02 enero 2007

Un día laborioso

Y todos los días era ver el cielo oscuro, aún cuando ya se decía de mañana. El niño la observaba, desde su cama, aún con su mamila sosteniendola entre sus dientes y sus manitas calientes. La vería ir y venir arreglando cosas. A lo lejos muchos perros ladrando a quien pasara. A veces detestaba ya abrir los ojos cuando le pesaba vestirse.
Las fiestas habían terminado. El tendría su pequeño peluche de regalo y un suetercillo con la imagen del osito que ama la miel.
Su madre ya tendría todo listo y comenzaría a preparar la ida.
...
Llegarían al puesto a tiempo. Seis de la mañana. Justo cuando todos los mercaderes abren sus negocios y comienza la limpieza a cubetazo tendido. Ella cargaría a su hijo junto con los huacales de verdura fresca que consiguió en la central de Abastos el viernes anterior. Ya sólo es cuestión de quitar lonas, hacer amarres, conseguir un tamal para el desayuno, dejar acomodado como tantos otros días al chiquillo y comenzaría el trabajo arduo.
El niño vería todo esto desde sus ojitos callados.
Haría el esfuerzo una vez más por ayudar a su madre cargando cosas, yendo a los mandados y espantando a los perros que nunca faltan de curiosos en el interior del mercado.
...
Sería un día de trabajo pesado, al tanto por la tarde de las marchantas que piden y hacen la rebatinga, así como otras que piden lo menos por un ramo de perejil. Faltando poco para la hora de la comida estaría ansioso por ganarse su pequeño trabajo.
Ya pasarían los conocidos proveedores de alimentos, ofreciendo garnachas, caldos de pollo, mole verde o panzita con su buena dotación de tortillas.
...
Ya es de tarde.Ve con curiosidad que su madre hace y deshace, sin parar, las ventas del día, cargando bultos, trayendo cosas, desmembrando lechugas y cantando de vez en cuando alguna canción que se oye de fondo por los puestos de carnes. Es una odisea y nunca un día se parece al otro. Salvo por la escases de jitomate que pudiera haber alguna que otra vez o la demandante alza de la cebolla si ésta llega a darse.
...
Se va oscurenciendo nuevamente la tarde y se preparan para partir. Ha sido un buen día y el chiquillo, cargando aún su mamila, ayuda a los menesteres de la limpieza. Mañana será otro día y será más conocedor de las monedas y cambios que vea moverse en el delantal de su madre.
Un perro les ladra, señal de despedida. Carga con su madre los mandados ahora de su casa. Tal vez lleguen a cenar algo ligero con los típicos frijoles negros. Sus ojos se cierran en el regazo de su madre y espera abrirlos cuando se encuentre en la cama, escuchando las voces que salen del televisor.

6 comentarios:

Enigma dijo...

... algo tan sencillo, que fasinante puede ser desde la perspectiva de un niño, ¿cierto?

Buen año Dra, un beso

El Enigma
Nox atra cava circumvolat umbra

Unknown dijo...

Dra....hermoso como todo lo que escribes,que tengas un muy feliz año nuevo.

Un fuerte abrazo :)

RAYDIGON dijo...

La óptica infantil es maravillosa...

Besines.

Abejilla dijo...

Estoy de acuerdo con los comentarios, la perspectiva infantil es fascinante y tal negada, dicen por ahí que los borrachos y los niños siempre dicen la verdad...¿será por eso?

Un saludote y Feliz Año!!!

RomanTM dijo...

Me gusta como desde algo tan cotidiano y al parecer tan simple, puede darse un relato tal.

Saludos, por cierto un muy feliz año nuevo!

Anónimo dijo...

Hola, hola, empezando el año nuevo, con nuevos brios, lindo escrito, deja voy y leo toooodo lo que me perdí por andar de vaga, jejeje. Un abrazo.