25 agosto 2005

El Jardín II

Días lluviosos hacían preguntarse a la chica, frente a su ventana, si ahí estuviera sentado aquel hombre, maldecía la humedad por curiosear si lo imaginaba empapado, con el sombrero goteando, con la galleta en la mano o sin paraguas, en pose de estatua esperando silbar cerca de ella.
Oh pesadillas!!!
Le clavaron la mente una noche y ocasionaron un cambio en el que vomitó el silencio, y decidió seguir visitando al viejo.
Y fue en la banca de aquel jardín donde contó su olvido por la vida, su desgano a sí misma, olvidando riquezas se prestaba a su impotencia de seguir, soltó su amor y desamor y todo lo que la orilló a llegar a ese jardín...
Día a día fue narrando sus viajes y experiencias, sus aventuras y acostones, su nobleza casi de niña y su experiencia de mujer.
El anciano era todo oídos, toda calma, jamás reprimía y era más bien bromista y cuidadoso en sus palabras, en alguna de esas tardes sucedió algo mágico a partir de ése día.
Ahora el anciano iba presto y sencillo de Lunes a Domingo. Ahora se encontraban justo en aquel jardín, parecía un juego que ella llegara con la cara lavada aceptando la generosa galleta de bienvenida.
Con el tiempo se acercaron los más viejos, amigos del anciano, y se generaron historias y charlaban de tiempos y buenaventuras. Ella supo de dolores, de amores y corazones rotos y vió que la vida también tuvo para otros glorias, tormentas y cielos estrellados.
Los viejos le daban consejos, la joven les daba sonrisas, ahora eran todos bohemios tarde a tarde entonando cantares y quedándose lejos de ese jardín en palabras y sueños. El anciano callaba y le contemplaba, reservado, quieto y con la sonrisa hermosa que le daba la edad. Ella gozaba su risa, le miraba tierna y siempre su mano tocaba.
Un día la chica no volvió y la reunión no fué la misma sin ella, aunque el anciano le echaba de menos sabía de algo que los demás desconocían. Fué entonces cuando quedó sentado en esa banca hasta que los demás se dispersaron, ni siquiera se inmutó en ver lo tarde que ya era y sentir que la galleta estaba casi desbaratada. El esperaba la señal, esa que quizá ambos tenían planeada.
Mucho más tarde un chico se aproximó, él pudo distinguir sólo una galleta frente a sus ojos, aunque el brazo no correspondía a quien él ya estaba acostumbrado a ver. La tomó y el chico le habló quedo al oído acercandole un papel y se marchó. Los grillos sonaron y su corazón palpitó demasiado...

Hoy es otro día, hay canarios cantores, hay sol y hay ruidos. Hoy el anciano no irá al jardín por la tarde. Hace limpieza, se baña y se peina,se mira y endereza su cuerpo cansado frente al gran espejo que le muestra su edad. Ya tiene puesto un traje solemne. Su hijo le avisa si ya está todo listo. El asiente y va hacia la sala. Tres camaradas le saludan y suben al auto. Ni tiendas ni gente le hacen mirar hasta llegar a la entrada de aquel lúgubre lugar, que por muchas flores que tuviera jamás sería alegre ni en vista ni en corazón.
Fué ahí donde la vió de nuevo, fue ahí donde miró una belleza callada, quieta, tranquila, con los ojos cerrados sin ningún respirar, sin ningún palpitar con su cuerpo extendido en blanco bajo un ramo disimulado de flores.
Quedó mudo, sus ojos apenas y mostraban una gota tras otra..A sus pies con su sombrero en ambas manos el murmuraba tranquilo una sonrisa.
Ahí fué cuando recordó aquellas palabras que ella bien correspondió cuando ambos estallaron en risas por la burla a una aventura sin igual:"...un Beso, nada cuesta darlo, un beso, como a un vaso de agua no se le niega a nadie, según el anciano que le decía a aquella joven en el jardín de la colonia tras haberse reído de la anécdota charlada..." y la joven le miró y sutil se le acercó, suavemente en sus labios le besó y calladamente le dijo que le amaba no por viejo, no por pedirle un beso, sino por enseñarle que la vida aún se podía vivir pese a que ella estuviera destinada a morir con un cancer que cada día le quemaría un pedazo de su corto vivir.

Fin.

7 comentarios:

China Rockers dijo...

que buen final.....



saludos por aqui

Kix dijo...

God, y yo siendo depresiva... :-S

Enigma dijo...

Excelente, ayer calle ya que hoy sabia que venia la segunda parte y que con ella, vendria una opinion completa...

Excelente manejo de tiempos, me agrada el ritmo, me gustan los personajes, el giro en el final es triste pero es esa gota no de felicidad la que hace que certos relatos, trasciendan como este.

Felicidades Dra. un beso.

El Enigma
Nox atra cava circumvolat umbra

Mathilde Kiedis dijo...

hola,te descubri en los blogs actualizados de Blogs México y tras una leve ojeada de tus posts descubrí que te dedicas a la narración y creación literaria,al menos en la mayoría de los casos que vi.Andaré visitándote para descubrir más y más de tu poder narrativo.Saludos desde Puebla.

mattie
http://www.fulguris.org/27minutos

Dra. Kleine dijo...

Bueno, son cosas inspiradas en debrayes sencillos Kanon. Si, lo he hecho yo. Cuando algo no es de mi autoría dejo al pie de página el nombre de quien lo creó. Me alegra que haya sido del agrado!

stultorum dijo...

Que te puedo decir, ..... realmente muy bueno, te lo digo como un lector cualquiera.

ni modo, tal cual lo dije, eres una nueva addicción.

Lo-que-serA dijo...

¡Hermoso, doctora! Así resulta que se brindaron mutuamente el amor a la vida, aún tan cerca de la muerte. O quizá por eso, también, más dulce.
Saludos.