Un breve Debraye...

Yo siempre he vivido sorprendida de la gran diversidad de rostros que la humanidad posee, rostros de tristezas, de angustias, felicidades, serenidades y anexas. Incluso la cara de incógnita cuando pongo ojos de bolita no se parecen a la cara de mi jefe cuando le pregunto dónde quedó su tarjeta American Express.
Cómo se da esa gran tonalidad de colores en la piel, (adoro los tonos oscuritos, sí,sí,sí); estar junto a una persona que no tiene el cabello de mi mismo color da ese detalle de marca personal de la que hablaba el otro día. (bueno, hago trampa porque me lo pinto de rojo rojote. Mi color es rubio cenizo).
Extasiada por la forma y color de ojos, cejas, boca, dientes, he visto que ninguno es igual.
*tiing! (neuronita pensando).

Así de repente, quedé impávida en el centro del zócalo, ahí mismito donde está la bandera y empieza el kilómetro 0 para cualquier destino de la república. Sin haber ido a ninguna marcha
–aclaro- había cientos, de muchos, de hartos rostros...Y empecé mi debraye..
¿Diosito no se cansará de hacer uno distinto cada vez que nace un chamaco? Yo creo que sí, su máquina reproductora de caras quizá la deja en automático cuando se va a echar un cafetín y reproduce caras que anteriormente había hecho en el momento en que va a ver qué diablos está pasando del otro lado del mundo (¿irá al baño?), ¿exámenes de evaluación a Ratzinger?... nomás que el pequeño detalle es que segundas partes nunca fueron igual... Ahhh! Ahora entiendo cómo es que fulanito que vive en Juan de la China se parece mucho al que vive en Juan del Japón.


¡Y qué decir de las voces! Ahí si de plano creo que es flojera celestial, que se herede así nomás el tono de voz. Tan similares de un padre al hijo o de mamá e hija que cada vez que llamo por telefonillo antes de regarla y saludar cariñosamente mejor me espero a saber quien me contesta, porque más de dos ocasiones me he sonrojado al saber que mi saludo cachorro no era para el hijo sino que llega al papá... Dioses del olimpo!

El encanto se pierde cuando definitivamente nos quedamos con el gusto de la primera persona que conocimos ¡más y si nos gusta!...
Champlada hippiescamente bajo la sombra de esa gran asta bandera me quedé sorprendida cuando al pasar junto a mi, un güerazo fachudo me pide en su mal español una foto para él y sus amigous:
DIOSES DEL OLIMPO: ¡No puede ser! ¿¿George Clooney en persona??, ¡¡naaaaaaaa!!, o siiiiii? Ëste está más chaparro... –si le pido autógrafo y me dice que no es él, bonito osote marca pato!- Chiquiiiiitoooo!, no le despegué mis ojos en todo el transcurso de la pose, de sus amigos ni supe –¿qué tal si eran eleven?... y así, con el corazoncito cual maquinilla en pechito de pajarillo, tumbaba a mil. –click- y ahí quedó el encanto al oír una voz espeluznantemente chillona. –oh, oh, Noup, no es Clooney-...
Si Diosito, sé que haces todo bien perfecto, lo sé, lo sé, lo sé, que tienes mucha chamba, también lo séeeeee ... ¿no me das chamba de diseñadora allá arriba?, tengo ideas geniales, oh si,
o-ri-gi-na-les. Si te paras de esa maquinita puedo ser supervisora de calidad, nada repetido: Made In México... ¿Te late? Recuerda: ¡Di no a la piratería!