28 julio 2005

El arcoiris

Ayer por la tarde, cuando salía justo de un día laboral exhausto, me percaté que había sol ¡después de casi medio día de tenebrosos truenos y lluvias!. Esperaba ver el arco iris por algún lado pero tanto edificio en una zona financiera me era simplemente imposible. Creí que eso me arrancaría una sonrisa para animarme a llegar entera a descansar en casa... ¡Buh! no hubo tal suerte.

Me apresuré a tomar un transporte público que me dejaría frente a la Unidad donde vivo, y cómodamente me tocó en la parte trasera donde podía tener una buen panorámica de lo que sucedía.

Así, bien sentadita y haciendo un recuento de las cosas pendientes para hoy no pude escuchar algunos balbuceos de una niña pequeñísima que hablaba solita sentada a los pies de su papá frente al ventanal. Finalmente ella fue la que interrumpió mis pensamientos porque cantaba una canción infantil muy graciosa que yo ya no recordaba:

PIM PON ES UN MUÑECO
MUY GRANDE Y DE CARTON,
SE LAVA LA CARITA
CON AGUA Y CON JABON...

Los soniditos de la chiquilla me relajaron, aunque de manera graciosa podía ver que ella estaba ensimismada en su mundo que no le importaba quien pudiera mirarla. ¡Qué inocencia!.
En las siguientes paradas fue subiendo más gente, entre ellas una señora que cargaba a un niño que apenas y se le podía entender todo lo que decía. La mamá como buena traductora sabía perfectamente de lo que hablaba el niño.
Se sentaron a mi lado.

Así fue llenándose el transporte hasta que todos los lugares quedaron ocupados sin que nadie fuera parado. La niña cantaba y cantaba sin que sonara tediosa su voz y en cierto instante el niño que iba a mi lado comenzó a cantar junto con la niña.
Dos niños de mas edad atrás del chofer voltearon de súbito y sonreían al ver que los dos cantaban bien entonados, uno jalaba a su mamá para que se diera cuenta y el otro comenzó a patalear en el piso con el ritmo de la canción.

El sonido subía de emociones y el papá de la niña le pedía que no cantara tan fuerte porque me imagino que a él ya le daba pena tener tantos ojos sobre sí; el niño seguía acompasado de emoción. Casi de manera simultánea la niña y el niño empezaron una conversación de lo más natural y a la plática tan espontánea se aunaron los dos muchachitos de enfrente.

De esquina a esquina todos platicaban, los adultos reían de las respuestas claras, concisas bromeaban e imitaban vocecitas. Aplausos y risas llegaron a contagiarme así como a varios del microbús.

¿Por qué nos da pena reírnos de algo ante gente que no conocemos?
¿Cosa rara eh?

Era tan gracioso lo imaginativo e inocente de sus pláticas que me transporté a la ONU: si así plantearan la vida sería de risas y cero rencores. Para ese momento ya todos nos reíamos entre nosotros. Yo con carcajada muy disimulada...

La niña debía despedirse: El pequeño lloró y pidió a su mamá bajarse en la misma parada que ella, las mamás intercambiaron palabras y acordaron bajarse al mismo tiempo (la diferencia era entre una cuadra y otra).
Con un tierno besito en la mejilla el niño dejó de llorar. Los otros dos niños del coro simplemente se acomodaron y quedaron calladitos, asomados a la ventana para el último adiós.

Hasta el chofer seguía la novela y los adultos no quitábamos la mirada de esa amistad entre todos, con la mano les dije adiós a mis amiguitos, fue una alegría generada por una canción, unos niños y unos adultos que simplemente no dejamos que nuestras caras largas censuraran la alegría de unos angelitos traviesos.

Así, pude contemplar el arco iris de otra manera. Y me gustó.

8 comentarios:

Dra. Kleine dijo...

Una disculpa a mis tardanzas...el trabajo en otros mares de locuras me traen al vuelo...
Sin embargo henos aquí. Espero lo disfruten!.

Anónimo dijo...

Los niños con su mágico mundo, son garantía de nuestra felicidad, así sea espontánea y temporal.
Siendo adultos nos damos cuenta que también tuvimos la suerte de vivir en ese mundo aunque a esa edad quizá no lo notaramos, ensimismados con nuestra inocencia.
Cuando un niño rie debemos reir, cuando un niño llora debemos llorar.

Gracias por el arcoiris ...un abrazo.

Kix dijo...

Los niños son simplemente lo mejor que existe, ellos son mucho más honestos que nosotros. Mi niña también canta Pin Pon. :-)

Yo sí vi el arcoiris ayer, sobre circuito ya para llegar a Oceanía, parecía que salía del aeropuerto, y pensé en el tesoro que seguramente estaría al final. Saludines.

Anónimo dijo...

Que hermoso arcoiris Dra., sin duda mejor que el que esperaba encontrar, fue una sonrisa de Dios, gracias por compartirlo con nosotros.

Enigma dijo...

El cielo es de aquellos que aun creciendo, tienen alma de niño... muy tierno en verdad.

Saludos

El Enigma
Nox atra cava circumvolat umbra

Anónimo dijo...

Que lindo!
Que bien que aún existen de esos niños... sin ellos, no sé que haríamos en este mundo tan falto de inocencia...
Saludos!

AndreaLP dijo...

¡Valió la pena la espera, Dra! Un post muy lindo, que me puso a pensar en la inocencia padrísima de los niños y cómo ellos no tienen prejuicio o problema alguno.

Un abrazo y felicidades por el arcoiris.

Anónimo dijo...

Disfrutar de los detalles, es la clave de la felicidad...Gracias por compartirnos ésto que disfrutaste y te hizo sonreír..la ternura de un niño y sus simples alegrías, no hay nada más bonito que eso..