22 febrero 2006

Esperanza

No recuerdo qué fué lo que pasó después de esa explosión, mi mente se cerró y lo único que llegué a pensar fue en tirarme al piso. Después me desmayé.
Ahora que abro los ojos no sé si estoy enmedio de una pesadilla, de un caos o de una tragedia que yo mismo estoy viviendo.

En mi mente se atraviesa la imagen viva de mi esposa, llorando por las noticias que le pudieran llegar. Miro a mi hijo pequeño, quizá si crece sabiendo que yo morí enterrado ni siquiera recuerde mi rostro.
Pienso en todo lo que no hice hasta el día de ayer, pienso en todo lo que pude haber minimizado en pleitos con mis hermanos, mi señora madre, incluso hasta mis cuñados.
Ahora entiendo que la vida la vivimos una sola vez y yo, respirando éste aire que envenena sé que quizá valoro mi alma hoy más que ningún otro día.
Todos estamos desesperados, encerrados bajo muchos metros de gases, rocas y fierros, muchos sin fuerza ya. No tenemos la certitud de nada y muchos ya han colapsado en crisis.
He rezado desde entonces, otros han desafiado a su Dios. Muchos creen haber caído en la locura y lloran como niños abandonados por su mamá.
Yo sólo pienso en éste momento, en mantener la calma, en saber que si mi muerte llega aquí mismo no deberé de temerle, me dejaré llevar pidiendo solamente que mi esposa y mi pequeño hijo tengan una vida mejor y que Dios se apiade de sus futuro.
Si vivo, sé que será un verdadero milagro que muchas de las personas que estemos aquí contaremos a todos y cada uno de nuestros familiares. Amaré y perdonaré, seguiré más consejos y en definitiva mi vida será siempre en aras de ser mejor.
Hoy sé que la angustia me ahoga... han pasado ya más de 72 horas y el destino aún no nos define lo que pueda pasar. El aire se nos desvanece y aún cuando somos muchos con rostros quemados por los lodos y nuestras manos se hayen sangrantes de rasguñar las entrañas de la tierra queremos vivir...queremos vivir...
Hagan algo los de allá afuera porque yo logre sentir la mejilla de mi hijito una vez más. Griten a las autoridades lo que se pueda lograr si es que sin dinero acceden...
Ya lloré, ya pedí perdón, ya luché por infundirles ánimos a mis colegas... estoy en un momento de agonía y cansancio donde no distingo más que una palabra: Esperanza.
Así, seguiremos hasta que el tiempo dicte la sentencia y que Dios nos lleve a donde deba de ser el término de la desesperanza.

*** Sé que desde mi escritorio nada puedo hacer más que pedir por la gente que se encuentra en aquella mina. Me ha llegado al alma el sentir que somos pequeñitos, que seguimos siendo diminutos en la mano de la Madre Tierra.
Guardo silencio por aquellos que intentaron vivir en un trabajo noble, digno, de riesgo y que ahi mismo, queriendo tener una vida mejor, llegaron a otra más.
Pido por sus familias y que todo esté bajo manos que ayuden a aquellos en esperanza. ¡Dios, escucha sus ruegos!

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Me uno a tu plegaria doctora, Que Dios los bendiga.
Ten un buen día.

Anónimo dijo...

Buen post, Dra...excelente, saludos y ojalá y que todo salga bien, para esas gentes...

Kix dijo...

:-(

Soñadora Insomne dijo...

Mis plegarias se unen a las tuyas.

Lizette S dijo...

¡Que Dios los bendiga!

Enigma dijo...

Todos unidos por la misma peticion Dra. ya que acabo de salir de una junta y un participante dijo, que 1 sobreviviente a esta altura seria un milagro, ahora 65...

Dios no nos deja solos, aqui en la tierra asi como con el en su reino, siempre esta cerca y nos procura lo mejor.

Un beso.

El Enigma
Nox atra cava circumvolat umbra

AndreaLP dijo...

Ojalá que rápido puedan accesar a dónde se quedaron atrapados y puedan salvarlos.

Esperemos un milagro :-(

Saludos, doctora.

rossmar dijo...

una oración por ellos.

Anónimo dijo...

Que horror, pobres de los de la mina, y sus familias.

Besos

Lety Ricardez dijo...

Terrible situación doctora y un excelente texto. Puede usted estar segura que motivará oraciones en favor de ellos. Todos deseamos ese milagro.

Con cariño

RAYDIGON dijo...

ES UNA TRAGEDIA, QUE DIOS LOS BENDIGA.

=(