23 junio 2005

¡¡Mastica, sopla y explota!!

* ¿si diga?, Sip...chom....chom...cómo no jefe... chom, chom.... bien... como usted mande jefe, ¿que si traigo más chicle?, si como no... chom, chom...
* ¿Quien te pegó chicle en el cabello Periko?- uno de mi salón, estaba muy enredado, agarré las tijeras y me lo quité...
* ¡Zas!, ya me preguntó el maestro a mi... ¿dónde pongo el chicle?, ¡ya sé, bajo el pupitre!
* ¿Periko de qué manchaste la alfombra? – Salí por la leche y de regreso pisé un chiclote má.
* Jala el mantel Periko... extiéndelo hasta la orilla... ¡¡Guácala!! ¿¿Qué pegaste debajo de la mesa???
* Mamá, hay que saber hacer bombas... ¿¿cómo se te ocurre explotarla cuanto traes el cabello suelto??
*No estés nervioso Perikito, simplemente dices la poesía como me la dijiste en la casa y listo!... ¿¿qué traes en la boca??


Así es... esa cosita diminuta, de colores, olores y sabores se ha convertido en parte de nuestras vidas. Alguna vez nos tocó probarla, a otros simplemente les tocó olvidarla por el grandioso tabú de la caries dental o porque mamá decía que era de vagos masticarlo y tronar la boca.
El chicle o goma de mascar es historia vieja (gomorresina obtenida del árbol Chicozapote, de los bosques tropicales de la Península de Belice, Yucatán y norte de Guatemala), se dice que desde la prehistoria ya se masticaba resina, los mayas y aztecas lo usaban para limpiar los dientes pero nunca en público pues no era bien visto; Pero no fue hasta que en México, en pleno siglo XIX Antonio López de Santa Anna lo masticaba mezclado con parafina refinada, alguien de origen americano muerto de curiosidad le preguntó sobre esa costumbre de masticar esa resina y Santa Anna le comentó que era común en el sur del País y que el material podía ser útil para hacer neumáticos. Ni tardo ni perezoso éste gringou decidió hacer llantas de esa retina, pero la empresa no prosperó, sin embargo si se volvía aficionado al masticar esa cosa sin sabor...
-¡Ouuuh! ¡Yo tener GRAN IDEA!- Comercializó el chicle en forma de bolita agregándole colores, azúcar y saborizantes. ¿Saben quién era él? Thomas ADAMS
De Estados Unidos se extendió al resto del mundo, principalmente durante la Segunda Guerra Mundial cuando los soldados norteamericanos cargaban con bolitas en paquetitos singulares...
El tiempo hizo lo suyo, su fábrica casera sería el imperio de los productos Adams agregando pastillas Halls y Certs.
Hoy en día ya tenemos una gran variedad de chicle-productos que me han causado carcajada abierta:

Panty sexi de chicle!! Wuuu! ¿Quién quiere morder?; hay viagra en chicle con sabores bajos en calorías, chicles especiales para bombas, ácidos, afrutados, picantitos uh, uhhh! Chicles Light, con nicotina y chicles anticaries...
Eso sí, son un gran alivie para todos aquellos que tienen muerto un perro en su boca pero mi consejo es que lo dés discretamente.
Y no podía faltar el agregado cultural, inspiración de muchos que han pensado en el chicle de forma literaria:
“A ella no le importaba que al principio fuera blandito. Porque luego de morderlo sin odio, de pasearlo contra las encías, de empujarlo contra el paladar, y de hacerlo vibrar dentro de su boca con la punta de la lengua, se empezaba a poner durito, tenso, tal y como a ella le gustaba.
Entonces, recién entonces, ella se permitía abrir los ojos. Respiraba bien hondo, y se ponía casi bizca mirándolo crecer, hermoso y rosado, entre sus labios repentinamente viscosos�.
Beatriz Mester.

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“¿Me vas a decir o no? Grita el hombre corpulento. ¡Cómo quieras! Se saca el chicle de la boca y lo embarra en el parpado del prisionero. Hecha otra goma de mascar en su boca. Siguen las preguntas y el silencio obstinado. Pasan los minutos. El sujeto amarrado a la silla luce plastas de colores por todo el rostro, brazos y cabello. El interrogador luce cansado, sin corbata y sudoroso. Le arranca la camisa al capturado, sintiendo ya un primer asomo de incertidumbre. Continua con el procedimiento llenando de goma la tetilla izquierda. Pasan las horas. Al centro de la habitación se intuye al interrogado respirando con dificultad bajo una capa endurecida de chicle, que cubre todo excepto oídos, orificios de la nariz y un pequeño resquicio a la altura de la boca. El comandante desfallece, tiene hinchados cuello y cachetes, sombras bajo los ojos y un temblor indetenible en sus extremidades. Amanece. Se da por vencido. Llama a uno de los suboficiales, le ordena que lo suelten. Una bomba rosada se infla en la boca del recién liberado, emulando a la más sonora de las carcajadas.� Cástulo Aceves.


Y tu,¿ tienes inspiración para el señor chicle?

12 comentarios:

AndreaLP dijo...

Hola, Kleine! Yo soy fan del chicle, pero no lo mastico a diario aunque despues de la comida, en la plática de sobremesa se antoja.

Particularmente me gustan los Motitas, los Bubble-gum y más recientemente los Trident pero son taaaan chiquitos! Mi abuela hace poco me dío uno que de tenerlo en la boca me dió tos, ¡guacala! Si son para disfrutarse, no para sufrirse!

En un rato más salgo y me compro unos. :-)

Feliz juevebes.

Hamletmaschine dijo...

Mmmmmh, no recuerdo tener una anecdota en particular sobre los chicles, pero recuerdo una prima que estaba masticando uno enorme en la boca, por ahi de 1989 cuando estaban de moda los chiclotes, y zaz, se resbaló en la escalera del metro, pero no se cayo, ese no fue el problema, sino que su centrífuga sucedió en un momento crítico de la masticación y pues sí... se le safó la mandíbula, el dentista la arregló en un santíamen, pero en el inter, aparte del dolor, pues el ridiculo, verdad?

Y ya, saludos...

Anónimo dijo...

Bubli de Uva y Motita de plátano, los mejores, olorosos hasta su ma.. Yo sé que no es nada fino pero me late sentir en la boca una bolota como de 3 bublis...

Skene dijo...

Queda usted cordialmente invitada a la "Farra" para mas informacion visite mi blogg.

Saludos¡ :)

Anónimo dijo...

A mi solo me gusta disfrutar el sabor del chicle,.,, pero para los viajes son básicos....

ahora los que estan buenisimos son los trident de pastilla super fuertes.....

nunca esta por demas regalar a algunas personas,,, por aquello del buen aliento... no les parece?

rossmar dijo...

me encanta el chicle pero mi buen amigo dentista me lo tiene prohibidismo asi que de vez en cuando lo mastico.

Anónimo dijo...

yo de niño solia ir diario ala tienda de al lado a comprarme mi puño de chicles, y mecargana un chiclonon que apenas podia con el ( la tipica ) jaja :P, ahora solo cuando estoy en la escuela, al finalizar de desayunar...

Saludos y mucho gusto Kleine =)

Anónimo dijo...

Como sabes que necesitas zapatos nuevos?? cuando sabes el sabor de los chicles que pisas con los pies :P

Enigma dijo...

Ahhh el chicle, Yo en lo personal lo detesto, siento que traigo efectivamente un trozo de llanta en la boca, que soy de esos perros que muerden un trozo de caucho y simplemente ni lo trozan pero menos lo tragan.

Es mania, tic, puede ser vicio, etc. el traer un chicle en la boca, ¿porque? dependera de la situacion de cada uno y de ahi podremos inferir si es una accion manico nerviosa, si es por un proceso liberador de tension, etc.

Lo unico que si es que cuando s evan chuecos ... cuando se atoran en la garganta ... cuando se pegan en el cabello ... cuando haces una bomba y se te pega ... cuando lo pisas ...

En fin, cuando pasa algo con ellos, que enojada, susto y risa te da.

Saludos

El Enigma
Nox atra cava circumvolat umbra

Freddy dijo...

como dijeron por allí, cuando viajo no los olvido; y en estos días los mastico después de la comida y antes de lavarme los dientes....para mí es una etapa pasajera porque luego me olvido de ellos por algunas semanas...la semana pasada me compré una caja en sams, creo que trae como 120...saludos

gabylagaby3006 dijo...

Los motitas son deliciosos
mas que un posmo bubaloo
pero que tal los chicles Pal
esos no tienen igual
y si gozas una rokaletta
al final tendrás una rica recompensa
vivan las tutsy pop
pero para bombas no hay nada como Futtygom

Long Distance Caller dijo...

mmmmmm chicle. Quien ha dicho que el pop es como el chicle no tiene idea. Y eso que me gustan ambos :P