19 abril 2006

Marcelo

En temporada alta, cuando todo mundo viaja, siempre se aprovecha la oportunidad de ofrecer servicios a diestra y siniestra.
Marcelo ofrecía, como todos en su trabajo, un buen servicio de conductor. Dada la categoría de la línea de autobuses para la que trabajaba, siempre se esmeraba en dar un plus.
Desde que estacionaba su autobús, hasta que recibía al primer pasajero, los buenos días, tardes o noches, significaban para él un buen preludio de que el viaje sería cómodo para sus acompañantes y tranquilo para él.
En su 30 años de servicio ha visto cosas tenebrosas en carretera así como lo más sorprendente e inaudito.
Nunca falta por supuesto, el pasajero enfermo al que habrá que estarle haciendo paradas contínuas por aquello del malestar estomacal y las urgencias biológicas.
Alguna vez, comenta con una sonrisa graciosa, tuvo que atender a una mujer a punto de dar a luz, gracias a la ayuda de una enfermera, pudieron apoyar a quien sería conocida como la mamá del hijo del autobús. -Si hubiese nacido en avión tendría de por vida viajes gratis, pero aquí solamente se les recuerda como las personas que hicieron de su viaje algo único y memorable.- me cuenta.

Marcelo ha chocado dos veces, la primera, en sus inicios de aprendiz, se quedó dormido en carretera, prueba de ello es la cicatríz que me muestra en su frente, atravesándole la ceja izquierda. -"Cuando eres joven- me dice- te quieres comer el mundo a mordidas, y yo me sentí valiente tomando las riendas del tráiler de mi papá e hice la ruta hasta Tijuana, pero ya andaba muy cansado, después de 12 horas de manejo, ahí fue cuando me partí hasta la cara"- comentó. Ya la segunda fué cinco años después, cuando un borracho, que venía en sentido contrario, se atravesó en una curva y perdió el control, pegándole a más de cuatro autos que venían en el camino contrario.
Después de tantas horas en carretera, para llegar a mi Ranchito Alegre, me cuenta más en confianza el amor que le tuvo a una pasajera:
-"Era chaparrita, güerita ella, pero natural, estaba deshubicada porque se quedó dormida y no se bajó en la ciudad correcta, así que la llevé hasta Colima y le ofrecí acompañarla al otro día. Era linda la chamaca, parecía de la provincia del sur porque aún se reía de cualquier cosa que yo le decía... el amor me duró cuatro días y terminé llevándola de regreso hasta Cancún, ¡Cómo me gustaban sus ojos!, nunca más la volví a ver."

Marcelo tenía por consigna trabajar todavía cuatro corridas más. Descansaría el martes y seguiría en ésta época de Vacaciones "dándole duro al trabajo y al manejo". Después planeaba llevarse a su esposa y a su hija de cinco años a Veracruz, unos cuantos días de reposo cuando la carretera esté libre ya de autos y camiones de turistas.
Así, Marcelo nos deja a todos en la terminal de mi pueblo, sana y salva, despidiéndose amistosamente y con la consigna de que, si me vuelve a ver en la ruta, seguro me enseña donde siempre dice que se le aparece un fantasma.

- Que disfrute sus vacaciones señorita ya le contaré después cómo me va a mi porque con éste calor, seguro hasta la panza de trailero se me baja a los pies.

12 comentarios:

Anónimo dijo...

Gente que de veras hace su trabajo con intensidad. Esas personas son encantadoras en su vitalidad.

Un abrazo.

Cinéfilobo dijo...

***
De los mejores compañeros de cigarrillo que he tenido.

GUAGUAU dijo...

LO SIENTO TUVE UN ERROR EN UN NUMERO Y HASTA AHORA LO ARREGLE GRACIAS POR EL COMENTARIO LLEVO UN MES EN ESTO Y ES MUY AGRADABLE LEER TUS COMENTARIOS YO INTENTO LEER A DIARIO TODOS LOS QUE ME VISITAN PERO HOY ME ES IMPOSIBLE ESO SI YA PASARE UN ABRAZO APAPACHADOR

Enigma dijo...

Cuantas historia tendra gente tan comun y corriente, que desempeña bien su labor como este chofer, el policia de la esquina, la vendedora de quesadillas en la noche, etc.

Un beso Dra.

El Enigma
Nox atra cava circumvolat umbra

Anónimo dijo...

Que maravillosas historias encontramos en personas extrañas, que hacen que esos momentos de charla se conviertan en momentos inolvidables.

Saluditos.

EL ATEO dijo...

Ni tan bueno el pinche chofer, que ya choco un par de veces...

rossmar dijo...

Pues si es gusto por el trabajo y de verdad amarlo que haces.

Anónimo dijo...

Y mira que dificilmente puedes encontrar un chofer decente y que se preocupe por el pasaje, bien por el.
Saluditos Dra.

argos dijo...

"Marcelo es mi compadre"

RAYDIGON dijo...

Trabajo dificil y cargado de responsabilidad.

Que bien que sea cordial con su pasaje...

Besos G.

@Igna-Nachodenoche dijo...

Grato que aún haya gente que desempeñe su trabajo con dignidad.

Anónimo dijo...

Q!uerida:
Ando hoy tan ocupadísisisisisma que no puedo leer tu escrito, pero vine a agradecerte el que me hayas ayudado a reír como demente con el comentario que dejaste en mi blog :)