15 septiembre 2006

El festejo

No era extraño ver que en la vieja casona, ya desde la madrugada, la abuela, las tías y hasta los perros comenzaran a ir de un lado a otro haciendo tareas rápidamente.
El olor a café con canela, calientito y en contraste con el clima de niebla que aún se percibía daba una sensación de tregua y tranquilidad a la labor de limpieza en patios, en ventanas y en ruidos propios del quehacer.
Ya las grandes cazuelas estaban preparadas en el gran patio, ya los carbones brillaban al rojo vivo y las sustancias lucían sus mejores colores en la mesa larga de aquella cocina.
¿La dirigente de toda acción? la abuela.
Instrucciones a todo, como también a todo indicaba que se cuidara de no hacer mucho ruido para que el abuelo pudiera todavía descansar un poco. Asumiendo que, si dormía un poco más podría aguantar la jornada nocturna que habría con nietos, hermanos, vecinos y familia completa.
El pueblo también lucía madrugador.
Los saludos por la calle de daban por doquier acompañados de una sonrisa de felicidad, como cuando se saluda a alguien que cumple años y que por ambas partes lo cumplen por igual.
Banderas, colores, adornos distintivos señalaban un orgullo que en muchos pueblos aún se distinguen. Ya son escasos.
En el quehacer se sentía el orgullo de festejar, de las ansias que los niños tendrían desde que abrieran sus ojos hasta que el abuelo se sentara a la cabeza de la mesa, antes del anuncio del Grito de Independencia, a narrar sus aventuras que lograron que la Nación fuese honorable e independiente.
Escucharían al viejo y en algunos momentos a la abuela. Detallando las partes en que los libros escolares no dicen cómo lucían los héroes, lo que comían, los chistes que hacían, lo que decían fuera de todo protocolo.
Y la familia escucharía en silencio y atenta, agradeciendo aún que la unidad y el respeto por su nación se diera de generación en generación.
La nogada, los chiles, la granada, un tequila y los frijolitos de olla... el verde, blanco y rojo estaría en sus alimentos; las trenzas bien peinadas en las cabelleras de niñas y mujeres y, en los hombres, el orgullo de poner ronca la voz y gritar un Viva México que enseñara a los niños a escuchar atentos la voz de donde nacieron.
Dirigidos por el movimiento de la gran Bandera que el Abuelo cargara año con año sería el momento más espectacular.
Cantarían de pie el Himno Nacional, asombrosamente dicho en la versión más larga que hoy por hoy ya no se conoce y, después habría algarabía por ser libres, respetuosos, aún unidos vecinos y familiares en armonía con los pueblos anexos que semejaban las mismas festividades.

Hoy se festeja la Independencia de México y he narrado lo que en mi infancia la familia siempre se prestaba a hacer.
Hoy el tiempo ha pasado, las costumbres han cambiado pero el orgullo de ser Mexicano aún sigue dentro de cada uno de nosotros pese a las adversidades políticas en que vivimos.
Más conservamos aún la fé y esperanza de que las cosas se concienticen y se mejoren.
¡Que Viva México Señores!

8 comentarios:

Anónimo dijo...

VIVA!!

Un beso Dra

El Enigma
Nox atra cava circumvolat umbra

Anónimo dijo...

SI SEÑOR!!!! (Y SEÑORA, MEXICANOS Y MEXICANAS, VIVA MEXICO!!!)
disfruta tu fin de semana....

argos dijo...

AMO MÉXICO...

¡¡¡VIVA MÉXICO!!!

RAYDIGON dijo...

Esto es lo que debe ser una autentica noche mexicana.

Viva México Doc. !!!!!!!!!!!!!!!!

Unknown dijo...

Eso es, viva Méjico, como decimos por aquí... Slds.
Mira esto:
http://www.lulu.com/content/432499
Hasta siempre.

Scarlett Freyre dijo...

que rico !! se me antojo.

EL ATEO dijo...

Despues de que escuche su bella voz aquel dia Miss, pense que era usted Uruguaya o algo parecido...insisto, tiene la voz mas sexy que haya escuchado jamas...

EL ATEO dijo...

---Esa infantil actitud de festejo, el viva mexico corresponde a la embriaguez sentimenta que implica la identidad - nacional- que evidencia el que juntos, la ignorancia y las incongruencias, adquieran un carater de validez, a pesar de todo...