23 septiembre 2005

Mi departamento III


Luisa era de la misma edad de Karla, aunque más vivaz no dejaba pasar nada que fuera a quedar en el aire, de cabello negro rizado daba más el aspecto de la chica caribeña desenfadada que al lado de Karla, rubia, delgada, más reservada y sin sabor siempre se quedaba un paso atrás por no importunar. Luisa no era callada, nada se guardaba, de ojos picarescos entendí el porqué, de cierto modo, Karla estaba a su lado.
Ella fue la que me hizo reír al sorber mi café aquella mañana:
- ¡No sabía que nos escucharías coger como gatos en la madrugada! Karla dijo que volverías hoy por la tarde -Lo dijo sonriendo como si Karla ya nos hubiera presentado tiempo atrás-.
- Bueno, decidí llegar antes para no despertar tan lejos- respondí mirando los ojos espantados de Karla que no daba crédito a que se sintiera descubierta por sus travesurillas de ¡¡no sé cuantas noches!!.
- Tienes una casa preciosa, mucho mejor que la que mi madre me dejó por herencia – musitaba Luisa al no escuchar hablar nada en Karla, seguía muda tratando de esquivar el abrazo de Luisa.
- Gracias- respondí, -siempre me ha gustado mucho la vista a la ciudad. Tomé una de las galletas que ellas tenían en el plato y me di la vuelta -las veo luego chicas, cuidado con mis cosas- salí de la cocina y me dirigí al estudio a mirar televisión sin siquiera pensar.
Ellas volvieron a la habitación. No les volví a ver durante todo el día.

Las llamadas de Jorge en muchas ocasiones no coincidían con las llamadas de Karla, ahora lucía menos Palomita que yo cuando llegaba de puntitas en la madrugada, al no encontrarla, en muchas de sus tantas llamadas, Jorge, con la esperanza de que si tardábamos en la charla ella llegaría, comenzamos en pláticas de cinco minutos haciéndolas cada vez más largas. Me contaba de su vida, de sus viajes, le contaba yo de mi gusto por el arte, por los paisajes.
De cierta forma cambió mucho la perspectiva de aquella primera impresión que tuve de él, aunque me manejaba con ciertas reservas.
De ninguna manera iba yo a cubrir a Karla con toda la fiesta que hacía día tras día con su querida Luisa, sin embargo tampoco era yo la indicada para desenmascararla y como ella corría con suerte simplemente dejé que las cosas continuaran aunque, de cierto modo, me sorprendía y me intrigaba más su preferencia por Luisa y no por Jorge.

Es viernes.
Karla argumentó un viaje con sus amigas a la playa, yo sabía perfectamente que ese fin de semana llegaría Jorge a visitarla. Su idea era que los tres saliéramos a comer a algún restaurante Italiano y aprovechar así el pago del alquiler que lo tenía ya dos meses atrasado. Teóricamente Karla estaría un poco más de tres meses en mi casa, al tiempo que él dejara un poco menos de estar viajando para rentar un departamento para los dos. Hasta donde Karla me daba a entender prefería que no mencionara yo el nombre de Jorge cuando Luisa estuviera presente.
¡Vaya secretos que contenía Karla!.

Jorge llegó al departamento, hablando al celular con ella. Se mostraba molesto, confundido, extrañado de casi no verla y de ya no atender mucho sus llamadas. Yo temía que fuera confesada por él por saber el motivo de su ausencia. Y si se daba bueno...no era mi culpa.

A casos difíciles e imposibles tuvo que modular su carácter de empresario, le hizo dar una nueva perspectiva de su visita, iríamos pues, sólo ambos a comer tras la deuda pagada y adelantada de unos meses más de pensión. Ya me caía mejor.
La comida comenzó muy al estilo de negocios, bastó que le contara algunas cosas que Karla hizo en un desayuno donde quemó por completo el sartén, no se lo iba a cobrar mas se espantó cuando creyó mi casa incendiada. Aquello se volvió menos tenso, tras la comida hubo un aperitivo, las horas pasaron y eso se convirtió en velada...

...hubo plática de todo, de la vida, de soledades, de amoríos y aventuras, El al igual que yo, sabía de la vida y del cómo había de gozarla en casos desesperados... no sé si fue El o fue el vino o fueron esos sonidos románticos del restaurante que me hicieron reparar en su cabello rizado con leves tonos de canas a los costados, lo fino de su nariz, esa voz que por teléfono la tuve tantas veces en mi oído preguntando por alguien más ahora preguntaba por mi y mi vida. Supe que era mucho más grande que Karla, mucho más grande que yo. Su plática era envolvente y en un momento de miradas calladas...
¡¡ Sucedió!!
Un silencio, un brindis, unas velas y el beso en nuestras bocas...
No tuve el valor de rechazarlo, lo carnoso de sus labios me invitaba a seguir con más, me siguió con su beso hasta donde no pude rechazarlo.
Pagamos la cuenta.
Estábamos demasiado deseosos de nosotros y no hubo más lugar que mi departamento.
Karla y su recámara vacía, la playa invitaba a mucho más y ¿la mía? También.

Fue una explosión repentina, él no dejaba de repetir que no sabía cómo se daba pero en el instante le atraía toda yo, todo mi cuerpo, todo mi sexo.
Y la aventura comenzó, navegué por sus mares como él devoró mis aguas, recorriendo su pecho varonil en el que me enredé más de mil ocasiones al sentirme cerca, muy cerca de él dejándose besar a cada paso de mi orgasmo como la enredadera que tiene presa a su pared.
No sé cómo Karla lo cambió o en qué momento su gusto se desvirtuó, pero yo no dejaba de asombrarme por lo mujer que me hacía sentir y del cómo su experiencia me provocó un deseo mucho mayor al que yo le hubiera tenido cuando le conocí.
Dos desconocidos cabalgando, andando por el camino otra vez, como si ambos estuviéramos diseñados en cuerpo, en formas y en movimientos uno para el otro.
El simplemente me pidió no cesar, no dejar espacios vacíos entre nosotros simplemente para acompañarnos en el sueño que tantas veces probé alcoholizada y que hoy prefería dejar probar a todos mis sentidos.
Su voz, su abrazo, su tacto quedaron prendados en mí como pude ver que él ansiaba un cacho más de mí...
La noche transcurrió como pocas en mi vida y en su vida, como muchas que deseaba tener aún...

15 comentarios:

Óscar dijo...

Vivamos, Lesbia, mía, vivamos...
Es un relato de vida y la vida sólo hay que vivirla.

Anónimo dijo...

Y las cosas, se empezaban a complicar deliciosamente...

stultorum dijo...

Agua que no has de beber.

Lo-que-serA dijo...

¡�ndale! y es viernes! Así que nos tendrás en ascuas todo el fin de semana! Es perversa, Dra.

rossmar dijo...

Y entre la imaginación se asoma la realidad, y en relato he estado pegada siendo yo la protagonista

Anónimo dijo...

ahhh, ahhhhh, no pares jorge,ahhhh,ahhhhh.....es bueno tener esa experiencia con la que cuenta jorge.....y mucho mejor tener una inquilina como karla que se va a la playa con su novia dejando el campo abierto....son buenas esas escapadas culturales; de igual forma trato hacer lo mismo...besos, divièrtete mucho....y ànimo con el tenis....pronto comprarè unas raquetas y unas pelotitas....por algo debo de empezar

Enigma dijo...

Paso a paso, ademas de irles conociendo, voy viendo la casa en la que habitan... esos detalles que hablan de uno mas, que una pregunta a quemaropa y una respuesta sin pensar.

Feliz fin de semana Dra, un beso.

El Enigma
Nox atra cava circumvolat umbra

China Rockers dijo...

no se vale me quede en suspenso, ahora hasta el lunes primeramente Dios, me esperare para saber que paso con Jorge :).

Amiga que tengas un excelente fin de semana cuidate y te mando un abrazo bye.

Grial dijo...

Uff, la cosa se pone de los más interesante ;)
Esperando la continuación... :s
Buen fin de semana, un beso :)

RAYDIGON dijo...

tenia que pasar, es normal, era cuestion de tiempo...
a que muchachas tan intensas, y que listo sujeto.

Besitos Doctora

Unknown dijo...

A veces las cosas pasan de improviso, aunque nunca me sucedió nada semejante. Lo mío siempre es poco a poco, jalado por el fondo lupino. Un saludo, buena luna y carpe noctem!.

Unknown dijo...

Muy, muy bueno, g.Klein, muy buen relato.

A lo mejor desde el principio, é, el hombre ese guapo no iba al departamento por Karla.

Besos

Hamletmaschine dijo...

Lo que importa es amar... las circunstancias son escenarios, los deseos, excusas... Muy bueno!

Saludos

Anónimo dijo...

Insisto Klein querida ; debes escribir un libro para regocijo e quienes te leemos
Carpe Diem
Daniel

PD : Elije ser feliz
aveces da resultado
B...SOS...SOS..SOS

Anónimo dijo...

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