Concierto con cierto detalle

Sabadito alegre, tiempo de echar la webb.
Después de una nutritiva comida Sushi que en algún momento de mi vida habré de aprender a hacer correctamente esperando que no se me rasguen los ojos ni me pinte de amarillo cual Pájaro Emilio, tomando un rico postre hacíamos sobremesa My Lord y yo aguardando nos diera la hora de partir al folclórico centro de la ciudad de México.
Clima agradable (para mi) y con mucha gente alrededor le mostraba cuáles son los edificios que Periko y yo concluímos, fueron sacados de Ciudad Gótica. Batman bien pudo haberse parado en uno de ellos: El edificio Telmex que está justo Frente al Palacio de Bellas Artes; de piedra gris, a un costado de la librería Gandhi, con un aire oscuro, fue considerado uno de los primeros Rascacielos de la ciudad de México. Jáaaaa! Ahora luce tan enano y tan escondido dentro de la esquina fayuquera que nadie se percata de él. El otro edificio está en contraesquina de éste, el que fuera Banco De México. Con sus lámparas de cobre cubriendo la luz da ese aspecto en el que Gatúbela pudo haberse pegado a sus paredes y mirar a los bribones haciendo fechorías. Tum, pa túmmmm!.
Andando entre el mar de gente El Sr. Enciclopedia-Encarta-Enigmático no se quedó atrás y me narró sobre un edificio donde sus balcones aún existen. En aquellos tiempos el dueño machista y celosón los diseñó para que su señora esposa no saliera a pasear con los pebeyos del pueblo, lo hiciera desde el balcón y rodeara tooooooda la cuadra inmensa. Luego les cuento hasta dónde llegó su ansia de que su esposita ni siquiera asomara la nariz a nadie!
Más adelante, me recordó cuando en algún momento de la laaaarga historia del Centro Histórico llovió tanto, tanto, y tanto que en la esquina N con la calle M colocaron una cabeza de León que mostraba hasta dónde llegó el nivel de agua. Cielos! Si nos llega a pasar otra vez, les aseguro que Xochimilco se quedaría chiquito!!
Llegamos al Zócalo, ¡gente!, ¡gente!, ¡¡les echan agua y se multiplican!! Nos paramos a cotorrear el punto justo del asta bandera a un lado (ver George Clooney chaparrín) y así nos dedicamos a viborear sabrosamente a nuestro alrededor. El templete organizado del estrado estaba colocado estratégicamente y pudimos ver cuánta tecnología pulula cuando los técnicos de conciertos hormiguean en un ir y venir arriba del escenario probando luces, sonidos, mecanismos y blablabla. La gente poco a poco se iba “arrejuntado�.
Como novias de rancho que se hacen esperar hasta que el novio ya piensa que lo dejaron plantado, así estábamos las chorrocientas personas, mirando las pantallas gigantes con dos o tres fintas de aparición a escena. La noche se llegó y apareció aquel.
Ohhh ohh!, voilá, de mezclilla, desenfadado, el Sr. Miguel Bosé. Es increíble cómo en cuestión de horas se junte una gran masa!, y claro- yo ser tan chiquita que necesitar de periscopio – ¿para que? Para escanear lo escaneable.
Soy de las que asisten a los conciertos de artistas aunque no me sepa la letra de muchas canciones, ¡ahhh pero cómo me emociono shingau!
Todo bien a excepción de unos chicos –con mamá incluída- que honestamente uno hace que en verdad conceptualice la palabra NACO.
Papacito Bosé cantó las de su nuevo álbum “Velvetina� y por su pollo que no podía faltar “Amante Bandido�- Chiquiiiiiito!!!, ese hombre me conquista por su forma de hablar y de pensar pero neta, para bailar chenchualón le falta pa excitarme!. –mejor así-.
Ninguna me supe pero me encantó ver luces, bailar en 30 cms cuadrados, sentirme parte de la muchedumbre, y escuchar el apasionamiento de My Lord cuando pasaron su canción favorita.... aquí entre nos, canta bien ¿eh?.
Terminado el evento siempre quedan esas ganas de seguirle a la adrenalina de modo que nos la acabamos cruzando los inmensos mares de gente para llegar al autillo.
Esa sensación de ir a un concierto que te deje momento grato es bonita, ¿no?.
Fue en verdad una velada DFectuosa bien hecha y con gran orden.
Esperamos la siguiente!