Cuando me notificaron que era inmediata mi visita a aquel lugar, no pude más que evocar toda una serie de sentimientos encontrados trayendo a mi mente todas las historias, fantasÃas y leyendas que se han dicho desde siempre, querÃa que no fueran reflejadas en mi encuentro con Eusebio.
Desde siempre habÃa estado interesada en los reportajes sobre la gente célebre, reconocida y, porqué no decirlo, presumir que habÃa dado la mano en saludo a alguno que otro gran personaje.
HabÃa corrido con suerte de haber escogido la carrera adecuada a mi tenacidad, curiosidad y destreza para preguntar y entrevistar sin que se sintieran acosados en su propia narración de vida. Más aún cuando mis vÃsceras no intervenÃan en la demostración aferrada de ganar una exclusiva. Mi trabajo se reconocÃa.
La vida me dio experiencias gratas, todavÃa en mi inmadurez, pero nunca en situaciones diferentes al éxito y bonanza. El Jet Set era parte de mi medio, siempre vislumbrando a que uno que otro personaje provocara mi vista para sentirse nombrado en las páginas del diario más conocido del paÃs. Esto ahora, ya era un terreno nuevo para mÃ.
Sé que habÃa de ser prudente al visitar el lugar donde no hacÃan los guardias más que desvestirme con la mirada, aprovechando uno que otro manoseo al excusar que era inspección rutinaria para evitar introducir armas blancas a los reos. Alguien me dijo que un vestido, por muy discreto que fuese, no era gran idea para sentirse en pasarela frente a los reos. Ahora lo confirmaba por ser el foco de atención de aquellos pobres diablos que, sabÃa yo, no tenÃan distracción alguna salvo la de ver revistas pornográficas o algún evento de chisme en la televisión. Sentà sus ansias libidinosas y quise mostrar que nada de lo que hicieran me afectarÃa en absoluto. De ninguna manera se me habrÃa ocurrido meterme nada en la vagina para pasárselo a alguien, pero tras la insistencia fue necesaria la auscultación indignante por el morbo de aquellos oficiales y mujeres de guardia que compartÃan miradas de complicidad.
–Que se han dado casos- bueno, todo por salir de ese lugar serÃa ideal en pensarse, creo que hasta el más ignorante puede desarrollar ideas magnÃficas con tal de estar lejos, en una playa, mirando el azul del mar a esos muros húmedos e impresionantes, difÃciles de rebasar. Pasada la prueba era momento de poner atención a sus advertencias.
Se me dijo que era peligroso, que muy rara vez hablaba con la gente, que dados los años de búsqueda para dar con él y arrinconarlo finalmente en la cárcel habÃa causado muchos despidos en el departamento judicial, muchas muertes extensas y agonizantes que sólo un carnicero puede definir en el juicio final. Imposible encerrarlo junto a otro porque quien salÃa libre de aquellas paredes, salÃa por fin, pero sin respirar ni mirar a la vida nunca más.
Cierto que al haber cabezas tras de él era de imaginarse que podÃa ser un tipo complejo, vivaz y rapaz. Todo pintaba tan tenebroso como esa escena gris y angustiante de Clarice con el Dr. Lecter mas no era yo una experta del FBI ni él habÃa sido un psicólogo que atravesara mi mente. ¡Menos mal!
La situación en la oficina de registros es frÃa. Pude percibir que habÃa una cierta repulsión al describirme a cada uno de los individuos que ahà se encontraban. Desde los más tenebrosos hombres que caÃan vÃctimas de sus parafilias criminales en sus cegueras sanguinarias sin lucidez hasta de los que, por eventos circunstanciales, les llevaron ahà por dÃas, años y tiempos en los que dudo mucho que al salir sepan moverse en el tráfico y la hambruna citadina.
Esos eran hombres que también salÃan en los diarios, mas no en las páginas de mi sección favorita, las notas rojas eran su elemento cada vez que tras alguna disputa habÃa sangre y violencia de por medio.
Que uno amaba encontrar vÃrgenes, tratarlas como putas y al final desgarrar sus matrices para tenerlas en colección de cloroformo, que otro deseaba acabar con homosexuales por ser uno el causante en su niñez de una violación literal a sus sentimientos y sique. El que yo verÃa tendrÃa la nota especial de ser frÃo, sin piedad ni condescendencia. Justo al frente de todos lucÃa como el más inmortal de todos al desafiar su humanidad por desmembrar vÃctimas a paso lento, algunas enterrarlas vivas, otras dejarlas sin órgano alguno a que siguieran existiendo con un acoso inmenso cada vez que recibÃan llamadas. Todo esto con personajes del medio polÃtico, artÃstico y social. Jamás encontrado por nadie durante muchos años pese al alto precio que valÃa su cabeza, nadie intentaba llevarle la contra porque de alguna manera, trabajando él solo, lograba la venganza de manera indeseada. ¡Ay de aquél que él supiera le diera la espalda cuando un plan fracasaba!.
Tanto me habÃan hablado de ese hombre que finalmente la hora concertada llegó en mi reloj. Entré y simplemente me recomendaron que caminara junto a él a una distancia prudente en el momento de su “recreoâ€�, un burdo paseÃllo en redondo en el patio de todo aquel imperio de barrotes.
Parada ahà sin conocer salidas de emergencia –por si acaso- no distinguÃa cual de todos los que caminaban podrÃa ser Eusebio, asà que la guardia me tomó del brazo como acostumbran con los reos y bruscamente me dijo “Ese, el más alto, el canoso de la derechaâ€� y me aventó al ruedo con la mirada seria y extrañada de todos al identificarme como algo nuevo en el lugar...
¡¡Por Dios!!, no podÃa creer a quien me estaba dirigiendo, de momento quedé sorprendida, no era el terror de mirarle encorvado, ni de sentir ante mis ojos su mirada asesina, era la sorpresa de saber, ingenua de mi, que también en prisión pasan los años, se sufren más penas, las cargan con piedras morales de tiempo y arena...
Eusebio era viejo, más que mi padre, más que las fotos tomadas en su captura, mostrando los números que yo creo, ahora cargaba sobre su espalda. Pasos a rastras que denotaban cansancio, rutina y fastidio a la vida.
Ya jorobado de los años cumplidos murió mi temor inmediato invadiéndome de una gran pena. Enmohecidos sus años ágiles me preguntaba si en verdad seguirÃa siendo tan maldito aquel hombre como lo fue en sus años mozos, si en verdad la sociedad le habrÃa perdonado sus actos malévolos, si él mismo pudiera recapacitar y pensar que lo que habÃa hecho lo hizo en nombre de una terrible necesidad de aniquilar la humanidad y que ahora la viera más grande que su ser, que su cuerpo, débil ya, que su alrededor...
Me miró indiferente, el guardia le señaló quien era yo para recordarle la entrevista pactada que me narrara cómo mató al Presidente de aquellos años, cómo violó sin clemencia a tantas chicas de alta sociedad, cómo se burló de los medios siendo invisible, ante la ley, ante la gente, ante su misma familia que dejó en un charco de sangre para que las venganzas no se cobraran “en efectivoâ€�. Cómo fue posible que una sola cabeza tuviera varios demonios por dentro que le invitaran a danzar ante cualquier propuesta sanguinaria. Quizá no tendrÃa yo una idea siquiera de cuanta sangre se vertió por sus manos. Caray!, Ahà tenÃa al viejo, con pocos dientes, a paso lento, presto a hablar ante mi súbita sorpresa...
14 comentarios:
Las fotos que aqui pones de una cárcel..parece un palacio, comparada con las de la vida real..en México. Saludos, buen post...y feliz fin de semana.
Es un relato no acabado, supongo, porque la intriga me invade al estar tan cerca de develar los secretos de un hombre infame.
Espero y no sea larga las espera para poder leer el siguiente capÃtulo, "estoy enganchado".
Muy buena tu narrativa.
¿No has pensado en escribir un libro? Me dejaste esperando el siguiente capÃtulo!
Tienes talento, definitivamente.
Disfruta el fin de semana.
Tienes el don de transportarme al lugar de la escena, espero tambien pronto el siguiente capitulo...
Un fuerte abrazo y un buen fin de semana a todos
que tengas un excelente fin de semana nos veremos por aqui.
saludos!!!..
me recordaste a la hermosa Clarice cuando uno de los reos le grita lujuriosamente: puedo oler tu vagina!!........cuántas historias en los penales....disfruta de tu fin de semana...un abrazo...ahhh te notifico en original y 5 copias que excediste el tamaño estándar para un post (10 renglones).....primera llamada.....un beso
Que mato un presidente... ok, porque de los otros hay varios en la sociedad presos y libres; lamentablemente.
Un beso Dra.
El Enigma
Nox atra cava circumvolat umbra
El tiempo pasa para todos...
Cuando pasa despacio, marca el doble.
Espero la continuación ;)
Buen fin de semana.
Un beso :)
Pasa, claro que si, cuando vuelves a ver a un amigo/novio/ETC, (jeje) y te encuentras que hay kilos de más, arrugas, falta cabellera... o por lo contrario no lo reconoces de lo bien que se ve, ;-)
Y es que uno da por sentado el paso del tiempo, pero este deja su huella...
¡Saludos Preciosa!
¡¡Quiero más!! No sé que decir. Atónito he quedado. Comparto la idea de que escribs un libro
Cuanta oscuridad en aquel hombre sangriento!!!
como dijo Eric, ahora me intrigan los motivos...
aunque no se si quiero conocerlos...
jajaja
besos besos uy buen fin de semana!!!!
Desde un lugar libre, por fortuna, y sin sangre, por fortuna de nuevo.... te saludo mucho, dra.
best regards, nice info http://www.sauna-belt-7.info/a-testoni-eyeglasses.html Cinnamon tea impotence gay impotence Dodge durango protonix used subaru outback washington sale Anti brookes cruise depressants down
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