16 noviembre 2006

La promesa del futuro.

Alguna vez me quedé mirando, cuando era pequeña, a un grupo de chicos, ya grandes a comparación mía. Mi curiosidad era mucha porque miraba abrazos y besos entre algunas parejitas. Lo más sorprendente era ver el acto del beso de una forma que a nadie le daba pena alrededor más que a mí... ¡y estaba mirando de lejos!

Siempre me quedaba la duda sobre el beso, sobre lo que se sentía, sobre lo que había qué hacer cuando alguien te besara.
A los doce años mi mejor amigo era mi primo, demasiado precoz y muy activo para su edad.
Fue mi primo el que se encargó de narrar -aclaro- narrar lo que él hacía con las chicas que de repente le agradaba toquetear y por supuesto besar. Yo era una especie de pequeño gran diario de sus aventuras pesqueras.
De todos los amigos pubertos que teníamos ninguno era como para que me diera mi primer beso. Siempre se encargaba mi querido primito de alejarmelos, diciendo que yo tendría mi primer beso de una forma romántica con la persona que yo decidiera fuera la adecuada. La que me hiciera saltar por dentro.
Yo simplemente no comprendía mucho de lo que decía. Pero ahí estaba de curiosa, siempre al lado de su romántica visión de un primer beso.
Cada vez que le preguntaba cómo era un beso era un momento de diversión.
Y era un momento en el que me agarraba la panza de risa cada vez que trataba de explicarme lo que su lengua hacía ahí, dentro del hueco de la boca de la otra chica.
Vimos que hay besos rápidos, cortos, babeantes, lenguados, jadeados y hasta con los ojos abiertos. Estos últimos son los que me causan poco placer.
En el momento en que alguien me llega a besar con los ojos abiertos ¡Pum! pierde todo puntaje para mí. Creo que eso fue herencia prejuiciosa de mi querido primo quien siempre decía que un beso con los ojos abiertos es más curiosidad y cero sentir que un beso en el que se pasa por la garganta un poquito del latir de tu corazón.
El primer beso que experimenté ciertamente fue algo que me salió del alma. Ni siquiera yo me hubiera imaginado esa literatura de explicación que me decía que latería yo por dentro. Fue algo que me recuerda un poco a la inocencia que ya se va perdiendo hoy día.
Fue nervio, fue un latir de corazón tremendo que pensaba se me saldría de un momento a otro. Fue ver alrededor mío nubecitas rosas y azules y mucha tensión porque estaba en un lugar donde cualquiera hubiera podido mirar lo que estaba haciendo.
Lo de las caricias y pajita extra fue digamos las esferitas del árbol de navidad.
Pero el beso fue lo más impactante, te pasan toda clase de ideas, pensamientos y sentires que recorren las neuronas a una velocidad impresionante.
El veredicto fue satisfactorio. Aunque podría mejorar aún.
Cuando se lo conté a mi primo juré que no le diría en mucho tiempo quién había sido aquel que permití dar mi primer beso y fijamos una fecha desde aquel entonces.
A cada oportunidad que tenemos de charlar, desde esos años hasta ahora de adultos, siempre me pica las costillas muriendo de ganas por saber lo que yo tanto le guardé.
Hace poco me la recordó y hoy se cumple la promesa desde aquellos años de inocencia puberta.
Prometimos mutuamente decir nuestro secreto, uno que tanto me daba curiosidad saber y él de mi sobre el beso.
Y pues en resumen podré vagar por aquel tiempo y recordar que un beso es una puerta a la etapa de adulto, aunque cierta va de curiosidad y amor.
Mi querido primox, ¿recuerdas aquella ocasión en la que El sapito, El púas, Hiux y yo fuimos a buscar chapulines al cerrito de Guadalupe?... si. Me notaste diferente, como si bajara del cerro con ojitos extraños. Vagaba en una nube de cosa rara porque después de ahí nunca más lo volvimos a ver, ¿recuerdas también que al otro día toda su familia partiría a Houston para vivir lejos de aquí?... pues sí. Fue él. Por eso jamás nadie supo nada a pesar de que interrogaras a la veintena de amigos. Así que he aquí mi confesión después de haber leído tu primera confesión en otro blog. Claro que mi curiosidad siempre fué más morbosa que la tuya, pero tu siempre has sido un gran caballerito. ¡Cumplimos la promesa hecha cuando teníamos 13 años!.
A distancia, sigue como cubito de hielo mi querido primo, porque sabré que te habrás quedado helado de que no te imaginabas quien fué mi primera vez.
Pero puedo decir que tus clases siempre funcionaron a la perfección.
Un beso de México a Bélgica con todo mi amor.
México, D.F. a 16 de Noviembre del 2006.

6 comentarios:

Enigma dijo...

... lapalabra empeñada es aquello que habla de nosotros mismos y muchas veces, es mas valioso que cualquier otra prenda, aun en el tiempo.

Un beso Dra

El Enigma
Nox atra cava circumvolat umbra

Lizette S dijo...

ahhhhh ese primer beso... esas maripositas en el estómago por la emoción de esa primera experiencia... sentir los labios tibios de la otra persona... su suavidad... todo eso es simplemente inolvidable.

Que bonito post ;)

RAYDIGON dijo...

¿Porque el primer beso o el primer encuentro es mas significativo para las chicas?

Dímelo Doc.

Besos pa'ti

MaJaDeRiA dijo...

yo solo repito el comentario: ahhhhhhhhhhhhhhhh el primerbeso.

Dra. Kleine dijo...

Porqué será mi querido Ray?
Tal vez porque siempre seremos en escencia demasiado románticas.
Y siempre una primera vez nos entusiasma demasiado. Nos deja esa ilusión de algo que siempre desde pequeñas nos van formando los cuentos de hadas. Lo juro!

Anónimo dijo...

El primer beso... Qué emoción y qué susto y todos los pensamientos que a 200,000 por hora cruzan por la cabecita...

Recordar eso y cumplir una promesa simultáneamente, wow! Eso sólo tú bella Dra.

Un abrazo y que tengas una excelente semana