13 noviembre 2007

Hechizo

Corría, jadeaba, se desesperaba entre el enredo de la maleza… sentía que lo tenía cerca, casi en su espalda, no atinaba a voltear por temor a perder segundos vitales de espacio entre ella y eso que la perseguía; el piso no ayudaba en mucho, resbalaba continuamente y sus rodillas eran quienes sufrían más el impacto de la prisa, más la adrenalina era tanta que cada golpe, cada arañón y cada choque entre árboles y piedras no parecía importarle a su cuerpo.
Podría correr aún más, era su vida la que dependía de toda su máquina, era su alma, era su instinto por salvarse y estar alejada de la sombra monstruosa que le atinaba a sentir miedo.
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Los gritos no salían de su garganta, bastante oxígeno ya tragaba para poder sacar energía vital como para desperdiciarla en un gemido revelador que le dijera a aquello dónde se encontraba.
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Maltrecha, desgreñada, embarrada de todo, logra meterse entre unas rocas, aguarda difícilmente la respiración.
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¿Cómo comenzó todo?
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No daba crédito pensar en eso.
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Abrir un libro, rodearse de misterio, invocar algo, desear que desde el fondo de su alma apareciera y se formara de una nube negra hecha de velas rojas, de vísceras de buey, de helechos nocturnos, de mandrágoras hervidas: un cuerpo, unos ojos, una piel, una sonrisa perfecta casi demoníaca e hipnotizante.
Lo físico estaba ya ahí.
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No contaba con tomar en cuenta que tuviera alma, que brotaran lágrimas y pensara que fue creado con amor…
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Le faltaba alma al ser.
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Y comenzó a destruirle todo su interior a la bruja – su creadora- e inició la batalla por destruir aquello que había creado, formado, generado. No tenía manera de luchar contra algo que ella misma convirtiera en indestructible.
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Y todo por sentirse mimada, amada, deseada, querida, admirada.
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Mostrar un hombre a su lado, guapo, fornido, bello y viril a su lado provocando la envidia de muchas otras que no tenían lo que ella buscaba.
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… Pasos, gemidos, la búsqueda de ése ser. Daba miedo. Aquella bruja imploró por los seres celestiales prometiendo mandas y juramentos, se perdonaba a cada instante por el mal infundado en sus hechizos. Prometía ser buena, prometía ser humana…
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Sus pensamientos se interrumpieron al tener frente a sí aquello que tanto temía…

9 comentarios:

Trisha dijo...

sensacion similar solo la he sentido en pesadillas, tanto temor que sientes las piernas de atole, que quieres correr y no avanzas ni un paso.
Bonito relato.

Anónimo dijo...

Amiga... La angustia es muy clara, la recompones, como bein se comenta, en una imagen de pesadilla. ¿Me está sleyendo la mente??? JA. Un beso. Vamos adelante!!!

Carla

Real-X dijo...

vaya sueños, no hay que cenar tan pesado, jejeje

Ileana Cruz dijo...

Dra, muy buen relato. Al principio pensé seres a la Lovecraft, después pensé en otras invocaciones de noches sin compañía.

Se siente la angustia.

Un beso y tres abrazos

Mr. Magoo... dijo...

Es un relato excelente... la oscuridad del ser humano es fascinante, hasta donde se puede llegar por lograr la perfeccion, por alcanzar los suenios... bien se dice que se vende el alma al diablo.....

Saludos.

fgiucich dijo...

La búsqueda del hechizo es uno de los grandes deseos del hombre; transformar su ser interior y encontrar en el aquelarre esa sensación de dominar al mundo y , al mismo tiempo, ser dominado. Algo así como los sueños de tu post anterior. Abrazos.

chilangoleon dijo...
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Dra. Kleine dijo...

Jejejeje

george dijo...

Todo el miedo para nada...
el ser que aparecía era guapo y muy simpático,
de momento no se veía los deseos del mónstruo,
era muy facil caer en la trampa...

un abrazo