molestia de llamar, otorgar momentos de plática a quien te cortaba con tijeras a espaldas. No valía la pena o valdría olvidar o guardarlo para comentar...
...
esos grillos andaban cantando en mi mente cuando al dar vuelta a la esquina, tratándome de cubrir de la nieve intensa que se comenzaba a soltar, me tropecé.
...

Así nada más toqué el congelado piso y caí sin poderlo evitar. La razón había sido un perro de complexión mediana, al parecer lastimado de una pata, esta hecho bolita, se cubrió de nieve y provocó mi caída.
...

De inicio me enfurecí, luego me preocupé por aquel ser que no tenía nada de culpa y que sufriendo tal vez decidió abandonarse a su suerte. Al acercarme un poco más no se mostró agresivo, tal vez soñoliento, tal vez ya moría.
...

Sin pensar lo cargué, tomé un taxi que demoró más de cinco minutos y pedí me llevara a un lugar donde pudieran asistirlo. No sabía cómo se debía cuidar así que apliqué el sentido común de llevarlo a un hospital.
...

Tras una revisión intensa que efectuaron frente a mí me comentaron que era un perro sin dueño, sin haber comido se debilitó hasta desfallecer.. mas, por las ordenes que le decían y obedecía, aseguraban que su collar se habría extraviado, sabía de doctores y de ordenes. Lo mantuvieron ahí por espacio de tres horas, en proceso de calentamiento y alimentación mientras me pedían volviera en cuatro horas más.
...

Mi primera impresión fue dejarlo ahí, ellos se encargarían de lo demás. Si es educado y obedece muchos lo adorarían y podrían rastrear a su dueño. Lo medité muchos momentos sentado en la barra de un bar que daba a dos cuadras del hospital. Parte conciencia y parte desdén, le daba vueltas al asunto.
...

Finalmente decidì pagar, aún sin terminar la cerveza y marché a rescatarlo.
...


Hoy me encuentro en la chimenea, gratamente relajado, leyendo, tomando queso y una buena copa de vino tinto. La gente conocida ya me visitó, más la Navidad la estoy pasando con mi compañero, sentado a mis pies y cobijado sobre mi edredón.
..

Somos dos acompañantes que bien sabemos los espacios, disfrutamos y gozamos cuando ambos nos necesitamos.
...

Felíz Navidad viejo, perro amigo, esta Navidad ha sido como ninguna otra que imaginè.

3 comentarios:

AndreaLP dijo...

Dra, es una bellísima historia de Navidad que incluye amistad y gratitud, que es algo que nuestros peludos nunca olvidan y que nosotros muchas veces pasamos de largo.

Felicidades, gracias por la bellísima historia.

aapayés dijo...

has plasmado todo en tu post me gusta..

saludos y sigamos con estas fiestas de fin de año que se aproximan...

saludos fraternos

ShAdOw dijo...

hasta que pude leer la historia completa... por varios factores no la podia terminar...

Muy linda historia,suerte del perrito de encontrar a alguien caritativo que no le propino tremenda patada al tropezar con él,Y ojala que los dueños del perrito no hayan sufrido su ausencia y pudieran pensar que alguien se compadeció de él...

Abrazos como siempre