
Mis labores continuaban tan normales como la semana en que Karla –mi huésped- aún no llegaba. Al principio era gracioso el que ambas marcáramos territorio “de estar� y “de permiso�.
Si bien nuestras pláticas ligeras me ayudaron a conocerla un poco siempre quedaba la duda del saber un poco más de la gente que tienes a tu alrededor.
Jorge, su novio, le marcaba todas las noches –aunque estuviera del otro lado del mundo- para saber de la condición de “La Palomitaâ€�, como él le nombraba. De vez en cuando, si contestaba yo, nos saludábamos cortésmente preguntándonos cómo habÃa estado el transcurso del dÃa, su voz tan varonil daba la impresión de que desnudaba en algunos momentos cuando preguntaba si yo tenÃa a alguien de pareja, cosa que siempre quedaba en duda.
Todo transcurrÃa en la más completa rutina hasta que en una ocasión, en una de las tantas noches de viernes en las que le avisaba a Karla que no llegarÃa hasta entrada la tarde del sábado llegué de madrugada aún, tras un compromiso cumplido de una cena para dos, el vinito me dejó esa nube de éxtasis en la que puedes reÃrte de lo más bobo o bailar bajo la lluvia, aunque estés a punto de tener un resfriado al dÃa siguiente.
Asà llegué a mi casa, olvidando casi por completo a “La Palomitaâ€� que suponÃa yo dormÃa cual monja en su claustro sintiéndome yo una vampiresa nocturna que retornaba a su guarida tras su sesión de besos y vinos.
Ya en el silencio de la ducha percibÃa ciertos sonidos que no venÃan del televisor, sonidos y gemidos que una mujer hace cuando sabe llegar al clÃmax entusiasta, cegada de placer de tener el deseo en su interior.
¡Mis vecinos ya eran viejitos de 60 años como para realizar cierta clase de malabarismos que con esos sonidos uno se imaginaba! Al tiempo de cerrar la regadera escuchaba con mayor claridad. Sin duda eran de Karla.
Jorge estarÃa con ella?, Jorge DormirÃa en Mi Casa?. Hasta qué punto permitirÃa yo que ella tuviera intimidad con su pareja estando yo presente –digo- aún en la habitación contigua.
Vamos, era un mar de preguntas vagas que con el calor del vino bebido se fueron desvaneciendo por la euforia del momento. Sólo debÃa tener cuidado al salir del baño de no encontrarme con alguno, asÃ, media desnuda y de cabello mojado, mostrando lo que no enseñaba tan fácilmente en cualquier lugar.
Salà del baño procurando silencio, fue un alivio que nadie me percibiera. Entre mi mareo y mi sueño dejé de ponerme crema en el cuerpo y dormÃ, tan profundo como si ya tuviese dÃas de fiesta consecutivas.
Sábado de fiaca...
Mis ojos supieron de la hora porque me la reprochaba el reloj del Buró. Era una maravilla despertar sin las prisas de la oficina, estrés o preocupación, era sin duda uno de mis sábados favoritos. Recordé la fiesta de anoche y las promesas sexuales que prometÃan para la semana siguiente y mi pensamiento se detuvo justo cuando recordé a Karla.
Antes de salir, debà acomodarme los cabellos, una bata y las pantunflas, ya añoraba llegar a mi cafetera para que de menos me ayudara a pensar cómo iba a planear el dÃa. En la barra del desayunador estaba una chica que, según mi sueño, nunca tocó la puerta para entrar, ¡por lo menos no en la mañana! Semi vestida, con los pechos desnudos, no dejaba de acariciar a Karla, quien de espaldas musitaba que sus manos eran las más suaves del mundo, prometiendo que jamás la dejarÃa aunque se fuera a vivir a Timbuktú.
Creo que interrumpà cuando Karla se tornó a darle un beso en la boca.
No dudé ni un segundo lo que en seguida pensé, pero tampoco me espantaba la idea. De momento ambas me percibieron y Karla fue la que se angustió más. No me quitaba la mirada en cada movimiento. Yo simplemente entré, dà los buenos dÃas, me preparé un café y les pregunté con tranquila naturalidad cómo habÃan pasado la noche...
16 comentarios:
Ahi está..la primera y las que faltan!..Muy bien, excelente, suena...reteharto interesante. Saludos y excelente dÃa!
Muy interesante, Dra. Tienes la capacidad de ser tan descriptiva que me lo lo pude imaginar.
Saludos!!
Woww sorprice, sorprice... ni en lo mas remoto de mi imaginación esperaba algo asi y más con la descripción del galán, pero bueno... que siga la historia si, si, siiii ...
Buen fin de semana mi querida Dra. ;o)
Diantres !!!!!!, eso si fué tremenda sorpresa, voy por más cafecito.
Hola, buenos dias, yo mientras lei la historia me la imagine tal cual, jejejejeje
saludos!!!!
¡Dra! Las cosas que se esconden detrás de una cara tan seriecita!
Yo también me hubiera quedado sin tÃtulo ;)
Buen post, un beso :)
COMO SIEMPRE DRA. UN EXCELENTE RELATO
SALUDOS.
"La palomita" resultó águila. Muy astuta la chica. Saludos
que buen modo de relatar!!!
la historia me fue llevando solita, sin poder dejar de leer desde el post anterior.
ya estoy intrigada de saber qué y cóm sigue...
quiero más!
me atrapan las hitorias...
besos besosss
excitante!!!, me imagino cuánta pasión pueden darse 2 mujeres...se me antojaron las 3, pero más la que salió recién bañadita y con unas copitas de más...saludos, me hiciste reir con tu comment acerca del novio de la maluchis,jajajaja...besitos
Mira tu...
Palomita es mas lista de lo que parece.
Esta bien que tenga a su varonil novio (marido) y a su joven novia, digo yo...
No se alarmen, asi es la vida.
Besos niña.
bravo, bra-vi-si-mo, que buena descripción, si hasta me pareció oler el cafe y ver la cara de intriga de tu amiga, muy bueno tu estilo.
un abrazo y gracias por tu post
Excelente redacción, y una sutil manera de llevar de la manita al lector a esos laberintos. A este paso me estoy volviendo más adicta a los posts de Mrs. Kleine que a la cafeÃna ;)
wow la media sorpresita.... por lo menos puedes seguir escuchando la voz de jorge sin "tanta" culpa no? =)
un besote
That's a great story. Waiting for more. » »
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