04 enero 2006

Sólo en la gran ciudad...

A través de la gran cadena montañosa de edificios y peligrosos cruces de animales de acero van tres reinitas muy bien arregladas. Tienen, cada una de ellas, un destino por cumplir.

Se les ha aparecido, en lugares diferentes, una especie de ángel salvador para ellas. Se siente un gran padrote. Con poses amaneradas, dando el toque chick les anuncia en su voz maricona.

-"Pagará bien aquel del que tanto han oído hablar... les concederá muchas bendiciones caras, abrigos y pieles... allá, en el camino a Belén esquina con el periférico"

Una de ellas ha desafiado la urbanidad de calles donde vagos y viejas criticonas pasan envenenando el camino, toma un microbús que la llevará, a paso lento, cruzando grandes avenidas rotas y viejas, es alta, de gran escote, cabello pelirrojo, escandalosa con su chicle en la boca...
Otra, se atreve a cruzar por lugares donde la ley puede desconocerla y llevarla a la cárcel, se atreve a deambular, una moto y minifalda hacen de ella una corte espectacular aunque la peluca rubia no le ayuda mucho por el contraste del viento...
La última, morena toda ella, de cabellos lacios hasta la cintura, deja asomar su gran trasero compuesto de un pantalón bien ajustado donde revela el hilo dental. Se ayuda de grandes tacones para el camino que habrá de recorrer, el metro es de gran ayuda en su transporte.

Ellas llevan, cada una en sus grandes dotes, los tesoros que han de aplicar a aquel rey que les ha prometido glorias. Así pues, emprenden la ruta con diversas travesuras.
Si se ofrece "un trabajito" en el camino, alguna de ellas lo tomará: -"un oral no le hace daño a nadie... ni siquiera descompone el maquillaje de la cara".
Va oscureciendo en la gran urbe, más que desierto es un gran mercado de frutos prohibidos ofrecidos a quien pueda llevarlos.
Hay luces en oficinas, en tiendas, en comercios, hay miradas furtivas siguiéndolas por medio de iropos sucios, con arte o picarescos:
- ¡mamaciiiita, chiquiita!
- ¡mira nomás qué carne y yo ando en ayunas!
- ¡quien fuera el piso para mirar para arriba!

Se saben bellas, se saben sabrosas, capaz de despertar grandes deseos a aquel que les encuentre aunque sus perfumes lleven mezcla de piratería y frascos originales.

A tiempo las tres...
A tiempo les recibe un hombre que atiende al gran rey, parece un burro de todo lo que carga, encamina a las reinas... Un último retoque a los labios... una levantada y reafirmación de pechos, un acomode de calzón y peluca y todo estará en orden cuando se abra el elevador.

El penthouse en sus ojos, una señora del tamaño de una vaca y el mismo ser con poses delicadas que les anunciara, allá desde donde cada una venía, que debían acudir al rey. Su vestimenta blanca, casi de seda y su manita caída, le dan la bienvenida a la corte de mujeres.

Les hace pasar a una fina habitación, ya no hace falta taparse, ahí hace mucho calor.

- Adelante queridas... es todo suyo...

La puerta se cierra tras de sí, el resto ya es historia vieja.

9 comentarios:

Mary Carmen San Vicente dijo...

Mamacitaaaa quien fuera el teclado de tu computadora ! jajajaja
Mira nada más es la historia de nunca acabar parece ¿verdad? Lo fácil/difícil que ha de ser ganarse unos pesos así, pero bueeeno, siempre queda carne para algún chimuelo !

Un besote mi Dra. consentida !

Enigma dijo...

La historia no se porque me parece un poco conocida... 3 sexoservidoras de diversas partes de la ciudad y un gran rey...

Me parece que ya lo he visto.

Un beso Dra.

El Enigma
Nox atra cava circumvolat umbra

Anónimo dijo...

Sencillamente una descripcion con un estilo literario al cual no deja de hechar a andar la imaginacion de lo que estas mujeres.
Me gusto el Blog
Felicidades

Óscar dijo...

¡Yo también voy a hacer mi cartita!
Buena recreación.

Saludos

Lizette S dijo...

Que buenas historias... ya me puse al corriente con todas las que no leí en vacaciones.

¡¡Te deseo un excelente 2006!!

Humano dijo...

DEfinitivamente, tengo que buscar amis reyes magas

RAYDIGON dijo...

Bravo, bravo, bravo !!!!

Tu capacidad de hacer de la vida real historias bellas y divertidas, me fascina...

"Solo en la gran ciudad..." es muy bonita.

Besos

Andrea R A dijo...

..Chin me quede pasamada, recreando la imagen de lo que escribias, casi senti que esta ahi, definitivamente eres muy buena, me encanto el realismo, lo sencillo de lo complejo de estas tres reinas, sigo pasmada y me encanto el blog, un gran saludo y una pequeña reverencia....

Anónimo dijo...

Me encantó la historia, pero esto de ponerse barbas, turbante o andar en elefantes no es fácil ;-), así que sólo ahora tengo un respiro para comentar.

Muy buen cuento, actual, con la ironía exacta, jugando con lo que el lector conoce y sin más, excelente!!!

Un abrazo con mucho respeto