Era algo extraño llegar al hotel en plena algarabìa de otros que, siendo un martes, raro era escuchar sonidos de fiesta.
Dejè que ocurriera sin ninguna bronca mìa.
Total, todos estamos con ganas de relajarnos de vez en cuando, sin embargo, ese tipo de relajamiento no era para mì en èse preciso momento.
- Su habitaciòn Dra.
- Oh! Gracias... - y mirè el nùmero y vì que era la habitaciòn del lado que nunca me habìa tocado.
- Detràs mìo dos coreanos... o chinos... el color se distingue pero no sè a ciencia cierta si los ojos rasgados sean diferentes entre ellos. Miran como si uno fuera el extranjero.
El botones me deja instrucciones de todo lo que hay en la habitaciòn.
De repente escuchamos còmo al otro lado de la pared se oye un golpe... risas... otro golpe y azotones de puertas.
- Me parece que esto estarà muy agitado- le comento al chico quien sòlo atina a decir que sì con cara de preocupaciòn.
Me pregunto si yo fuese una dama-loca-cruela-de-vil ¿còmo hubiese actuado en semejante acto?
Total, dejo todo en orden y prendo la tv. mientras preparo una tina que me invita a ducharme.
Màs risas y màs sonidos.
Corren por aquì y por allà.
Caray, mi recàmara es chica... la de junto lo es màs porque la vez anterior me tocò ahì.
¡`còmo es que corren!
Se oye un cristal que se rompe... ¡uy uy uy!
Se escucha en el pasillo, de otra habitaciòn sonidos chinos o coreanos o què se yo.
Y yo presta a quitarme la ropita.
En cinco minutos se oye una comitiva... y tocan en la puerta de lado. ¡Todo se oye!
En un limpio francès piden a los huèspedes guardar la compostura...
Risas chiquitas...
Me contagian las risas y me rìo yo tambièn.
-Silencio-
Tras un largo rato todo va en calma de nuevo hasta que vuelve la misma fiesta, ahora con tv incluìda en el canal de videos modernos. -Oh, oh- La pared compartida ahora suena como si se quebrara.
Un toquido en mi habitaciòn.
-Toc, toc- insistente
¿Què serà?, me estaràn invitando al relajo tal vez.
Pues no. Me pongo la bata apurada y no me preocupo porque me vean con cara lavada ya. Abro y caras grises.
El botones con el gerente.
Apenados hasta la pared de enfrente.
Y justo en ese momento...
Cuando todo el pasillo, mi habitaciòn y alrededores se callan, los vecinos pujan, gimen, se excitan y sigo mirando al gerente.
Se disculpa en gran gala.
Veo a los coreanos, japoneses o sepa què en el pasillo con sus maletas en plena mudanza.
Me ofrecen una habitaciòn mejor, una gran disculpa y una promesa de que todo corre por cuenta de ellos.
-¡Oh!- Acepto.
Y heme aquì...
El jacuzzi... sin usar porque ya me habìa bañado.
Y pidiendo una cena que va por cuenta del lugar.
mmmmmm....
Creo que ahora si debo bajar a ver a mis vecinos y dar las gracias por semejante cosa, ¿o no?
5 comentarios:
Jajajajajaja en horabuena Dra. creo este viaje a diferencia de otros esta mucho mas tranquilo y relajado... su actitud ante los veinos incomodos fue excelente, imagine a los huespedes que efectivamente si se quejaron.
Un beso Dra.
El Enigma
Nox atra cava circumvolat umbra
Dime a que hotel fuiste Kleine para hacer la reserva rauda y veloz, jajaja....
Que bien... que lo disfrutes!
Asi hay que viejar mi Doc.
Besos
Esas sorpresitas caen bien y el yacuzi hay que aprovecharlo de un modo u otro, no se, aunque sea con otra remojada, jejeje.
De esas fiestas, que andando de viaje..hay que disfrutar o integrarse..jaja..Saludos!
Publicar un comentario