17 marzo 2006

Amor ante todo.

Mientras movía en la estufa aquel café con canela, ella también le daba vueltas a su mente tratándo de ver, a partir de dónde, pudo haber habido un error.
Recordó cuando trabajaba en la panadería, cuando a su hijo lo llevaba para poder vigilarlo todo el tiempo mientras ella hacía la limpieza del lugar.
Recordó como le decía al chiquillo que si surgía algún problema con otros que no se dejara, que les rompiera la cara si intentaban siquiera lastimarlo.
Ella creía que era parte del crecimiento normal de un niño.
Tal vez la culpa la tuvo la situación en la que su esposo, ebrio y vividor, siempre llegaba a golpearla por las noches o cuando fuera, que porque no se vistiera así, que porque no platicara con nadie, que porque callara al pinche escuincle que estaba haciendo demasiado desmadre allá afuera.
¡Qué culpa tenía el chamaco!.
Al separarse de él, a sabiendas de amenazas y golpes, fue lo mejor, aunque tuviera que sobrevivir en varios trabajos, haciendo trabajar también al que venía de sus entrañas.
Ni modo, era la vida que le deparaba.
Con el tiempo, el chiquillo creció abuzado, ganando dinero y ayudando a su madre, no se dejaba de nadie, ni porque le quisieran partir la madre cuatro o cinco.
Tal vez, ella como madre, sabía que lo había criado con suficiente conocimiento de que en la vida uno viene a trabajar, ganar dinero y a chingarle buscando buenas oportunidades de comprarse cosas que los ricos tienen.
Ahí, en la cocina, repasa una y otra vez los momentos en los que tuvo que ir a la presidencia municipal a recogerlo por trifulcas, tal vez líos de faldas, tal vez ya ni quería saber el asunto por el cual por N cantidad de veces le avisaba la vecina, chismosa y revoltosa, que su hijo otra vez había ido a dar al "tambo" de nueva cuenta.
Dudaba cuando "el día de las madres" llegaba con un televisor o una plancha. Robado o trabajado siempre lo aceptaba. Prefería ignorar el asunto y mejor se paraba, sean las once o la una de la mañana, a prepararle un café y frijoles -dizque porque había estado trabajando un chingo todo el día- aunque llegara borracho y maldiciendo.
Había visto que muchos de sus conocidos vivían cosas similares: borracheras, pachangas, amoríos con vecinas casadas, vaya incluso hasta un pleito con los vecinos de enfrente porque al auto le habían "volado" los espejos y, simplemente no pasaba nada... sus vidas seguían.
Limpiandose las manos en el mandil trató de sacudir su mente, quizá culpandose, quizá diciendo que Dios y la Virgen de Guadalupe lo habían castigado por algo que ella no hizo bien desde antes.
Lo cierto es, que ella como madre, aún a sabiendas que la muerte de un cristiano era pecado, no podía creer lo que su hijo había hecho. Era incrédula ante las autoridades que le decían que lo habían agarrado "in fraganti" con la esposa de aquel policía. Que al haber pleito, su hijo agarró la pistola de aquel infame y simplemente lo mató a quemarropa... ella no lo podía creer a pesar de que su mismo hijo decía que se lo merecía el muy hijo de Puta por tener una mujer que no se merecía.
Ella deseaba ver nietos, ella, ante su tos enfermiza, hubiera querido que una nuera le acompañara para ayudarle en la casa.
Saca el café con canela de la olla y lo pone en un termo para llevar. Guarda tortillas y un caldo de pollo y fija su mente en el momento en que a su hijo le condenan culpable.
No tiene para abogados y su hijo dice que ya verá como la mueve ahi dentro.
Cierra su bolsa. Toma el monedero, saca un boleto de metro y cargando todas las cosas dirige su destino al reclusorio norte de la ciudad.
Debe apresurarse a llegar en el horario de visitas para que su hijo coma y beba un poco de hogar.
Llegando escuchará que cosas nuevas tiene su hijo qué contarle y tal vez ella ni siquiera intente quejarse de que en la cuadra la tienen señalada como la madre del hijo matón.
Después de todo, ver a su único hijo es lo que la mantiene viva y con ganas de ayudarle, queriéndolo como quieren las madres abnegadas.
Cierra el zaguán y a distancia se escucha cómo apresura sus pasos en la urbanidad de concreto.

14 comentarios:

Enigma dijo...

... se4ncillamente mas crudo de lo que muchos pudieran imaginar, lo cierto es que es la naturaleza de muchas mujeres que se pueden ver a las 5am formadas fuera del reclusorio los dias de visita, y los fines de semana, son muchisimo peor.

Un beso Dra, buen fin de semana

El Enigma
Nox atra cava circumvolat umbra

Roberto Iglesias dijo...

que notable post... detallista ... y apegado al contexto real del tema.
te seguire visitando saludos desde chile
Roberto iglesias

Lizette S dijo...

Historias de la realidad, de la vida diaria que nos rodea.

Maravillosa forma de plasmarla ;)

Vanessa Alanís dijo...

creo que está medio flojo con todo eso de la virgen de guadalupe ke yo le hubiera quitado. pero luego se pone muy bueno. directo y conmovedor.
y al final le quitaría la palabra "abnegada"... al final del cuento. era sólo su madre.

Freddy dijo...

chiquitita, yo sólo pasé para invitarte al museo de la ciudad a ver las exposiciones: Mujer dividida (pintura), Plenilunio del deseo (pintura), Pasión (fotografía), Luz y Solidaridad (instalación) y Artefactos de la capilla de jimmy ray (instalación). También te invitaré al museo de arte: Humanizando la escultura (exposición) y Lo visual en lo abstracto (fotografía). Otra visita obligada: Galería Libertad (colectiva Cicatrizada de arte la hoja)...ahhhh y lo mejor: Sierra Gorda, Joya verde del centro de méxico en la Alameda Hidalgo....no tardes mucho porque en abril terminarán estas exposiciones...besitos

Anónimo dijo...

Una madre siempre ama a sus hijos sean como sean....

Lety Ricardez dijo...

Y todavía falta que ahí dentro pague mordidas para que el hijo tenga privilegios, que le permitan una botella de vez en cuando, que lleve comida para dos para que así alguien le sirva y haga por el los trabajos "negados]" como lavar el baño y etcs.

Eso sucede mi querida Doctora que para eso las madres son consentidoras.
Eso sucede en verdad y además se preguntan, cómo llego el hijo a eso, o piensan que toda la culpa fue del borracho y golpeador del marido, ellas sólo son abnegadas, sufridas y amorosas.

Muy buen texto Dra. desde el lexico que es el que debe tener, hasta las reflexiones que así han de hilvanarse, seguro que si.

Le dejo mi cariño

Anónimo dijo...

Hi,

Very nice blog..

Did you visit my blog??

Have a nice day

Ponto García dijo...

Saludos.

george dijo...

Querida,
¡Es impresionante esta historia!, me enseña una vez mas que las mujeres (sobre todo las madres) tenéis dentro un amor que nada y nadie los puede quitar. Os adoro!!!
Este amor es al final lo que hace la vida todavía "vivible".

Abrazos

Anónimo dijo...

Tienes una capacidad de describir y de imaginar portentosa :)
Muy inntenso tu texto realista y crudo.

@Igna-Nachodenoche dijo...

Real, sin tremendimos porque se ve en la calle, en la vencidad, en las urbes, nada mejor que una madre para entenderlo.
Y un bis a bis cada tanto...

Dr. Phyloel dijo...

He vuelto a la escena con muchas ganas, una ánimo renovado y con mucha inspiración. Por lo que veo, tu no has necesitado de ausencias devoradoras de palabras para seguir en la movida bloguera
PINTORESCO SALUDO COLEGA.

Unknown dijo...

Ese amor es inconmensurable... ¡Que historia!. Un saludo.