No puedo decir que me sorprendió la acción, simplemente, dentro de mÃ, fue una especie de arranque, de seguir, de tratar de ver qué pasaba si me dejaba llevar por lo que pudiese suceder.
El Chico aquel me miró y yo le sostuve la mirada. Sin enojos, sin muecas, sin actitudes de molestia que le fuesen a espantar sus ojos de los mÃos.
Lo sorprendente fue que parecÃa que yo ya esperaba su respuesta. Me la sostuvo. Fue tácito, como si en verdad nos habláramos con la mirada.
No dije nada, un discreto volteo a mirar quien estaba con una inmensa carcajada al otro lado de los asientos y vuelvo a insistir.
La gente va en lo suyo, nadie se percata del instante. Hay universitarios que leen, hay otros que miran hacia la calle, uno más nos observa a todos, quizá los cansados duermen o sólo cierran los ojos para cambiar la perspectiva de la rutina diaria. Yo, ésta vez la cambio también. Por tener la intensidad ésta mañana de querer mirar fijamente.
El chico mira hacia todos lados, como queriendo cerciorarse de que es a él a quien yo miro directamente. Se pone nervioso. Mira mi frente, mi cabello, alguien atrás de mÃ. No sabe si sonreÃr o creer que yo tengo la mirada perdida.
Ahora le sonrÃo, asÃ, muy discretamente, dibujando en mi expresión que no, no se ha equivocado.
¡Y se sorprende aún más!
No sabe si fue el desodorante que se puso, la manera de peinarse ése dÃa, su chamarra de cuero llamativa, no lo sabe, pero dibuja una semi sonrisa que duda en mostrarme por completo. Cambia nuevamente la mirada.
Quizá al convencerse de que era hacia él donde yo miraba era todo lo que deseaba saber.
Yo miro las calles, el cielo, la gente. Murmuro una canción suave y alegre. Eso sorprende a los que van cerca de mÃ, pues no es común que alguien cante sola en un transporte público. O la tiran de loca, o viene drogada o con copas de más.
Pero es muy temprano para esos menesteres y nuevamente dirijo mi mirada al chico, ahora ya luce derecho, firme, decisivo en su mirar, hasta tiene mejor pose. Me sonrÃe abiertamente y me quedo mirándole sus dientes completos y bien formados.
Basta con que le devuelva mi sonrisa para que se anime a acercarse poco a poco. A pesar de que venimos todos apretdos hace un esfuerzo por caminar despacio.
Aún está lejos pero toca mi mano que se sostiene del tubo de pasajeros, y sigue sonriendo.
Sólo un pasajero está entre nosotros.
Le murmuro algo moviendo los labios exageradamente para que sean leÃdos :
-" no te conozco, pero es un placer mirarte a los ojos"-.
El no sabe qué decir. Le muevo la mano en señal de despedida
–"Que tengas bonito dÃa, adiós"-. Y me mezclo entre la gente que procura aprisionar cualquier hueco que quedara entre él y yo.
Ya no sé más de su expresión, ni de sus ojos, ni de lo que pudiera haber dicho a mis espaldas.
Pido la parada apresurada y bajo del autobús, me arreglo la mochila...
Ya es hora de entrar a clases con el maestro regañón.
18 comentarios:
Miradas fortuitas y tentaciones al destino, elementos seguros en una aventura, lo curioso es el lugar, peroq ue diablos, no hay nada escrito en la vida.
Un beso Dra.
El Enigma
Nox atra cava circumvolat umbra
El poder de las miradas...Saludos!
Tal vez mañana se coincida en el mismo, u otro sitio.
La mirada no engaña.
Luego porque las atacan sexualmente Miss, por coquetas con desconocidos...
Ojala la vida se abriera paso a mas historias como esta,en donde lo unico que importa es todo lo que dice una mirada y las sensaciones que te recorren por dentro...Muy lindo...
¿que canción?
ES INQUIETANTE EL RECIBIR MIRADAS MUTUAS, SIEMPRE TIENEN ALGO MAS ENTRE DESCONOCIDOS...
ME GUSTAN, MAS LAS QUE TIENEN FINAL...
BESOS G.
A mi me pasó algo parecido, un chavo me empezó a cantar una canción que estaba en el radio jejeje
Maravillosas miraddas de ojos que seducen...
P.D. Que tonto (por no decir algo peor) pensar que ser coqueta es causa justificable para ser atacada sexualmente pufff!!
Especial esperiencia. Slds. Buen fin de semana.
Uf, yo me derrito. Salgo corriendo. Sostener una mirada más fuerte que la mÃa no me funciona. Chale. Maldita sea. No me funciona.
Saludos, doctora.
Extraño esas miradas, creo que volveré a usar mis lentes de contacto, digo, por si las dudas.
Una bonita historia.
Me vino a la memoria de pronto una situación asà que describe Cortázar ya no sé en que cuento... la cosa termina con unas palabras mas o menos asÃ: "no puede ser que nos vayamos a separar sin habernos encontrado"... he querido aplicarla con alguno de esos ojos que encuentro en los transportes, pero hay que ser algo osado para hacerlo!
Saludos
Ay qué historias mi querida Dra., a mi me pasó algo similar en el super con el gerente, un gordito calvo pero con una mirada de esasssss, nos mirábamos y asà sin decir nada nos saludamos, nos despedimos, nos contamos todo. Al susodicho en lugar de decirle "Voy al super", le decÃa "Voy a ver a mi gordito", hasta que me lo cambiaron de sucursal, lástima ya no nos despedimos, nos dejaron a una greñuda cara de huelepedo que también le platico con la mirada y estoy segura que ya adivinó que para mis adentros la odio por andar quitándole el sentido a eso de ir al super. jeje
buenisima historia,,,,si que te inspiras...
Hay que cosa tan bella que historia fugaz y que queda en el anhelo de mas de uno, mira que hay tantas historias que nos rodean, reflejadas en miradas llenas de so que es la vida.
Cuantas se han vivido, cuantas se han contado, no se sabe lo que es un hecho es que hoy me has recordado que hay cosas lindas en la convivencia humana.
Un placer andar por acua
encontrarme con tu mirada transoceánica y universal ha sido un bello regreso al transporte público, gracias por desgranar sensaciones tan hermosas y universales bajo un cielo encapotado de domingo, por ejemplo.
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