
Holanda es uno de los paÃses en donde el sexo es una enseñanza, educación y forma de vida tan natural que simplemente es caso de ferias y concursos, mostrados al mundo, es donde nos podemos dar cuenta el cómo conciben “canalizarâ€� algo nacido desde que el hombre existe.
Ya en Estados Unidos desde los históricos tiempos del “Playboy� y “Caballero� se mostraba el ansia por mostrar lo que a otros simplemente escandalizaba... y aún asà ¡se ganaban miles de dólares!
¿Por qué no, ahora en México?
Justamente hace esa pregunta Alberto Kibrit, quien lo mira desde un punto de vista empresarial.
Kibrit es un chico que anhelaba ser polÃtico en Huixquilucan, Estado de México; en los tiempos de escoger una buena carrera.
Sin embargo, por viajes constantes al extranjero, a los prematuros 20 años comienza, por una mera casualidad -por emprender un negocio y por llevar en la sangre el sentido empresarial de su padre- a interesarse en todo movimiento que generan las Exposiciones de sexo frecuentes en Estados Unidos.
“Si se pueden hacer allá pensemos en traer algo a éste paÃsâ€�; en su mente ya rondaba la idea de una frase: “Sex Capitalâ€�.
DifÃcil caso para una sociedad en la que la doble moral está latente, encontró muchas trabas y nadie creÃa en él por obvias razones.
Su visión comienza con una inversión de 10,000 dólares en folletos, publicidad y búsqueda ardua de participantes y organiza la primera Expo Sexo y Entretenimiento en el 2004 en el Palacio de los Deportes. Ocupando un espacio de 4.500 metros cuadrados logró atraer alrededor de 80,000 personas. Fue una experiencia exitosa que decidió repetir al año siguiente utilizando la capacidad máxima del sitio (17,000 metros cuadrados) y una entrada de 100,000 personas. En las Vegas es cinco veces menos la asistencia a la Expo Anual del lugar. Por morbo o curiosidad el eventro trascendió.
Era hora ya de pensar en “Sex Capital�.
El préstamo quedó liquidado quedando un saldo de 20 millones de pesos a su favor.
La decisión estaba tomada:
La creación de un centro comercial donde los adultos pudieran ver una pelÃcula erótica hasta en tercera dimensión, comprarse ropa de enfermeras, colegialas, de piel y Sado, visitar una vasta área de cabinas, ir a librerÃas especializadas, entrar a un Table Dance o sección de Strippers a partir de las dos de la tarde... quizá adoptar un piercing o sugestivo tatuaje; ¿más entretenido? si al salir de los juegos de destreza con premios muy ad hoc se antoja comer algo se tiene el espacio de comida, habrá que dirigirse a la sección suestiva de Fast Food, donde la especialidad es “la panochetaâ€� y, para el punto final, un toque ilustrativo del museo interactivo en la parte más alta del establecimiento.
Sex Capital abarca ahora mucho de la industria comercial: Desde lencerÃa, pasando por videos y espectáculos hasta organización de eventos para despedidas de solteros y solteras. Se encuentra ubicado en el Centro Histórico del Distrito Federal, entre las calles de 16 de Septiembre y Venustiano Carranza.
La entrada, similar a los demás edificios, tiene una larga bandera con el nombre del lugar, el primer piso aún se encuentra con locales vacÃos y uno que otro es de accesorios para computadora pero ya, en el segundo piso, justo en las escaleras eléctricas podemos ver una extrema y numerosa vigilancia con personal de seguridad que no permite el acceso a menores de edad.
La Sex Shop Erótika y El Armario abierto son de los locales mayormente visitados. El lugar es, sin duda, confiable, en cualquier hora del dÃa, aunque a partir de las tres de la tarde, en fin de semana, el cinema con tres salas comienza a vender boletos y hay que hacer cola para entrar. A un lado de ello se encuentra un pequeño pero agradable bar de bebidas de nombres colosales, si se desea hacer tiempo y, en el tercer piso tenemos la disco, pequeño lugar para bailar, escuchar música de moda, asomarse por los escaparates y divertirse un poco.
Hay bastantes cabinas de video.
Chicos y chicas dando espectáculos y todo ello en dos pisos de discreto placer.
El juego que comenzó para Kibrit como algo utópico ahora se puede apreciar de una forma abierta, comercial y ¿por que no? Entretenida.
Asà que si desean visitar algún dÃa entre semana Sex Capital les sugiero ir con un poco de curiosidad y algo más pues... algo se puede antojar.