08 febrero 2008

La salida

"En viernes se antoja el desmadre"- siempre me lo decía mi compañero de celda, aunque no sé qué tanto pudieras hacer dentro de una cárcel donde sólo, como en las películas, te permiten libros, cosillas y alguna que otra "yerba".
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La rutina cuando se hace presa (ironía) de nosotros, comenzamos a alucinar como si estuvieramos fuera de aquí. El era uno de ellos.
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Me proponía salir a la zona roja, buscar putas, darle al zarandeo, bebernos toda la bebida del lugar y casi a rastras seguir en otro tugurio de mala muerte hasta deshacer las vísceras.
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Era ideal que siempre agarráramos un lugar favorito, porque ahí El conocía a "La Chiquis" y a "La Doña", ésta última, dueña del lugar, se atribuía a los clientes más exclusivos para sí y mi "compadre" para ése momento, ya iba encarrerado con todo lo que se moviera con tetas y labios pintados. Cantar al lado de los mariachis nos daba esa sensación de machos poderosos, que pueden dominar cualquier situación antes que sea perdida.
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Hacer desmadre era la profesión en la que nos especializábamos, pues por el pleito de "La Chiquis" y sobre a quién entrega las nalgas era la razón por la que siempre terminábamos dando golpes a diestra y siniestra. Total, la casa pagaba y luego bien nos recibía.
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En ratos prefería escaparme, mientras el compa chupaba, a uno de esos jardines, en los que el árbol carga muchos pajarillos, hay silencio alrededor, cantan y te pierdes en el verde del pasto y algunas gotas salidas de la vieja fuente, pensando, descansando; añorando volver el tiempo atrás y pedir perdón por la muerte que dí a aquella niña por celos, por bruto, por ignorante.
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Hoy la vida me ha hecho pagar caro mi desdén y desde el parque el "compadre" me hace volver a la celda, así de bruto, para preguntarme si ya me había acostado con "La Doña" para que le contara lo que ella hacía conmigo y se masturbara en su festivo viernes.
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Mañana para mi compadre será sábado, día de lavar los baños. Y vomitará todo lo que se tragó en viernes con el hediondo olor del despido humano.
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Es mi día libre... lo tomaré como lo toma él... en su mente, y me iré a mi pueblo a comer frijoles de la abuela, pediré tortillas hechas a mano de la vecina y me acostaré en el catre donde mi padre solía escuchar un radio de transistores. Ahí me quedaré hasta que sea la hora de entrada a las celdas. Llegaré puntual y si mi mente aún tiene fuerzas, chance y pase a visitar a Doña Mary, la que me pedía que algún día le fuera a arreglar su abandonado jardín.
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Hoy es viernes de desmadre... veremos qué hacemos el lunes.

3 comentarios:

Kix dijo...

Viernes de desmadre... sí...

Creo.

Algaire dijo...

Feliz fin de semana.
Un saludo

The_Saint_Mty dijo...

Dichosos los viernes...lo bueno es que mañana es ya caaasi viernes...saludos Dra.