Cada vez que la voy a ver tengo que parecer un chavo bien portado -aunque lo soy, deveras-, sólo que con los papás de ella hay que exagerar para que vean lo buena onda que soy.
Algunas veces estar en su casa cuando su mamá hace la cena es bien padre porque nos la pasamos platicando de cuando ella era joven. Se nota que ella estaba guapita porque por lo que nos cuenta tenía hartos galanes.
Su papá es más serio, yo sé que siempre me guarda un poco de recelo cuando me mira que beso a su hija consentida. Ver su mirada que me dirige de reojo sin que lo haga muy notorio me pone de nervios.
El que es una latita jodona es su hermanito... cómo chinga cada vez que nos ve juntos o que quiere que lo tome en cuenta para jugar al avioncito. Cuando ando de ganas pues lo mareo y listo pero cuando estoy con Perla dan ganas de aventarle un zapatazo con tal de que no moleste.
Pinche chamaco, aunque molesta como mosquito me cae bien.
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Lo chido empieza cuando ya todos terminaron de cenar y nos quedamos en el sillón...
Ahhh, pinche sillón, si me contara todo lo que ha pasado ahí me cae que podría hacer un librillo de cuentos calientes.
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El pinche chamaco se sienta entre nosotros viendo el último programa para niños y después de que ya todos se fueron a acostar nos toca darnos un deleite de besos que en muchas ocasiones su mamá, disimuladamente, pasa a la cocina para ver qué diablos hace su angelical hijita.
Ta re buena mi noviecita, nomás que es muy calenturienta y si me excito es por su culpa porque me comienza abrazando y me pasa la mano por el pecho, así, suavecito, de esa forma que tiene ella muy particular de demostrarme sus caricias.
Luego me da pellizquitos en la cintura--dizque cosquillas-- que nomás hace que me acerque más a ella... pero lo bueno está cuando me la hace de emoción y pasa por mis muslos... ¡mamita!...
Toca y sube su mano y otra vez baja para que se ría de sus travesuras.
Ella empieza y pues alguien tiene que terminar, así que debo confesar que siempre que sabe que estaremos en el sillón, usa esa blusita deliciosa que tiene botones por donde quiera. Botones de esos que se abren en automático. ¡bendita moda!.
La beso, le rozo sus senos y cuando sabemos que nos gana el pinche calor nomás se oyen medios besitos y ruiditos casi imperceptibles.
Es todo un arte que no se nos salga un gemido cuando ella está por terminar.
Una vez casi me pesca su papá con los pantalones abajo...
Pinche susto que nos metió cuando salió de repente para sacar unas pinzas del cajón de la cocina.
Hasta las ganas se me fueron después de eso.
Es rico ese sillón, su mamá lo usa para dormir por las tardes, su hermanito brinca y brinca cuando termina su tarea de primaria.
Su papá es rara la vez que lo usa porque el prefiere quedarse en el individual.
Pero nosotros le damos fiesta al sillón cada vez que se puede...
Si ese pinche sillón hablara...
7 comentarios:
... claro, si ciertos objatos hablaran, la de historias que sabriamos.
Un beso Dra
El Enigma
Nox atra cava circumvolat umbra
Ricoo ricoo! Olvidaste la importancia que tienen los cojines para camuflajear la situacion en caso de emergencia... jaa con la adrenalina a tope quien dice no?
Que tengas un excelente fin de semana y gracias / Adrian
Jajajjaa me hiciste remontarme a mi época de estudiante!!
Mmmmm... no es mas facil irse a un hotelito? jajaja
Jeje Asmo... cuando eres un pequeño puberto imberbe en casa de la suegra no tienes lana, pero si muuuuchas ganas!
Adrian: Los cojines, la falda, el suéter... todo vale!
El papá inteligentemente, no se sienta allí, por nada...ja. Saludos, buen fin de semana...que recordar es volver a vivir.
Cuando habrá sido la última vez que tuve de cómplice a un sillón???
Qué buenas eran esas tarde-noches en casa de la novia en turno sentados en el sillón con la televisión prendida y viéndonos a nosotros...
Esa época en la que los besos duraban largos minutos...
Qué buen post Dra!!!!
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