29 agosto 2005

Dudas...

Es novedad en el barrio, nadie sabe lo que hace aquí, le miran raro y algunas veces se preguntan si tuvo influencias para tener el valor de alquilar esa horrible habitación del último piso del edificio más temible del lugar.
No osan siquiera hacerle plática, pues su manera de andar y hasta de mirar hace que hasta el chico más osado y valedor simplemente se quede callado en su lento y tranquilo caminar.

No sonríe, no voltea, ni siquiera se quita los lentes para ver los cruces de la calle. Siempre con esa imagen que no tanto impone pero da ese aire de misterio. En la tienda de víveres que está a tres cuadras es lo único que hace como rutina cada tercer día. Un poco de verduras, bastante leche y grandes cantidades de goma de mascar. Paga y se marcha sin inmutarse siquiera de la gente que aguarda en la cola al pagar que le mira callada, asombrada y curiosa.
Nadie sabe lo que lleva debajo de esa gran gabardina, siempre pesada, siempre oscura que no se quita ni en el más caluroso de los atardeceres.
Los rumores dicen que es un matón, de esos que les pagas antes de hacer fechorías siniestras y que al terminar el trabajo vuelven sin preguntar quién era "su cliente". Otros dicen que es un soplón. Que vive entre ambas mafias sin estar a favor o en contra, simplemente cubre dudas que a todos les salen, aunque su silencio sea extremadamente caro. Alguien más se atrevió a decir que quizá era policía, mirando movimientos de las bandas baratas del barrio, para ver cuáles eran las opciones de identificación de los más testarudos.
Nadie lo sabe.
Sin visita de mujeres clandestinas, sin alcohol que le husmearan en el aliento, sin papeles, tarjetas, nada que llevase a cargo, todos saben que en el barrio está él. Cuando se ausenta por días, las viejas sienten que hace falta él, los chicos lo imitan burlonamente al sentirse imponentes y hablar sospechas de lo que hace sin embargo difícilmente podrían sostenerle la mirada unos minutos aún cuando se lo toparan de frente. Esa cicatriz que atraviesa su frente no deja más que hacer ver que su vida quizá la apuesta a todo y puede librarla sin que le llore a un desfiguro de piel...
¿Qué tendrá en su cabeza?
¿Qué le hace callar todo el tiempo?
¿Cuáles son sus silencios y secretos que rondan sobre sí?
¿A donde puede ir sin pasado ni presente conocido?

¿Tu, qué crees?

8 comentarios:

rossmar dijo...

yo creo que la tristeza lo embargo y no puede salir de ella
saludillos.

Anónimo dijo...

Sin duda es un escritor.

Sus ausencias se deben a que visita la Casa del Escritor, en mis Inconciencias sé de lo que hablo.

Un beso.

Enigma dijo...

Puedeser un hombre que la tristeza le come la vida, que la muerte le espera pero se divierte no queriendolo llevar, sino dejandole vivir; en fin, que la verdad es muchas mas veces simple, que la imaginacion.

Un beso Dra.

El Enigma
Nox atra cava circumvolat umbra

Zack dijo...

Como dijo el enigma, la verdad es muchas veces simple, puede ser cualquier persona normal, que llegó a vivir ahi

Anónimo dijo...

Para mí que es una persona experta en perder lo que más quiere, por eso su autoexilio, vive muriendo por dentro.

Kix dijo...

Andale Dragón, yo pensé lo mismo, me acordé de Jean Reno en esa película...

Homero dijo...

Un blog ameno.

Por mi parte creo que es un simple vendedor de enciclopedias a domicilio, no habla por las constantes negativas y portazos en la cara que recibe en su trabajo, portazos que por cierto le provocaron esa fea cicatriz en la cara, bajo la gabardina no porta nada, ya que el único cambio de ropa que tiene lo mantiene limpio y planchado en su cuartucho para tenerlo listo cuando va a trabajar. Además es vegetariano, judío y homosexual, he dicho.

Saludos

Anónimo dijo...

Ejercicios de "mea culpa"