Ya es de mañana, afuera se oye un gallo cantar, anunciando a todos que el sol, si bien no ha salido por completo ya va en proceso de aclararse. Gallinas comenzando su labor, unos cuetes a lo lejos, es probable que sea la fiesta del pueblito mas no se oyen tamborazos.
Se prepara aquel hombre, comienza por asear su casa; mucho del ajetreo lo realiza en silencio, no quiere despertar a su hijo.
La casa, tan sencilla como es, no es grande ni hay mucho qué limpiar, siempre la trata de mantener, de menos, presentable. Sólo hay que levantar juguetes, ropita, cosas de niños que han quedado tiradas ayer y que no dieron tiempo de asear; ya era muy noche para hacerlo y él sólo deseaba descansar.
Se prepara un café y prende una pequeña televisión.
El tipo que habla sobre las noticias nacionales luce bien.
Sonrisa de modelo, corte del traje al pelo, sonrisa espectacular y carisma para presentar tragedias y novedades. Los comerciales le atraen un poco, son novedosos cuando aparece una que otra modelo espectacular, pero no queda himnotizado. Ha entendido que a veces lo bonito sale caro.
El niño sigue durmiendo? su carita yace tranquila, silente, inocente.
De vez en vez él voltea a vigilarle para saber si no se interrumpe su tranquilo sueño.
Una vez hecha la limpieza comienza turno para él.
Deberá prepararse para su diaria labor y esperará que le vaya mejor que el lunes y el martes.
Se sienta frente al espejo. Hay infinidad de colores. Limpia su cara correctamente y comienza a delinearla.
A lo lejos las gallinas siguen en lo suyo. Tal vez pongan varios huevos que sirvan para un buen desayuno fresco. El olor a café inunda la casita en muestra del hambiente acogedor frente al frío matinal.
Pinta su cara de blanco y deja para cierto momento espacio para unas grandes mejillas de rojo. El tiempo le ha dado la práctica y ahora lo suspende para que fije bien el maquillaje.
Va por unos pantalones enormes, coloridos también, mismos que combinan con unos zapatos que ni en sueños parecerían de él, pero le quedan. Una playera graciosa tiene muchas bolsas.
Hace especie de artes y se mete pañuelos, pelotas, silbatos.
Remata el maquillaje y por último deja la gorra en pendiente. Termina su café y mueve al pequeño. Poco a poco lo viste aunque éste no se dé por enterado jamás.
Finalmente todo está listo. Cierra su casa y carga con el chico. Andará pronto por el camino para tomar la micro que espera para llevarlo a la ciudad.
Ya cuenta con bastante fuerza y sabe malabarear el camino, cargando al niño y agarrándose en el transporte, transporte que poco le importa si lleva vacas, cerdos o gente, simplemente avanza y maneja peor que una bestia.
Finalmente, al llegar a la ciudad, toma un metro, ha pasado una hora de trayecto y el tiempo va en orden. El niño no despierta.
La gente mira al hombre transformado y una que otra vez dirige sonrisas? aunque todavía no está trabajando sabe que es el emblema de lo que lleva.
Llegando al centro deja a su hijo en la guardería.
- ¡Buenos días Don Jorge!- Usted siempre tan tempranero, ¿ya está listo para trabajar?
- Así es señorita, Jorgito aún viene dormido, por más movimiento que hice no lo logré despertar, déjelo usted que duerma un poquito más para que tenga un buen día en su escuelita.
- ¡seguro!, ya le contaré que usted lo vino a dejar y le contaré que lo vendrá a recoger para que no se impaciente. Nomás no se le haga tarde, sabe que cerramos puntuales y si el niño ve que ya no queda ningún otro chamaquito comenzará a llorar, ya lo conoce?
- Si, si, seguro, trataré de ser puntual. Ya lo verá. Tenga, le dejo unos cuantos globos para los niños, eso hará que se les haga el día divertido, les dice que hoy El Payasito Tilín vendrá a verlos antes de que se vayan.
- ¡Ay Don Jorge! Usted siempre alegrando a los compañeritos de Jorgito? muchas gracias.
- Bueno, la dejo, ya va siendo hora de que me vaya a trabajar, el restaurante abre puntual y debo siempre estar a tiempo. Hoy es el cumpleaños del hijo del dueño y ha invitado desde temprano a todos sus compañeritos y damas de gran sociedad.
- ¡Nos vemos pronto Jorgito, pórtate bien mijito, no vayas a pegarle a nadie pequeño?!...
Bastó un beso lleno de ternura y un abrazo grande , ligerito, para que no se despintara su cara El Payasito Tilín.
Cruzando el umbral saluda a las madres que vienen dejando a sus hijos igual, le miran con respeto, con asombro, con entendimiento?
Camina y se va perdiendo entre la muchedumbre, aunque por los colores fácil logra distinguirse, hoy habrá que reír mucho para estar de vuelta temprano, descansado y compartiendo el amor a su pequeño Jorgito.
5 comentarios:
Saludos y buen fin de semana, me gusto tu histora.
... la felicidad de algunos es el trabajo normal de otros, ahi es donde radica la diferencia entre propios y extraños.
Excelente fin de semana Dra, un beso
El Enigma
Nox atra cava circumvolat umbra
feliz fin Doc.
pronto iré a visitarte a chilangolandia.....muy buena la recomendación cultural.....besitos
Que padres tus relatos. Eres muy buena escritora.
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