14 febrero 2008

Del 14

Me acordé de la chica que alguna vez conocí. Un remake.
Ella se ha levantado temprano,mas de lo que en un día comúnn suele hacerlo. Se levanta y calienta el agua en la estufa. Sabe que por lo menos un poco tibia puede soportarla a las cinco de la mañana.
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Regresa a la cama y mantiene el bebé en brazos, chupando la mamila que contiene ya poca leche. Ella debe cambiarlo antes de que despierte por completo. Antes de bañarse ya ha limpiado la cocina, tendido la cama, preparado las cosas del pequeño en la maleta. Con un vaso grande echa el agua a su lacio cabello negro y lo lava muy bien.
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Sale, y se arregla. Se pone bonita con unos prendedores para cabello que alguna vez compró en el mercado. Sólo escucha la radio y ahí­ sabe de las muchas quejas ciudadanas por las tragedias contadas en el noticiario del día. Se alegra cuando cambia a la música de siempre. Tapa bien al niño, gorrito, guantes y un cobertor. Carga la maleta, carga su mochila donde lleva siempre un poco de frijoles, un poco de arroz y lo que quedó de la comida de ayer.- Siempre puede tener hambre ella o su crío-.
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Si usara tacones no podría avanzar tan rápido para tomar la micro en la esquina. El chiquillo pesa mucho. Una vez en la guarderí­a explica que el niño ya llevaba un golpe en su bracito. Que ella se lo hizo sin querer cuando estaba por rodarse en la cama. Lo deja y corre hacia otro transporte.
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Lleva buen tiempo pero no desea que se haga tarde. Sabe que es bueno siempre ser de las primeras en su trabajo, llegar cuando aún el silencio de las máquinas deja que ella piense para sí.
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Transcurre el dí­a cosiendo, arreglando cierres, pedaleando el motor. Escuchando los rumores de muchas chicas de su alrededor, queriendo saber cómo es que hoy llegó diferente a otros días. -Y es que la gente lo nota-
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No hace más que pensar en ése chico, la invitó hoy a pasear. Y ella que se creía impensable para otros. Mientras, entre surcida y telas, ella ya hace en su mente una pequeña historia de amor. Suspira, también tiene derecho a emocionarse cuando alguien le silba por la calle.
La jornada termina y corre a los baños. Su espalda casi la mata del ligero dolor que suele dar después del trabajo, podría decir que apenas y pasa. Se retoca el maquillaje y mira a la esquina.
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Un globo rojo dice "Tu me gustas" y sonríe... Sabe que eso no puede durar mucho porque el muchacho es menor que ella, ni siquiera tiene un trabajo fijo en la tortillería. Pero quiere pasar éste dí­a acompañada. No puede cometer un error dos veces.
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Caminan hacia el parque, se platican algunas cosas. Ella trata de no perder la compostura aunque él la abraza y la besa mucho. La invita a un pequeño bar donde la rocola ameniza el ambiente. Dos cervezas y ella ya carcajea, baila y lo abraza. Se desean mutuamente un feliz día del amor, él la lleva a un motel. Los besos y abrazos, las caricias y los suspiros surgen como si fuera la única vez que fuera posible decirlos y duermen un rato exhaustos y abrazados.
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Ya entrada la tarde-noche ella mira el reloj...Es hora de recoger al niño y ella se levanta de súbito. Se despide y va a su cotidiano destino. Sólo espera que ésta vez no quede embarazada y pueda disfrutar un poco de las alegrías que pocas veces el destino le ofrece.
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Esta vez se da cuenta que puede subir a las nubes y bajar de inmediato sin perder
la cabeza.

5 comentarios:

Nube Gorda dijo...

Hola Kleine, pasando a saludar después de mucho tiempo desaparecida, aprovecho y t envio un besuchote.

salu2

argos dijo...

Feliz día coma!!

me gustó el relato, me gusta que la gente se enamore, aunque sea lo mas inpensable e incierto

1bso

santo dijo...

Feliz dia ehhh y te dejo un abarzote y un besotote pasatela chido con tu family :)

Mr. Magoo... dijo...

Buen cuento, disfrutar sin perder la cabeza, cuantas veces debemos de pensar esto, pesnsar dos veces, pensar con la cabeza (sin albur) y no arrepentirnos de nuestros actos demasiado tarde.

Muy buen cuento, y Feliz Dia Dra, gracias por tus relatos y tu complicidad cibernetica...
Un abrazo.

Mariana dijo...

Doblemente agradable el cuento.