15 diciembre 2005

Los Reyes

Cuando era pequeña la ilusión navideña era que expectante. Mis padres no me recomendaban a Santa Claus porque según su criterio, era uno sólo y no podía repartir regalos a tantos niños por lo cual me recomendaban a los Tres Reyes Magos: Melchor, Gaspar y Baltasar.
A decir verdad jamás supe identificar quién era quién, simplemente la situación del que llevaba el caballo, el camello y el elefante era fascinante porque me imaginaba a cada uno de ellos cargando mis patines maravilla que nunca, nunca llegaron.

Yo prefería al de caballo siempre, pensaba que era más rápido y que podía recorrer distancias velozmente a comparación del camello, que siempre lo escogía mi hermano. Al negrito siempre lo asociábamos, curiosamente, como el que llegaba hasta el último y por ende lo considerábamos flojo.
Desde que comenzaba la temporada, mamá nos hacía ver el cielo para vislumbrar tres estrellitas horizontales que se ponían del lado sur –creo-, la historia típica de mamá diciendo que desde ahí nos observaban nuestra conducta era algo intimidante ya que no nos podíamos ocultar de las maldades que hiciéramos ante sus ojos.

Yo, por ejemplo, dejaba de comerme las galletas de mi Hermano desde inicios de noviembre hasta el día 7 de enero. ¡Era toda una santa en ese período.!

Un día antes de la llegada de los reyes la emoción me aguardaba como todos los de mi edad. Las pesadillas se apoderaban de mí al imaginar que recorría el pasillo y veía un cuerno retorcido o bien una caja de ajedrez (en ése tiempo no podía entender ése juego y lo consideraba aburrido y castigador). Podía llegar a soñar que me reprendían por las galletas comidas durante todo el año y por ende ver cómo me regalaban un bote de leche solamente para que fuera lo único que desayunara, ¡terror!.
Ya de madrugada era mi hermano el que nos despertaba para ir a descubrir los regalos puestos en la chimenea. Vieja trampa que hacía el pillo porque los regalos sencillos me los ponía dentro de mi zapato o alrededor.
Mi mejor regalo fue una bicicleta. El regalo que nunca me gustó: “La comiditas� (muñeca que comía al mover la boquita, mojaba el pañal y obraba, wuac!), el regalo que más anhelé y jamás llegó: Los patines que se convertían en zapato al estilo película de Xanadú. El día que sólo me trajeron dinero dentro del zapato exclamé una grosería tal que es la hora en que siento remordimiento de que mis padres me la hayan escuchado.

Cuando supe la tenebrosa verdad sobre los asombrosos reyes magos fue demasiado tarde para mi ingenuidad. Ya tenía arriba de los 12 años y le jalé los cabellos a una chamaca de la secundaria por haberme dicho semejante desencanto. No lo pude superar debido a que nunca tuve el valor de preguntarlo directamente a mis padres. ¡Dioses! Y yo pidiendo las perlas de la Virgen.

Ahora que soy madre entiendo la ilusión de un pequeño desde otro punto de vista. Lo que pedía Periko era difícil de conseguir, incluso viajando a otras ciudades, él se enteró más rápido sobre los reyes y me preguntó directamente qué animal usaba yo, le dije que siempre era el del Caballo.
Hoy he regalado algunos juguetes que fueron sus reyes, sentí nostalgia y gusto al mismo tiempo, Periko ya juega con muñecas (¡pero de carne y hueso!) y ya los carritos y pelotitas han pasado al cuarto maldito. Espero que esos pocos niños que esperan sus reyes o a Santa al menos sepan que siempre hay alguien que puede sustituirlos –aunque nunca será lo mismo verlos en verdad-.

Mi ilusión de hoy es desear que cada uno de nosotros, queridos bloggeros, regaláramos un solo juguetito a quien más lo anhele y convertirnos así en un Santa, un Melchor, Gaspar o Baltasar, no importando que vayamos en caballo o en elefante para cumplir un pequeño sueño de algún chiquillo,
¿lo compartirían conmigo?.

12 comentarios:

Enigma dijo...

Hay varias causas y lugares para donar juguetes, por ejemplo Tv azteca en el rumbo del ajusco (sur de la ciudad) comenzara en breve el Jugueton, en coyoacan se esta ya programando tambien recolectar juguetes, etc.

La ilusion deun niño debe mantenerse ya tendra edad para saber todo, pero mientras, siga siendo niño.

Un beso Dra.

El Enigma
Nox atra cava circumvolat umbra

Rick Hunter dijo...

ja!

Angeek dijo...

Yo tenía también 12 cuando mi madre me lo dijo. Lloré, ella me respondió que como ya sabía otras cosas de la vida ésa era la única que me reservó para el final porque así podía seguir manteniendo esa parte de la niña. Se lo agradezco. Ahora hay niños de seis años que ya lo saben. La capacidad de fantansear y soñar nunca debe perderse. Saludos.

Anónimo dijo...

Buenas idea...igualmente lo podemos hacer con gente cercana...

Csar A. dijo...

Todos quisiéramos que las ilusiones de la natividad nunca pierdan su sentido y su magia...

Te dejo un saludo...

Roberto dijo...

precioso.
me ha gustado. tengo relatos sobre ese tema.
te invito a mi blog, si quieres alguno mira en cuentos
saludos
roberto

Freddy dijo...

compartiré tu sueño y tu ilusión; conseguiré algunos juguetes y los regalaré; los iré guardando enla cajuela para el día esperado....muy bueno tu post adorada klein

stultorum dijo...

Yo todavía tengo dos que seguirán creyendo en santa y los reyes magos hasta que lleguen a los 12.



Saludos.

Unknown dijo...

Yo me crié con los Reyes Magos, lo de Santa es aquí mucho más reciente, pero se va imponiendo; consumismos aparte, es una gran ilusión para los niños y una gran desilusión cuando saben la verdad... Felices fiestas a todos. S.

RAYDIGON dijo...

La ilucion en estas fechas y de niño es grande.

No deberiamos perderla nunca...

Besitos

Anónimo dijo...

El espiritu navideño y la ilución que se mantenga por siempre escendida como una llama en nuestros corazones.


Un abrazo

P.D. Te invito a ver mi último post

Anónimo dijo...

Alejandro Filio tiene una bella canción que se llama "Habrá que creer" y habla un poco sobre la ilusión que nos acompaña siempre.

Y me uno a la campaña, aparte de a mis 2 enanos, donaremos algunos a la Casa de cuna de Querétaro.

Un abrazo