El dÃa habÃa transcurrido al más puro estilo de la rutina laboral; faxes y llamadas, citas y confirmaciones. Todo estaba en orden salvo los leves imprevistos de las cancelaciones que a última hora al jefe se le ocurrÃan hacer.
Todo el alboroto de la oficina, risas, olores a café y galletitas, proveedores con bultos y timbrazos de celular, poco a poco iban desvaneciéndose conforme llegaba la hora de salida, la hora en la que teóricamente salimos del trabajo y que oficialmente ya no estamos para nadie pero... ni idea de hacer mi vista fija sobre el reloj, éste dÃa trabajarÃa tan tarde como fuese posible para que pudiera dejar todos los pendientes en orden.
No tenÃa alternativa de entregarlos otro dÃa, por ende, los trabajarÃa durante la noche.
AsÃ, sin llamadas emergentes, sin pararme de mi lugar ni distraerme por una visita imprevista me sumergà en el archivo de Excel entre números y fórmulas hasta que...
Maldita luz...
Es la única que tiene el poder de hacerme entrar en pánico - no por la oscuridad-, sino porque hoy por hoy la modernidad de grandes computadoras, micro componentes, redes y multifuncionales dependen de la luz eléctrica, asà nomás, tiene el poder de inutilizarme.
Hojas y hojas y mi destino frustrado en una oscuridad silente... a lo lejos las leves luces de emergencia apenas y podÃan vislumbrar los rincones de toda la oficina...
¿Algo que hacer a mano?, uy, ¡nunca terminarÃa!
Aguardé 5 minutos y mi paciencia se terminó, lentamente fui hasta el pasillo tratando de preguntar a los guardias de la planta baja qué habÃa pasado...pero no obtuve respuesta. Miré en otros cubÃculos esperando apoyo por otros que de casualidad ahà se encontrasen pero nada. Creo que nadie habÃa decidido trabajar hasta tarde... o quizá... ¿Me olvidarÃan? ¿PensarÃan que ya no hay nadie y cerraron todo?, ¿cómo saldré por la madrugada?... no, calma. Siempre debe haber seguridad ante todo en una empresa de alto nivel.
Elevadores muertos... ¿la opción más cercana? Escaleras.
Estando en el piso 34 no es nada agradable bajar en tacones. Mirando hacia todos lados decidà tomar aliento y bajar.
Se oye todo hueco... mis pasos ¡sà que son escandalosos!, ahora entiendo el porqué voltean los del restaurante cuando voy por el pasillo. Juro que es sin intención aunque aquà podrÃa hacer ruido para que me notaran.
Piso 32 y nadie dentro de las otras oficinas... si se me antojara escudriñar algunos cajones encontrarÃa pequeños tesoritos, monedas o llaves que abran algún archivo.
Un cajón, ¡alguien ha azotado un cajón! JurarÃa que estaba sola pero no... Voy al piso de abajo, de donde se escuchó el sonido... pasos... pasos... ¿pensarán que los quiero alcanzar?... ¡Un ruido arriba! –No entiendo- todo está oscuro.
-¿Quién anda por ah�- grito – ¿saben qué paso con la luz? ¡¡Que alguien me conteste!!... estoy comenzando a escuchar una voz... no, no es voz, ¿será queja?, ¿habrá alguien lastimado?... ¿qué hago? Iré al piso 34 o sigo descendiendo hasta el lobby... oigo la respiración más cerca...
-¿¡Quién está haciendo asÃ, respondan o grito al guardia!? ¡Dejen de hacer asÃ!... ¡Basta!...
Es increÃble que quieran asustar a uno como a los niños pequeños...
Caramba, nunca habÃa bajado tantos pisos por las escaleras, de noche todo luce diferente y estoy agotada con los tacones y el ajetreo de todo el dÃa...
¿Y si me están buscando?... ¡ya sé! Aguardaré en los baños del siguiente piso, tal vez se pase derecho el bromista ese... mmm... sin luz... no veo nada... me podrÃa caer con un simple escalón...
Ese respirar, lo oigo cerca... Oh por Dios... ya no lo tolero, me está comenzando a asustar...

-¿Quién eres? Deja de gemir idiota... Creo que intentaré llegar a la salida, aunque las llaves del auto y todo se han quedado en mi escritorio... tan sólo he avanzado 5 pisos... no es posible... Cerca de aquà hay un teléfono de emergencias, lo he visto cuando visito al contador Juárez.
¡No veo nada, maldita la cosa!, ¡Ay! No percibo las esquinas de los escritorios... donde...cada vez me meto a lo más oscuro... me persigue... me persigue...
Bajo un escritorio creo que será fácil desubicarlo.
No podrá con tanta búsqueda... ¡Maldita Luz, llega!... ¿Dónde me meti?, tengo miedo de que me hagan daño... no... No sé quien es... se acerca más...
NOOOOOOOO ALEJATEEE...
AYYUUUDA...
Alguien me sigue, ¡por favor!...
es una sombra... ¡¡ya me vio!!...
¡NO!... ¡!