¡Ay, Muerte Chiquita!

Hace poco, cotorreando el punto en un desayunín, hablábamos varios de lo imprevisible que resulta cuando muere un familiar. Lo drástico del asunto es saber qué tan preparados estamos para aceptar que “uno de los nuestros� ya pasó a ser integrante del coro de los ángeles. Alguien por ahí, irónicamente me decía: -si ya es alguien viejito, ni hablar, preferible a que siga sufriendo�, una más reclamaba la parte sentimental: “ -ni mi abuelita que tuviera 80 años dejaría de llorarle�... y me quedé platicando para mis adentros...
Muerte chiquita, muerte grandota,
Si mi carga es pesada
Tus huesitos sudarán la gota gorda!
Desde el momento en que nosotros como cultura tenemos eventos entre solenmes y alegrones como 1° noviembre, a la muerte la tenemos siempre presente, sin embargo no dejamos de considerar que el fallecimiento de un ser querido sigue siendo algo lastimoso. Yo no sé qué tipo de trámites debo realizar desde el inicio del fallecimiento de alguien. Mucho menos tengo considerado los gastos que se emitirán desde el momento en que levantas un acta de defunción. Con todo el dolor y la pena siempre hay una sola persona que desarrolla toda la acción y deberá ser ésta la que tenga la mente fría para cualquier eventualidad.
¡Santas y repentinas muertes Batman,!
El pingüino acaba de morir,
¿Dónde lo enterramos
si en el hiero se conserva?
Hablar de cuando muere alguien en muchas familias, aún en éstos tiempos modernos, es como si hablaras cuchicheando, como si decirlo provocara que sí sucediera. Sabemos que podemos donar órganos o que nos hagan una eutanasia con respaldo legal, sin embargo, dada la tenebrosa población demográfica, pregunté al estilo IFE: ¿y tú, ya sabes en qué panteón vas a quedar? – Con ojos redondotes, todos a excepción de Mr. OrdenMan no sabían siquiera si su familia tenía un terrenito o incluso una cripta dónde guardar sus polvitos. Alguien sugirió que aunque pasaras por una funeraria y sintieras la carne de gallina, consideraras una miradita

en el tipo de “empaque� que nos vamos a ir.
Submarinos Marinela,
Vienen dos en cada bolsita,
Pero las galletas de canela,
Nunca se dejan solitas!
Existen ahorros planeados para las vacaciones, para un buen guardarropa, pero pocos dejamos unos buenos ahorritos pa considerar el gran paquete que se van a echar los que se encargarán de nosotros, o si?
En pleno uso de mis facultades mentales
Déjo como herencia a Bloggy, canjeadlo,
Sortearlo en rifa de pueblito y gastar sus dineros
En un crisantemo blanco que yaceráSobre mi cuerpecito

metido en una lata de atún...