24 marzo 2006

Permanencia Voluntaria

He de confesarles que mirar la vida desde ésta altura ha sido un gran devenir de cosas buenas y malas.
Recordar cómo me colocaron en el gran pedestal es como si tratara de traer a mi mente el momento en el que salí del vientre de una madre...
En ese momento me encontraba reluciente, brillaba, todos me miraban y aplaudían al que me había destapado de repente. Asumo que yo le caía bien.
Gente va y gente viene y mi pose aristócrata no dejo de perderla en ningún instante, me gusta y la disfruto. Me veo más elegante cuando, en tiempos de desfile y Navidad, adornan lo que en otros días parece gris y sin vida.
De tiempo en tiempo hay fotos y miran a mis pies esa placa que dice mi nombre, cuándo nací y porqué me colocaron aquí.
Quiero imaginar que éste es un buen lugar para que todos me vean, aunque en realidad yo soy el que disfruta mucho reír cuando miro pasar a la gente corriendo porque llueve a cántaros, porque se tropiezan y caen mirando a todos lados en instantes para ver quien los vió... y no me miran a mí; ver por las noches pasar chicos en juerga y cantar con ellos hasta el amanecer.
Muchos se reirán de mí también cada vez que me cagan las aves. Una señora me lo hizo notar. Alguna vez alguien tomó una foto donde una paloma dejaba su plasta apestosa sobre mi nariz... al poco tiempo un viejo limpió mi cara.
Parado en la misma posición por años hace que todas mis demás extensiones del cuerpo queden firmes y fijas a la columna que me sostiene. Menos mal que en ningún temblor haya cosas que caigan encima... aunque temo el día que yo caiga sobre alguien.
¿Qué si he visto cosa en éste parque? Oh! Muchas, si. Hay parejas que se besan, que pelean, que incluso se golpean en las mejillas. Hay chicas lindas que esperan y esperan a alguien mirando el reloj con cierta ansiedad y, para disimular su prisa me miran, una y otra vez, como si me trataran de preguntar si desde aquí lo miro venir.
Los romances pintorescos, garrafales, celosos, de ilusión y románticos los puedo contar uno a uno. ¡De ello hubiese hecho grandes novelas!
En alguna ocasión alguien, desconocido, cubierto del rostro, estuvo parado largo rato tras mi pedestal. No podía adivinar el siniestro destino de alguno que otro transeúnte, no podía ni si quiera avisar que se alejaran de mí, que no me miraran, pues detrás estaba el verdugo que les asaltaría y dejaría herido tal vez.... pero mi voz no salía. Puedo decir que así perdí a un viejo amigo... uno anciano que todas las tardes se sentaba ahí, justo enfrente , creo que a la larga simulaba ser una estatua igual que yo, porque no se movía o simplemente sus ojos seguían el trasero de una bella mujer. A ratos era agradable oírlo charlar conmigo, aunque él jamás escuchara lo que yo le contestara. Amigable y buen compañero de todas estas palomas, dejaba comida para ellas y un buen saludo a mi persona. “Adiós monigote� me decía al atardecer, incluso aquel nefasto día en que ése verdugo mal nacido, por la vileza de unas cuantas monedas, le quitara la vida al rehusarse, diciendo que era para el maíz de las palomas... puedo asegurar que si hubo alguien que lo echó de menos fui yo.
Otro día una mujer, con mirada triste y cansada, no dejaba de sollozar, mirando mi placa se decía cada vez que pasaba por aquí, que ella hubiese deseado tener un hombre como yo en casa, para que siempre le estuviera escuchando. Joven y sin amor, solamente deseaba encontrar a un príncipe tieso y mudo como yo.
¡Lo que es la vida!
Yo desearía por lo menos mover un dedo para sentir el candor de su piel, una tierna caricia, la amistad brindada por aquella dama o la frescura de la margarita que retoña a mis pies, quizá el saludo con la pata de alguno que otro gorrión que cante a mi lado.

Ver desde las alturas, la vida siempre tiene otra perspectiva diferente a como la ven en la posición que se encuentre.

Pero estoy aquí, siendo testigo silencioso de cuanto pasa por mi vida y la vida de los demás, alguna vez caeré, alguna vez dejaré de ser famoso y fotografiado por curiosos que olvidaron mi historia. Y en ese momento dejaré de mirar al mundo como lo miro desde aquí.

19 comentarios:

The_Saint_Mty dijo...

Y seguirá estando solo..hasta que caiga. Saludos afectuosos, buen fin de semana!

Enigma dijo...

Y siempre son personas de gran valia, lo mejor de todo es cuando se le olvida al mundo la existencia de estos seres de otra epoca que algo debieron hacer para estar donde se les coloca...

Un beso Dra

El Enigma
Nox atra cava circumvolat umbra

george dijo...

Permanencia involuntaria,
Estas segura que el hombre del potestad quiere estar allí arriba? Da la impresión de estar triste!
Aparte de estos pensamientos, escribistes un relato bonito, me encanta, visto todo desde la altura de el.

un abrazo

Anónimo dijo...

Ohh Doctora, ya extrañaba leer textos de estos!!!
Mucho trabajo en la oficina, en fin que se le va a ser.. pero en ratitos libres me encanta darme un break con lecturas como la tuya.
Saludos.

Angeek dijo...

Y ahí están, como la Puerta de Alcalá, viendo pasar el tiempo. Si hablaran, cuántas historias contarían.

Anónimo dijo...

Vaya que eres ocurrente :)

RAYDIGON dijo...

Estar en el pedestal debe ser cansado no...

Me gusto G.

Besos de fin.

Freddy dijo...

náutica?, ay no, allí es algo "cariñoso"; mejor te invitaré a alguna buena cafetería en el centro; así podremos visitar algún museo o galería....besitos corazón

Anónimo dijo...

Un hermoso monólogo desde el corazón de bronce eterno. Me recuerda, de lejos, al célebre cuento de Wilde, aunque en éste no hacen falta joyas, ni un pájaro que que las despoje. Bello y esperanzador cuento. Te felicito....

Anónimo dijo...

Si deseas ser inmortal,que sea dejando huellas.
un saludo desconocido

Kix dijo...

Esperemos no le pase lo que le pasó en Irak a la estatua de Saddam... histórico momento :-)

Unknown dijo...

la vida trasciende el metal de que está constituido el cuerpo. Somos algo más que cuerpo. Algo más que metal.

Anónimo dijo...

LA soledad del pedestal... :-)
Post ingenioso!!!!!!!!
Me lo he leído con avidez :-)

Freddy dijo...

doña urraca?,plaza náutica?....eres fina!!!; creo que a esos lugares no me dejarán entrar con mis fachas...mejor te invito a la fonda de doña licha: 25 varos la comida corrida....o te invito al camaronero a disfrutar de un rico pescado o un coctel de camarones....qué le voy a hacer....soy del pueblo!!!...besos

Lety Ricardez dijo...

Este es un moderno "Príncipe Feliz" mi querida Doctora. Mientras leía sus bien hilvanadas palabras mi mente voló a la infancia, cuando lloré por aquella golondrina que se traspasó el pecho para darle calor a la estatua nevada.

Le dejo mi abrazo por este tierno relato que me regaló

@Igna-Nachodenoche dijo...

Cuando la soledad acecha
miro insistente su figura,
y cuando el cuerpo
ya no sea cuerpo
otros seguirán
mirándome.

Anónimo dijo...

Veo que la inspiración puede llegarte de cualquier parte.

Saludos, abrazos, besos... YO

Anónimo dijo...

Haciendo una metafora entre la vida y con lo que escribes , pués te diria que me sono tan real. Un dia venimos al mundo y mucha gente nos aplaude y se alegra por nuestro nacimiento, nos ponen un nombre el cual llevamos orgullosamente , pero literalmente también hay palomas que nos cagan para finalmente terminar en el olvido avsoluto de muchas personas. Nos vamos finalmente de este mundo habiendo sido testigo de muchos acontecimientos y quizas con la tristeza de no haber podido brillar más.


Un abrazo

Anónimo dijo...

Una inspiración estupenda.
Qué decir de nuestras vidas, si tuvieramos el tiempo para ser más detallistas con lo que sucede a nuestro alrededor.

Gracias por tus palabras en mi blog.

Besos.